jueves, 26 de abril de 2012

Respirar.

Respira.respira.respira.Respira.Respira.respira.respira.Respira.Respira.respira.respira.Respira.Respira.respira.respira.Respira.Respira.respira.respira.Respira.Respira.respira.respira.Respira.

lunes, 23 de abril de 2012

Te de canela.

Hoy....., hoy iba a contaros la historia de que nada es lo que parece, ni todo oro lo que reluce, y de los pasos complicados y decisiones exactas que hay que tomar en según que situaciones..., pero no, hoy no toca eso. Hoy es Sant Jordi, y aunque posiblemente para mi signifique un dia como cualquier otro, hoy, Barcelona parece que está más contenta y la gente sonríe mas por sus calles. Será casualidad. No se.

De eso que una pequeña y escueta conversación en el momento más adecuado, parece que como que da un giro inesperado al timón del barco.

- ¿Te hace un te?
- Ahora mismo, me hace lo que sea.
- Oc.

El día había amanecido bastante soleado y la temperatura era favorable para pasear. Ese iba a ser el primer 23 de abril que en años Marta no pisaba Barcelona. Sentía que ese no iba a ser uno de los mejores días del año, pero en fin, mañana sería otro día. Qué más da si era lunes, si era festivo y si era Sant Jordi. Era principio de semana, y había que trabajar. 
Pasar pagina y al toro por los cuernos, no era una de sus grandes aficiones, más que nada porque los lagrimones de sus mejillas así se lo hacían ver. Pero lo hizo. Un solo click y luego todo silencio. Y pensó: "algun día me reiré de todo esto".
Y de repente.... uno de esos momentos especiales, un momento con olor a canela, un momento de te, de charla y de distracción. Un momento que no sabes ni cómo ni por qué, pero te mola. Sí. Yo los llamaría....Momentos especiales de canela. 
Así me gusta llamarlos. Aunque estén llenos de noticias buenas y noticias malas y luego se callen. En realidad, ¿os digo un secreto? Cuando hay una noticia buena y una mala, la mala nunca es tan mala. Aunque haya silencio y se cambie de tema sin acabar el asunto de la buena y la mala. 
Igual es que mis impulsos no son tan raros, ni las cosas se hacen por un motivo en concreto, sino porque si y punto. Quizás han llegado a comprender a Marta. Y digo quizás, porque no lo se bien, pero creo que la han entendido. Sí. Hacer las cosas porque apetecen sin significado retorcido.

Y como la glándula lagrimal de Marta parece que tenga un mecanismo independiente y directamente ligado como primera respuesta a la emoción, pues ale, rienda suelta. Inexplicablemente beber de una misma fuente, nunca había sonado tan amistoso. Ni mucho menos, tan digno de ser agradecido. Aunque la impropia e idiota pregunta de ¿cómo estás? solo durara un par de segundos. En ese momento, le debía la vida. Pero sólo en ese momento. Y aunque haya gente que más vale decirle un  que te jodan a un simple gracias o un muchas gracias, pues eso, que te jodan. Y si eso, ya otro día, buso palabras más acertadas. Pero solo si eso. 
Marta nunca entiende la puñetera facilidad de algunas personas por dejarle con la boca abierta. Ahora, empieza a entenderlo.


Feliz Diada señores. A los Jordi.... y a todos los demás. 





[Siempre hay una rosa que sea cuando sea,
 esté como esté y pase lo que pase,
 siempre llega.
 La rosa blanca de papá.
 ¿Y sabéis qué? me encanta. ]


sábado, 21 de abril de 2012

Instantes de Marta.

Eran las 10 de la mañana. El sol ya alumbraba y el suave cantar de los pájaros formaba una melodía digna de la mejor sinfonía que se pudiera escuchar en ese preciso momento. La ciudad amanecía y desde el verde primaveral de Villa Borghese, Marta saludaba toda esa inmensidad que tenía a sus pies. Hubiese deseado que ese instante perdurara durante siglos.

