martes, 25 de octubre de 2011

Espacios y lenguaje corporal.

¿Sabéis esas personas que cruzan los brazos cada vez que se sientan a conversar con alguien? ¿Eso qué significa? ¿Comodidad, aislamiento, protección, abstracción? Es curioso. 

El lenguaje corporal es infinito y muchas veces las posiciones que adopta una persona al sentarse suelen describir bastante el estado del individuo. Mira que yo siempre trato de derribar barreras, de crear buenos vínculos y transmitir la confianza adecuada, pero últimamente parece que este arte que tan bien siempre ha dicho Marta que se me da, no está resultando. Ahora me da la sensación que tengo un gran STOP en la frente y que bloqueo el paso con solo mirar, que distraigo la concentración y demoro las palabras con el pestañeo. Vamos, que parece que el problema soy yo.

Y es que ya todos sabemos que las personas necesitamos un espacio para nosotros mismos, que estamos cargados de capas, de escudos, de silencios, intimidades y cosas nuestras, pero hombre, hagamos el favor de abrirnos un poquitín, solo un poquitín, que nunca viene mal. Dejémonos de distancias, STOPS absurdos y basémonos en lo fundamental, la buena conversación, el entendimiento, el compartir, el divertirse y el reír.

La próxima vez que oiga a Marta respirar cual suspiro y soltar un largo silencio sin decir ni una sola palabra, le haré cosquillas a ver si, al menos así, sonríe conmigo.

domingo, 23 de octubre de 2011

Improvisando con una rubia que no es rubia.

Checkear y ver que una conocidamente desconocida se da cuenta de dónde estás. Suena el común pitido del teléfono, la barra de notificaciones despierta tu curiosidad y la lucecita verde te da una idea. Improvisemos. ¿Por qué no?

Sabes cómo es, la has visto antes pero te intriga si su jersey de hoy es azul, verde, rojo o marrón. Eso es algo que dice mucho de las personas. No os habéis dado más señas de descripción pero ambas sabéis cómo es la otra. Te preguntas mientras caminas; ¿Vas a reconocerla? Qué curiosidad. Giras la esquina, te ve, la ves, te reconoce, la reconoces, te mira, la miras y sonreís. Es ella seguro. Raro y curioso. Café y te.

Tranquila, sosegada y cómoda; tono de voz bajo y muy confidencial. Me hace sentir bien. Charlamos, me cuenta, me pregunta, le explico, le cuento, le pregunto y me explica. Interactuamos perfectamente. No le juzgo ni me juzga. Ya dicen que hay cosas que con desconocidos siempre es más fácil. Noto ilusión en su mirada. Hablamos lo justo y necesario.

Es entonces cuando llega el momento en que me doy cuenta que mi tono de voz se eleva. Muy común en mi y muy propio para romper el buen ambiente de la conversación. La culpa se la echo a la curiosidad, la gracia y la ilusión que me da esa situación. La verdad, estoy calmada aunque mi forma de hablar parece que diga lo contrario. Soy así. Espero no haberle incomodado.
Me cae bien. Se da cuenta que ni soy rubia, ni soy pija, ni soy calladita. Y eso, esta vez, me da un plus a mi. A la morena. Genial, genial y estupendo. 

Y es en ese momento cuando me doy cuenta una vez más que hay edades, que por muy distanciadas que estén, tampoco son tan difícil de entenderse. Eso sí, se nota la vida, la trayectoria y la experiencia. Me queda aún mucho por aprender, descubrir y vivir. 

Mientras tanto, sigamos improvisando.

jueves, 20 de octubre de 2011

Personas que sí y personas que no.

He aprendido 3 cosas:

- Que hay personas a las que no les gustan las sorpresas y que por mucho que se tenga la intención, es imposible arrancarles una sonrisa porque si.

- Que aunque mi orientación es nula, soy capaz de llegar sin apenas  indicaciones a donde me proponga. Los retos son lo mío.

- Que es muy difícil hacer entender a alguien que no logra considerar esa opción, que hay cosas que simplemente se hacen porque si. Sin objetivo ni finalidad. Improvisando y con la mejor de las intenciones. 

Marta siempre dice que, a pesar de no ser nada competitiva, yo me pico muy rápido, incluso conmigo misma, y que siempre acabo haciendo tonterías, pero tonterías de las buenas, ocurrentes, sorprendente y especiales. Y es que, ¿tan difícil es entender mi forma de ver la vida y de hacer las cosas? 

