Hay días en los que de repente te pones a repasar y a imaginar todo lo que has vivido desde hace ya algunos años y piensas en todas aquellas personas que han pasado por tu vida y han estado a tu lado, las que siguen ahí y las que tal vez se han ido tomando distintos caminos, porque al fin y al cabo, nunca sería, ni fue ni será posible, caminar en paralelo contigo.
A pesar de ello, en lo más recóndito de tu ser te preguntas que estarán haciendo, o que pensarán o si alguna vez, en algún momento o instante pensarán lo mismo y se encontrarán en la misma situación en la que tú te encuentras ahora o si por el contrario hace años que ni piensan ni se acuerdan en ti.
Se que tengo ese problema, llamémosle problema, inconveniente, error o equis, pero es que no puedo evitarlo, es como si no pudiera dejar atrás el pasado. Sí bien, hay personas en las que una piensa más que en otras, hayan estado en tu vida años, meses, días, horas, minutos o segundos, eso no importa, el tiempo da lo mismo, la cosa es que a lo mejor estuvieron años y ni siquiera los recuerdas pero igual y fue un solo instante el que se cruzaron contigo y vas a recordarlos toda la vida. En mi caso, hay de todo.
Y es que las personas recuerdan soplos, momentos que quizá marcaron historia como el primer día de escuela, el primer amor, el primer beso, el primer chico que te hizo sufrir de verdad, la primera vez que fumaste un cigarrillo o el momento en que hablaste por primera vez ante un público lo suficientemente grande como para superar un teatro de 300 personas. Igual y no son instantes realmente importantes pero te acuerdas, vienen a tu mente y no puedes evitar pensar en ello. Aunque no quieras quedaron ahí gravados, por muy embarazoso que fuera el momento, por muy imbécil que fuera el chico, por muy terrible que fuera la situación o por muy desastrosa que fuera la vez.
Están ahí.
Y te preguntas en sí esas personas (por eso de que dicen que estamos conectados en la red a través de 6 clics) llegarán algún día a este blog y se darán por aludidas, se darán cuenta que pensaste en ellas mientras escribías estas líneas.
Igual y siguen con sus vidas, ajetreadas y demasiado ocupadas (como todos) sin posibilidad ni tiempo de leer posts absurdos.
Ahora bien, ojalá algún día, por momentáneo que sea, se vuelvan a cruzar por la acera de enfrente a la tuya, se pare el tiempo, te saluden sin miedo a que no les reconozcas y les pase todas estas líneas por el pensamiento.
Está claro, el pasado, marca historia.
1 comentario:
No es el timepo el que ha de pararse. ¿Sabes? Entiendo muy bien lo que cuentas. Yo lo he sentido. Pero la vida....hay que vivirla hoy, no ayer. No me fue bien sentir intensamente la melancolia de los desencuentros, de las perdidas. Busca lo que está, y disfruta de ello. Y cuando el corazon quiera melancolia....dale su racion, pero no lo empaches. Porque luego no sabra comer otra cosa.
Y ya sabes, que aunque suene a consejo, no es eso lo que pretendo. Te cuento lo que senti, lo que viví, y tu aplicaras lo que te venga bien....
Publicar un comentario