El olor a tierra mojada de la tormenta de mayo del día anterior, había dejado un aroma sutil pero tan intenso a la vez que incluso a esas horas, aún se percibía. A lo lejos, se veían calles ordenadas de la forma más caótica posible, pero que desprendían una melancolía inevitable. En la ciudad eterna, parece que el tiempo la atraviesa con mucha lentitud. Acumula claramente una especie de escepticismo de siglos en todos sus escenarios pero mantiene la luminosa viveza mediterránea. 
Marta siempre dice que allí, la Mamma del restaurante más escondido del Trastevere, al fondo a la izquierda de la calle principal, es la que te hace la mejor pasta en su punto y la pizza más estupenda del mundo; esas de las que disfrutas sobre un emblemático mantel a cuadros rojos y blanco con una tenue luz nocturna. 


A pesar del desorden desequilibrado y absurdo característico, sin duda, alguna vez, Marta me ha contado que en esa ciudad, los lugares e instantes mágicos, abundan; los encuentras sin buscarlos y francamente, me parece algo muy curioso, sorprendente y extraordinario. 



martes, 10 de abril de 2012

Good luck. O cómo ser especialista en Leyes de Murphy.

Sí, lo mío es ser masoca, masoca de remate. Primer día después de Semana santa. Síndrome postvacacional a flor de piel y sueño infinito con dolor de cabeza y picor de ojos incorporado. Cansancio acumulado por varias noches de tos y encima, mocos. Los mucolíticos del armario del baño de mi casa, definitivamente, no funcionan. La garganta me sigue picando y los mocos, siguen siendo igual de espesos, de igual color y exactamente con la misma cuantía. Y no, no voy a darle más vueltas al tema porque de mocos, todos sabemos, todos tenemos y ya somos conscientes de todas sus características. El caso es que llamémosle poca suerte o estado mental caótico, las cosas son así. Sí, ese es el mío. Caótico. Eso o un completo desastre.

Digamos que mi gran especialidad es levantarme a las 6 y media de la mañana para ir a clase el día que no hay clase, ya sea porque es Santa Apolonia, porque ese día resulta que al profesor no le ha dado la gana venir, porque las prácticas las han cambiado de día o porque he pensado que es martes en vez de lunes. O de eso que estás a punto de salir de casa para ir a la biblioteca con un sol radiante, y en el tiempo que vas al baño y vuelves, cae una granizada de mil demonios. Sí, esas son mis especialidades . Eso sólo tiene un nombre: Pringada. PRINGADA en mayúsculas. Pero ya estoy acostumbrada. No os penséis. 
Soy el vivo retrato de las leyes de Murphy, cuando algo puede salir mal, sale mal. Qué queréis, no nací con una flor en el culo. Cuando yo nací, sólo me repartieron un cupo de suerte y va a ser que ya la gasté. Vamos, que sobrevivir a 7 pisos de altura, digo yo que no es cualquier cosa... eso no es solo tener suerte, eso es tener mucha potra. 

Lo gracioso es que la suerte nunca va conmigo y eso que tengo a más de un amigo que me dice lo afortunada que soy. ¿Afortunada? Afortunada! Los cojones!, afortunado al que le toca la lotería, no a mi, que por no tocarme, no me tocan ni los tickets de regalo para comprar alimentos de interés en el Caprabo. Yo soy de las que siempre me hacen descuento en la compra de alcaparras. Y vamos a ver, yo alcaparras, como que no voy a comprar en la vida, señores.
Y si por una extraña circunstancia, los planetas se alinean, el cosmos está de mi parte y no llueve, truena o hay tormentón, resulta que los extraterrestres de marte nos vienen a invadir. Y si creía que ya nada podría salir peor....MEEEEC... me equivoco. Desde esta mañana, las 6 partidas de #Apalabrados que había empezado ganando de 20 puntos, resulta que me están apalizando con una diferencia de 30 puntos. #estupendoh.

¿Y aún creéis que yo, voy a tener chiripa en algún momento? #Claaaaro. Seguro que sí. Y no digáis que soy negativa porque no es cierto. #Positivizando. Siempre habrá un "no hay mal que por bien no venga". Eso sí, igual que Marta, yo, voy a seguir creyendo en las remotas, curiosas y sorprendentes casualidades de la vida.

[[Escuchando: Rafita Perestroika - Rafa Pons]]

domingo, 8 de abril de 2012

Chispeante.