Hay una cosa que siempre digo y con la que Marta coincide conmigo, las pequeñas locuras son las que marcan la diferencia.

miércoles, 19 de octubre de 2011

#desastre.

Soy un puñetero desastre, desastre mundial. Fue el cumpleaños de la catalana más valenciana que conozco y ni di señales de vida. Ya me vale, ya me vale, ya me vale. Mil disculpas. Milochomil.

Esto merecía un post. 
Guapa, que ets molt guapa Montserrat!
Felicitats.

lunes, 10 de octubre de 2011

De cenas improvisadas a películas gore y el arte de ser encantador.

Esta mañana, mientras estaba en mi puesto de trabajo, concentrada en hacer las cosas bien, me pareció oír una voz que decía: Solo de Loewe. Me sorprendió. ¿Qué hacían hablando precisamente de ese perfume, a esas horas de la mañana y con esta entonación tan singular? Seguí en silencio y escuchando la conversación. El olor me vino a la mente y no pude evitar sonreír y acordarme de la noche del viernes. De repente, alcé la mirada y les dije, "una vez alguien dijo que con esa colonia, un hombre ligaba seguro." 
Mi compañera de trabajo me ha echado una mirada furtiva intentando descubrir si tras mi frase se escondía algún mensaje. Pero no. Yo ya estaba pensando en la gran velada del viernes.

Todo empezó con una llamada a lo desesperado. Mi móvil hacía rato que se estaba quejando. Low battery. Y yo no me acordaba de la calle y del número a dónde tenía que ir. Al final, lo hice. Esa ha sido la primera vez que he cogido un taxi en Barcelona. Sí, ya ves, como te lo digo. Curioso. Tras dar una cantidad que me pareció excesiva al taxista por los 5 minutos de trayecto, llegué. Subí y como es habitual en mi cuando me lo permiten, yo, cómo en casa. Me metí en la ducha de un baño ajeno mientras fuera oía conversaciones amistosas acompañadas de una copa de vino. Como si tal cosa. 
Esa noche iba a ser una cena más de todas las #cenas4sq, solo que esta vez iba a ser algo diferente y pintaba muy curiosa. Y de 4sq nada. Después de que uno de los asistentes cancelara, había que improvisar. Y esta vez, tenía un as escondido bajo la manga, mi amiga Ainara. Ya se sabe que a mi me encanta aventurear y a veces, incitar y hacer sonreír a Ainara, cuesta más de lo que me gustaría. Pero se había animado. Pensé, ¡estupendoh'!.
Después de mis indicaciones absurdas y de demostrar que mi orientación es nula, una moto tuvo que ir en busca de un coche blanco entre los callejones de la parte alta de la ciudad. 

La verdad, no esperaba nada de esa noche, pero si conseguía que ella bebiera su primera cerveza y se sintiera cómoda, la noche, prometía muchas risas. Y así fue. Un restaurante arrinconado en una esquina, una terracita muy agradable y mucho don en el arte de colarse en los restaurantes crearon el ambiente adecuado para mezclar producciones de películas gore, autopsias, Badoo, carreras de coches, matrimonios, divorcios, relaciones a distancia, la sosería, abogacía, los espacios necesarios para las personas, dientes, motos, rubias, morenas, chistes y un sinfín de temas que a primera vista no pegan ni con superglu. Pero ahí estábamos, cuatro individuos, charlando, riendo y disfrutando de la velada. 

Y una vez mas, me di cuenta que sólo personas como ellos pueden hacer que un Gin tonic enganche y entusiasme tantísimo. Y es que ellos fueron los que una vez me enseñaron la ciencia de las copas globo. Ellos me iniciaron y las manos del barman italiano me mostraron todas sus variedades. Lo habíamos pasado bien y sin duda, cuando se pudiera, íbamos a repetir.


Ya es que ya lo dicen, los Gin Tonics enamoran, tienen algo especial, pero lo importante es con quién te los tomes.

sábado, 1 de octubre de 2011

Se busca dentista en Italia. Prometo recompensa.

Hace ya algunos años... que una noche, de repente, se te acerca una chica con acento de centro y te dice que te conoce, que conoce a tu pareja, a sus amigos, a que se dedican y que sabe cómo te llamas. Cosas curiosas que pasan en mi vida. Y así, 5 años. Y ahora la muy perra se va a salvar dientes a las Italias. 
Mira, no hay mal que por bien no venga... ya voy a tener un lugar más dónde quedarme cuando vaya por allá. 


Le deseo toda la suerte del mundo mundial. Diana mola mucho. Os lo prometo.