jueves, 29 de junio de 2006

Sentirse princesita el día de mi segundo cumpleaños no está prohibido.

Cuando los indios andaban a cuatro patas y las ranas tenían pelo las princesas sabían subir a los caballos sin levantarse la falda.

A veces nos gusta sentirnos princesas, ni que sea por unos breves instantes pero eso ya no es posible, no existen ni príncipes azules, ni sus caballos blancos ni los castillos espectaculares con grandes torres.
Ahora más bien los príncipes se convirtieron en dragones que echan fuego ardiente y los caballos en ratas de cloaca y la sangre azul desapareció por instantes.

El romanticismo de las palabras o de las caricias se lo ha llevado el tiempo y tan solo queda apariencias de príncipe, hombrecitos disfrazados de rana y será con eso con lo que debemos conformarnos.
Hay muchísimas ranas pero ninguna la correcta, ninguna esconde un corazoncito de sangre azul porque esa raza se extinguió en la era medieval, cuando todo eran largas cabelleras que salían de la ventana de las más altas torres.
Me hartaré de besar ranas y probablemente nunca encuentre a la rana adecuada. Que se le va a hacer, nunca acierto.

Sentirse princesa no es malo.
Ser princesa sin príncipe a veces vale la pena.



Hoy 7 años.
Feliz segundo cumpleaños a mi.

martes, 27 de junio de 2006

Feeling de hoy: PrInCeSa nO ApTa pArA InJuStIcIaS VuLgArEs.

Lo que puede hacer un café de media mañana.

De cómo un genio de una lámpara maravillosa puede hacerme sonreír siendo la hora que sea. Un genio capaz de sorprender a cualquiera, de hacer o decir cosas inimaginables a alguien totalmente diferente que a veces no entiende tanto afín a un desconocido.

Solo un genio es capaz de leer y sumergirse entre la aguas de Barcelona, paseando por las ramblas y teniendo tan solo el mar y la playa bajo a sus pies.
Increíble, ¿Verdad?
Hay lazos que una vez hechos es algo complicado deshacerlos y duran por siempre, bueno, quizás decir “por siempre” es muy irreal y abstracto porque el “siempre” nunca existirá pero “para mucho” tiempo si que existe.

Sentir que hay alguien muy lejos de aquí que pasando una página tras otra se ha acordado de ti es genial.
De cómo un libro puede hacer algo tan maravilloso, de cómo puede cambiar tu vida en un momento, de cómo las intrepidables aventuras de un protagonista de una novela extraordinaria puede hacerte sentir sensaciones fantásticas.
Mi libro favorito, “La sombra del viento”, consiguió todo esto en mí.
Es por ello que quise que otros también lo leyeran. Por eso lo regalé a alguien que lo merecía, a un genio de una lámpara perdida entre tierras extranjeras que a veces brilla por su mirada triste y que probablemente le hace falta un toquecito en el punto llamémosle X, un botoncito que todos tenemos en algún lugar de nuestro cuerpo, una clavija que hay que saber encontrar y apretarla.

Todo el mundo lo tiene, sólo que pocos saben donde esta porque no hay ningún cartel que diga “press the button”.
Este libro puede encontrarlo y apretarlo.


En fin, otro día ya se que tengo que hacer, tomar Colacao en vez de café.



Dejando de lado historias de aladines y genios de lámparas quisiera poner una foto por aquí que quien la vea ya sabrá que va para él.
Ocurrió así:
Caminaba con Ger por la Illa de Barcelona ((centro comercial de la Diagonal)) en busca de un sitio para comer y al pasar por delante de una tienda de repente escucho: -Clara!, toma una foto de eso!
Me fijé y me sonaba de algo aquellas tres letras. Eran estas:



Espero que te haga ilusión. A nosotros nos hizo mucha gracia.



*Hoy fui a dar sangre. Esta es mi segunda vez. Aún me quedan muchas veces más por dar, al menos hasta cumplir mi promesa y dar 30 bolsas de sangre, las mismas que una vez me pusieron mi.
Ayudar a la mejora colectiva de la sociedad es bueno. Ayudar a que una persona no se muera por no haber tenido sangre es muchísimo mejor.


Feliz día.

martes, 20 de junio de 2006

Dia de hoy.

Día demasiado extraño hoy.

Quizás fue porque fui a una universidad desconocida, porque entré en una clase con más de 30 personas o por la presión y los nervios que llevaba encima.
Las manos me sudaban, hacía muchísimo calor, así que el primer examen ha sido un poco desastre aunque los otros han seguido su curso bastante bien, como debía ser.

Al encender el móvil, los mensajes no paraban de sonar, gente que me deseaba muchas fuerzas para hoy, para mis exámenes y para todo lo que conlleva. Espero que no me estén sobre valorando demasiado y cumplir sus expectativa.
¿Y si no lo hago que?
Bueno, pues si no consigo llegar hasta la punta de la cima, no será porque me haya rendido ni porque no haya podido, simplemente que el árbol de los nervios habrá dado su fruto.

Y siguiendo con mi camino en busca de la rana.... hoy entre los rayos de sol que salían esta mañana de su astro.....
....busqué entre las 25.000 personas que había por Barcelona, 25 mil estudiantes que se examinaban hoy de selectividad pero no encontré a ninguna rana, ni a ningún otro ser que se le pareciera de color verde y que se mostrara a la superficie de la multitud.

Quizás estaban escondidas, como siempre lo están, saltando en su mundillo de hadas madrinas y castillos encantados con magos de varitas mágicas y sombreros de cascabel.
¡Qué bajen a la realidad donde yo acostumbro a encontrarme cuando me obligan!



Uf.
Historias de selectividad.
Uf.
Historias de ranas.

domingo, 18 de junio de 2006

Y aquí empieza...

Y aquí empieza una larga e inquietante historia en busca de la rana que se convierta en príncipe.

Podríamos decir que es una historia que se sale de lo habitual.
La historia de mi vida.

Una vida diferente,
de alquien raro,
que lo único que quiere
es conseguir extraer la parte especial de cada persona.

¿Las ranas existen?
¿Y los príncipes?


Se diferente
Y serás especial
Se raro y serás único.