Venga, hablemos de cosas trepidantes, soñemos un rato en momentos de impacto, curioseemos con lo que podría ser y perdámonos entre calles adoquinadas que nos dirijan directamente a la fuente de los cuatro ríos en una de las plazas con las que te topas como si nada, cuando menos te lo esperas. Recuerdo que eso solo me ha ocurrido en la única ciudad del mundo con dos estados. Riámonos, discutamos, critiquemos y guiñémonos un ojo mientras nos tomamos un helado de avellanas. Charlemos, hagamos el friki, hablemos de lo trascendental y de lo que no. Comprobemos que eso, es lo gracioso. Disfrutemos ese instante.

¿Peliculera, Yo? Nah. O sí, quien sabe. No se pierde nada, no?
Me llaman observadora, me tildan de sutil, aguda, astuta, hábil y a veces perspicaz, pero en realidad,  lo único que me gusta es conocer al que tengo en frente. Pasarlo bien. Impregnarme de lo interesante, de lo divertido, de las pequeñeces que son grandes. Cosas que me hagan ser mejor, que me aporten, que me llenen, que me descubran que no por más conocido y predecible, será mejor. De improviso, así, cómo si nada. Siempre digo lo de tirarse a la piscina y vivir lo de aquí y ahora, no? Dejémonos de complicaciones absurdas, no pensemos y consigamos que al recordar aventuras como esa, solo nos venga una palabra a la cabeza. Chispeante.

La agudeza de las grandes aventuras, vivencias que no te esperas; esas cosas que verdaderamente te impactan. Aventuras que te dejan esa sensación de haber aprovechado la ocasión. De haberla vivido al máximo.

sábado, 7 de abril de 2012

Ya.

No puedo ver nada, no puedo tener nada, no pudo escuchar nada, ni puedo pensar en nada que tenga que ver con él. Ya dicen que todos debemos pasar por unas etapas ya prestablecidas y generalizadas y yo, como siempre, voy tarde, me cuesta, qué queréis que os diga. Siempre voy tarde para todo. Es algo que me sucede normalmente, que alargo las cosas. Aunque pensándolo bien, yo no le pondría la palabra alargar, para mi no es un alargo. Yo no pongo añadidos, ni anexo suplementos, simplemente sumo momentos. Verdaderamente paso la página, pero sigo escribiendo la historia. Entiendo, comprendo y hasta puedo imaginar por qué, pero no lo acepto, no me digáis que es lo correcto, lo normal y lo que se debe, porque no. No me lo creo. Entiendo las distancias, la sequedad, la sosería, el frío, el reparo, el pasotismo e incluso la leve impertinencia, pero no me creo que borrarme por completo sea la solución. No lo es. Pero lo respeto, lo respeto porque cuando alguien es tan genial,  se lo merece todo.

Ale, ya. 
Como siempre le digo a Marta, escribirlo me ayuda a sacarlo. Y ahí está. Escrito solo para mi.

Lo mejor de lo peor.

Una de las peores cosas que podía haber hecho en el día de ayer y sin embargo una de las mejores que hice. Gracias niña. Gracias por el abrazo en el momento adecuado y gracias por hacerme ver que soy lenta de reflejos. Que a mi, las diferentes etapas por las que debemos pasar en momentos determinados, me cuestan.


¿Si existen momentos de impacto que definen quiénes somos, qué pasaría si un día fuéramos incapaces de recordar nada?

[Goodnite - Melody Gardot]  

miércoles, 4 de abril de 2012

Remotas posibilidades.

¿Tú sabes de esas cosas que de tan improbables que son, te suenan hasta imposibles? ¿Esas que te desconciertan, que te dejan con la boca abierta, sin saber qué decir? ¿Todas esas que te sorprenden tan descomunalmente que te limitas a no acabarlas de asimilar por si las moscas? ¿Por si las moscas vas a comerte el caramelo y desaparece? Pues eso. Y si no desaparece, vienen los extraterrestres y nos invaden.

Marta siempre dice que no hay que ser negativa y yo nunca lo soy. Yo soy limitante. He ido aprendiendo con el tiempo. Me limito con las cosas (solo algunas); intento no exaltarme demasiado cuando algo me apetece y se sale tanto de mis casillas porque siempre, siempre, siempre, algo falla. 
Siempre, menos cuando hay una remota posibilidad. 

Y perderme entre callejuelas, colegueando de la forma más sencilla pero diferente, riendo y charlando, se me hace muy divertido. Divertido y curioso. Y a mi, ya sabéis, lo curioso, me fascina. 



Esto es una de esas cosas que pondría en mi lista de #cosasquemehacensonreir. 
Las remotas posibilidades.