Tengo que decir que nunca había seguido un blog tan de cerca. No al menos durante más de 3 días seguidos. Y no, no soy de las que tienen RSS y por lo tanto no me llegan avisos a mi correo anunciándome de nuevas actualizaciones. Soy más de F5. Y de tener una especie de rutina diaria antes de ir a la cama. Eso es lo bueno de no seguir muchos weblogs, que puedes hacer repaso rápido sin emplear excesivo tiempo.
Por cosas de la vida y mis inquietudes de curiosa, hace unos meses descubrí uno que me llamó la atención. Vale, tengo que reconocer que no me impresionó por la forma que tenía de escribir, ni tampoco por lo que a primera vista decía, sino que fueron las ganas que ponía en contar las cosas y por la razón y finalidad que tenía en ello. Querer compartirlo es estupendo.
Empecé leyendo acerca de su viaje en el 2010, 14.000 kilómetros en 25 días habiendo recorrido 16 países en solitario. Cabo norte era el destino. Seh, me impresionó, sentí curiosidad y verdadero interés por conocer a la persona que se escondía detrás de ese casco que había llegado tan lejos. Eso sí, todo lo que leía estaba en pasado. Pero este verano había una nueva ruta que hacer, #larutadeoriente y ya que me consideraba una principiante pero buena seguidora, iba a tener el privilegio de seguir los preparativos previos, el viaje día a día y el destino ansiado. Y todas las aventurillas, pequeñas y grandes peripecias que ello comportaba. Y lo he hecho.
Hace
unos minutos he podido ver que después de 11 largas y duras jornadas, ha llegado al destino esperado,
Estambul. ¡Casi lloro de la emoción señores! ¿Y ahora qué?, pues ahora, la vuelta. Casi toda persona que disfruta con grandes trayectos en moto te dirá (y voy a mencionar la cita que encabeza su blog) que
lo importante no es el destino, sino el camino. Y yo, habiendo podido seguir el día a día de este último viaje, ahora lo he entendido. Así que os invito una vez más a todos aquellos interesados en los grandes viajes en caballos de dos ruedas, que visitéis esta bitácora llena de preparativos y aventuras;
The Long Way North.
Lo mejor de todo, que lo cuenta en primera persona y eso, ya lo hagas mejor o peor, siempre te da puntos extra. Y si además lo acompañas de fotos impresionantes de todos los parajes recorridos, mejor que mejor.
Con el tiempo me he dado cuenta que además de ser un excelente fotógrafo, ha evolucionado en todos sus viajes así como en la redacción de ellos.
Siempre he dicho que en este mundo hay dos tipos de post, los que al final del texto me ponen la piel de gallina y los que no. Y sin duda, sólo de imaginar la aventura del viaje que cuenta, ya te estremeces de emoción. Ahora que
ha llegado al final, solo le queda volver.
Ah sí, pero antes, como todo buen motero, comprar la pegatina de su destino.
¡Mis más sinceras felicitaciones por su gran andanza!