jueves, 27 de septiembre de 2012

Opuestas, iguales.

Emocionarte cuando oyes hablar de una amistad como la nuestra, no tiene precio.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Buen momento.

Sentía como las gotas iban cayendo de forma casi resbaladiza cuello a través. Hacía calor. Mucho calor. Por dentro y por fuera. Y lo odiaba. Las medias oscuras le oprimían a mitad de muslo, ciñéndose bajo un bordado de lo más sexy. 
En ese momento podía sentirse como quisiera, hacer lo que quisiera, pensar lo que quisiera, incluso, decir lo que quisiera. En ese momento nadie iba a juzgarla por nada. Y eso, eso le encantaba. Hacer lo que a uno le plazca, traer a la realidad pensamientos de lo más inverosímiles no se puede hacer en cualquier situación. Ni con cualquier persona. Pero, casualmente, sentada en esa mesa de madera, mirando fijamente y con los ojos clavados al frente, Marta era lo más. Lo obsceno, oscuro e impetuoso iba a apoderarse de la situación. Liberada.
Aquello prometía. Y prometió. 

lunes, 10 de septiembre de 2012

El éxtasis de la risa.

Me gusta ver sonreír a la gente. De verdad, me gusta mucho. Me he dado cuenta que cuando los demás sonríen, están bien, están contentos....,yo estoy estupenda. Por eso, en muchas ocasiones pido a la gente que sonría cuando nunca lo hace. No es tan complicado sonreír. Lo complicado, muchas veces, es reír. Reírse con ganas; tantas ganas que notes que las costillas van a explotarte, que sientas que los abdominales te oprimen tanto que no te dejan respirar; de esas veces que no puedes evitar llorar de la risa. 
Esos son momentos muchas veces difíciles de conseguir, pero cuando los consigues, son un éxtasis. Adrenalina pura. 
¿Y sabéis qué? Sientan de maravilla. 

A partir de hoy, me propongo hacer sonreír en algún momento 
a todo aquel que pocas veces lo hace.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Porque todos tenemos nudos de medianoche.

La esencia de escribir en el momento. En ese preciso instante en que sientes. Ahora. Necesito escribir. Últimamente pospongo cualquier escrito, y lo hago porque me conozco bien. Si no me ocurren cosas satisfactorias, ni a mi ni a Marta, es imposible que salgan buenas líneas. 

Hacía tiempo que a estas horas de la noche no sentía un nudo en la garganta y es que soy imbécil. Imbécil de verdad, pero no tengo remedio. Marta siempre dice que llego a crear vínculos muy característicos con gente especial. Yo le digo que la especialidad no está en esa gente sino en los propios vínculos que crean conmigo. Pero con el tiempo, estos propios vínculos, pierden intensidad. Sientes que empiezan a perder su valor, que la cosa no es bidireccional, que el tiempo, la vida y la lista de preferencias de cada uno muchas veces olvidan qué significa una amistad. Pero no una amistad cualquiera, sino una totalmente desinteresada, sin finalidades ni objetivos mas que pasar buenos ratos, compartir confidencias, gustos, anhelos, sueños o cosas corrientes. Poder hablar sintiendo que están interesados en escucharte y que si lo necesitas, estarán ahí. No hablo de un primer plano, ni siquiera a veces de un segundo, pero quizás de un tercero o un cuarto, sí. Pero no, casi siempre acabas siendo el suculento e instantáneo postre, que te aderezan y condimentan para la ocasión sin tener en cuenta que quizás, en la próxima comida, te gustaría ser el entremés. A los entremeses siempre se les tiene en cuenta, no?

Tiendo a ver muchas veces las cosas con buenos ojos, a mirarlas desde una perspectiva dónde solo se ven las mil maravillas. Marta siempre dice que casi siempre idealizo un poquito a las personas, pero no es cierto, yo solo les realzo las cosas buenas que tienen. Y si no las tienen, las invento.

martes, 4 de septiembre de 2012

Noches de escándalo. #holidayspartII

Bilbao. El norte huele a cantábrico, el aroma de aire fresco que siempre invade todos mis sentidos cuando voy hasta allí. Y esta vez no iba a ser menos. Días de tranquilidad, paseos, comidas, cenas, ratos de sofá y dormir, dormir mucho. Con Jr, siempre se está estupendo. Pero este año...este año iba a presenciar, las Aste Nagusia 2012! Vamos, la fiestas mayores de Bilbao. 
Muchos conocidos me habían hablado de ellas, pero de todas las veces que había subido al País Vasco, jamás coincidían fechas.

La noche empezó de la forma más placentera posible. Un bocadillo de chorizo bilbaíno iba a preparar la que yo creía que sería una corta noche de un par de horas hasta ver los fuegos artificiales.
Tengo que decir que los bilbotarras no beben en vasos normales. Ya lo dicen, los vascos son unos exagerados y como tal, vasos de medio litro. Toma ya. Sorprendentemente, el primer Kalimotxo (sí, con k y tx), me sentó de maravilla. Al pan del bocadillo, con ese chorizo, le iba muy bien. Todo para dentro! Y cuando me daba cuenta, el vaso volvía a estar lleno. Señores, a verrrr... Que yo no se cual es mi límite.... Cuidadín! 
Y tras finalizar la fabulosa cena, nos despedimos de las chicas con las que compartíamos el rato y nos fuimos a buscar a un par de ya conocidos para mi. ¿Conocidos? Vale, sí, solo de oído. Y de repente, fue verlos, intercambiar unas pocas palabras y sentirse como en casa. Increíble. Unirse a ellos fue una de las mejores cosas que hice en esa noche y Joserra, ya lo sabía. Me dejaba en buenas manos. Fue una noche increíble. 

Y así..., descubrir cómo dos muletas son capaces de ser la mejor silla de descanso en medio del un tumulto extasiado de fiestas. Y sorprenderme una vez más, viendo en alguien que no soy yo, que la fuerza interior hace maravillas. Con las ganas y el querer vivir, se va a cualquier sitio. Te lo digo yo, que de eso, se un pelín. 


Decir que tipos de ese calibre, no se conocen así como así; de esos que en un santiamén pueden nombrarte Diosa del Olimpo y de repente hacerte sentir como si los conocieras de toda la vida. Contarte que esquiar es una aventura al alcance de cualquiera; que si yo quiero, se me pueden hacer unas estupendas y cómodas botas a medida. Explicarme que son capaces de tomar un café, y al día siguiente estar viajando a NY, así, sin meditar. Improvisando. 
Me gusta esta gente. Sin prejuicios, espontánea, muy simpática, abierta y sonriente.

Intentos de boas fucsia al cuello, de sombreros brillantes, risas a tutiplén, fotos prohibidas, conversaciones de lo más excitantes y secretos inconfesables cual más emocionante mejor, se disfrutaron con varios gintonics que caían del cielo.....momentos que crearon una noche que duró hasta la salida del sol. 
Bueno, la salida del sol y mas allá. Porque sólo un par como ese, por muy perjudicada que estés a las 7 de la mañana, es bastante difícil que lleven a una desconocida a casa, te metan en una cama y te preparen el desayuno a las 12 de la mañana.


Y no, no se dónde está mi límite. Pero.....¿Alguna vez lo he tenido?



PD. Os espero pacientemente impacientemente para hacernos de guía por la ciudad.
 Así que ya estáis organizando una repentina salida a Barcelona.