sábado, 8 de julio de 2006

Caricias de una ranita de sangre verdiazul.

Cada noche ella preguntaba a la luna el por que nadie la abrazaba ni la acariciaba tan suavemente, con esa textura de osito amoroso, tan dulce y solícitamente para no desgarrarla ni romperla.

Lo necesitaba, necesitaba que la trataran así, como a una muñequita de porcelana, con ese cuidado y ese cariño que se suele tener con ellas, para que no se caigan ni se lastimen con cualquier desliz.

Ella lo pedía, deseaba estar frente al mar, sumergiendo sus pequeños deditos en la arena, mezclándose entre esas pequeñas piedrecillas bajo una noche estrellada, únicamente con un rayo de luz que cortara su mirada con el horizonte, una chispa provinente del astro mas resplandeciente, situado en las alturas de la noche más fría y oscura del otoño primaveral, la luna, tan blanca y tan pura que solo ella entendería todas sus lamentaciones.

Quería dulzura, que la yema de unos dedos desconocidos paseara por encima de su piel hasta recorrerla despiadadamente sin nada que pudiera detenerlos.

Codiciaba sentir locura y desenfreno a la vez que quietud y sentimiento, que la abrazaran, que le hablaran y la hicieran sentir como lo que era, una princesa escondida bajo sus múltiples máscaras.
Deseaba que alguien viniera y atravesara cada una de esas mascaras hasta llegar a su fin, que se mezclara entre ella y el agua salada del mar, solamente ella, él y la luna.
Ella suspiraba una y otra vez, que viniera a jugar con su cuerpo desnudo sobre la arena, quieto y sin sentido, a la espera de un susurro que consiguiera erizarle la piel.
Pero no llegaba, no llegaba, no quería llegar o no podía llegar.

La ranita que ella buscaba no acababa de llegar y quizás nunca llegaría.
Seguiría esperando en esa playa frente al mar a que unas manos vinieran a comprenderla y a mimarla como ella merecía.

2 comentarios:

Jerry García, a.k.a. stup_id dijo...

las ranas tienen manos?


es este enunciado falso?

alea dijo...

No se el tiempo de esta entrada, pero se nota mas juvenil, mas anhelante, mas romantica. Y a la vez con fuerza. Sigues dandome mucha, mucha envidia. Y adoro como marcas los tiempos, las lineas de textos..