A
veces me pregunto si realmente las personas decimos las cosas con
intención y convencimiento o lo hacemos porque sí, para salir del paso,
porque nos va bien en ese momento y va como anillo al dedo. Lo chungo es
cuando tienes problemas con la memoria. Marta siempre dice que es todo
un jaleo. Ella lo llama memoria selectiva. Pero no estoy hablando de que le falte, porque es precisamente todo lo contrario.
Marta
se acuerda de todo, o al menos, todo lo que le llama la atención y le
parece interesante, curioso y diferente. No puedes decirle nada que
luego no se vaya a poder llevar a cabo porque se le despiertan unas
irrefrenables ideas automáticamente. No es bueno esto, no mola mucho,
vamos. Lo recuerda absolutamente todo. Peliculera y fantasiosa. Pero de
la película de fantasía real. De las cosas simples y sencillas que te
hacen sentir bien y disfrutar. Marta
no puede escuchar acerca de vuelos a algún lugar recóndito lejano
porque instantáneamente se imagina hiperventilando en un avión al
nombrar todos los modelos de aviones conocidos y morirse de la risa en
cuestión de segundos; no pueden hablarle de amistosas cenas porque
evitar pensar en cuántos platos se pueden compartir o de qué tipo de
Ginebra va a ir acompañada la velada, se le hace imposible; o no se le
puede hablar de aventuras y viajes aún por explicar en tardes largas de
parloteo, friqueces y otras cosas si posiblemente no van a haber
historias que contar.
Muchas
veces decimos las cosas y luego se nos olvidan, o más bien, dejamos que
se nos olviden. Las cosas o se dicen con intención de hacerlas o no se
dicen. Probablemente os parecerá una tontería Todo esto y seguramente lo
es. Marta siempre dice que las múltiples variables de la vida hacen que
no puedas realizar todo lo que te propusiste en un momento
determinado,....pero sabéis qué?, en eso no estoy de acuerdo con ella. Si se quiere, se puede.
1 comentario:
No, Clara, no siempre se puede.....
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