viernes, 24 de febrero de 2012

Leyendo a Zafón.

"Se incorporó en la penumbra y, sin mediar palabra, se alzó el camisón y lo dejó caer a un lado de la cama. Se dejó contemplar unos segundos y luego, lentamente, se inclinó sobre mí y me lamió los labios sin prisa."

El Prisionero del Cielo

miércoles, 22 de febrero de 2012

Sorprendentemente emocionante.

Anonadada. Perpleja. Asombrada y sorprendida. Vamos, sin palabras.

Así se quedó Marta en ese instante; un instante, que sin duda, se le hizo eterno. Sí que era cierto que había algo que celebrar, algo que no se volvería a repetir jamás pero nunca hubiera imaginado algo como tal. Ni siquiera parecido. Ni de esa forma. Y lo único que se le ocurría decir era "gracias". Un simple y aparentemente poco valioso gracias. Austero, serio y sencillo. Pero en realidad, ese gracias era mucho más profundo; era un gracias que sonaba muy moderado pero que no pretendía serlo; decía muchas cosas más de las que parecía.

Creo que cuando Marta me contaba la historia, no encontraba las palabras adecuadas para explicarme todo ese cúmulo de sensaciones. Le resultaba muy complicado entender la situación tan sorprendente. Papel de colores, mirada tímida, disimulada y casi sin emoción. Sonrisa y a esperar la reacción. Las sorpresas nunca habían sido su fuerte pero a la vista estaba que cuando decidía hacer una, lo hacia a lo grande.

¿Agradecimiento? ¿Aprecio? ¿Afecto, estima, cariño? Amistad, sin duda.
En múltiples conversaciones con Marta, siempre me dice que más vale un "parece que no, pero sí", que no un "parece que sí, pero no". Mas vale que siempre sea un no, porque cuando es un sí, ese sí, consigue sacar de las casillas y enmudecer a cualquiera.

Y es que para que Marta pueda abandonar esa emoción tontita de niña pequeña, van a tener que pasar muchos días.

lunes, 20 de febrero de 2012

#Mis25.

Cumples años. Cuarto de siglo. 25 añazos no se cumplen todos los días. Muchos me han dicho que quién los pillara pero a decir verdad, cuando pasas del 24, es como cuando pasas los 40; en adelante ya nada va a ser lo mismo. Eso sí, no tienes la irrefrenable ansiedad por comprarte una moto ni tampoco por volver a disfrutar la juventud de 20 años atrás, pero sí que te crea un punto de inflexión, un antes y un después.

Por regla general, como muchos ya saben, nunca me ha gustado el día de mi cumpleaños; es extraño, me pongo como triste, como melancólica, como con ganas de que el día termine de una maldita vez. Supongo que me estresa eso de que el móvil se colapse y que las mil y una redes sociales en la realidad actual 2.0 se llenen de felicitaciones. Debería ser al contrario, no? Extrañamente raro.

Y de eso que el día 15 iba a ser como otro cualquiera. Levantarte pronto, recados, uni, clase y para casa. Pequeña cenita con mis padres y poco más. Tampoco esperaba ningún regalo ni gran celebración. Pero se ve que este año, eran 25. Vamos, bastante conmemorativo y como tal, la sorpresa para mi fue que la pequeña cena familiar se convirtió en todo un suculento festín de gambas y embutidos, todo acompañado de amigos que hacia las 10 de la noche se presentaron frente a la puerta de mi casa y picaron al timbre. Y yo, inocente de todo, en pijama. Qué estupendo. Podían haberme avisado, no?
Gracias a mi madre por hacer posible esa sorpresa. Me encantó. Y además, todo un regalazo el que me hicieron. Increíble. A Marc, Elena, Fran, Cris y Miqui... Y también a Ainara, Gera y Lauri que no pudieron asistir, mil gracias señores.

Y así hasta el jueves. La #cenamosquetera, todo un éxito. Pizzas increibles y cócteles insospechados al mas puro estilo caribeño. Molan. Ellos ya lo saben. Menudo trío formamos. Tan distintos y tan buena química que hay entre nosotros. Y luego, fin de semana. Cena con #misamigosquenosonmisamigos o eso se empeñan en decir ellos. Los adoro. Cenita en las ya inigualables calles del Born y noche de locura multicolor fluorescente. Me encanta.

Y ahora, una semana nueva que ha venido y aún viene, cargada de celebraciones.

martes, 7 de febrero de 2012

#martesmediodominguero

Día completo de abuela, lanas y ganchillo. Un poco de lectura, terminación de algún trabajillo y muchos proyectos pendientes. Segundo día de dieta, 800 gramos menos que ayer y por fin, a día 7 de febrero, me he logrado apuntar al gimnasio. Dos propósitos de año nuevo en solo una semana. Vamos bien. Y eso que solo es martes. #estupendo.

Monederitos a medio terminar. Creo que van a ser toda una revolución. Así, como te lo digo.

lunes, 6 de febrero de 2012

La clave es Mufasa.

De eso que preguntas a alguien que cómo anda, que cómo está, que qué tal el día y la respuesta siempre es la misma, del mismo estilo que de costumbre. 

¿Nunca os ha pasado eso de tener amigos a los que se les tiene que sacar con pinzas las palabras algo más trascendentales? Pesada, incordiante, insistente y a veces igual y hasta latosa, pero es que yo, personalmente hace tiempo que dejé de usar las pinzas; yo creo que he pasado a usar directamente grandes fórceps para intentar sacar ese algo. A pesar de eso, hay veces, que ni así. Se resisten. Y cuanto más se resisten más me empeño. Aunque suene frustrante, así soy yo. Y no me llames metomentodo o cotilla. Ni siquiera me llames curiosa. Esta vez no. Supongo que me gusta arrancar trocitos de personalidad, parece que de vez en cuando es un hobbie que me encanta sacar a pasear. Sobretodo cuando son amigos complicados de conocer pero personas extremadamente interesantes. Cerradas, a veces malencaradas y casi siempre cortantes, pero que te dan ganas de prestarte y que entiendan que realmente no estas ahí solo para las risas. 

Marta siempre dice que la mejor forma para encontrarte en el momento perfecto y exacto de arrancar trocitos internos de alguien es tras una película de Disney, de esas que hacen llorar, tipo el Rey León con la muerte de Mufasa. ¿Quién no ha llorado con esa escena? Porque yo sí. Pues ese, ese es el momento de trascender. No van a hacer falta ni pinzas, ni forceps ni el incordio molesto que siente todo hombre cuando le preguntas "¿En qué estás pensando?".


[[De remember. Escuchando: Cómo repartimos los amigos - Ella Baila Sola]]

viernes, 3 de febrero de 2012

Mi #listadecosasporhacer.

Ayudar a realizar los sueños de la gente siempre ha estado dentro de mi #listadecosasporhacer.

Y como esta vez no va a ser menos y yo soy muy 2.0, creo que mediante un post en este blog es una buena forma de explicaros que tengo un amigo que uno de sus grandes anhelos es vivir una aventura; la aventura más extraordinaria de su vida. Se ha propuesto recorrer sobre dos ruedas toda América en solitario, desde Buenos Aires hasta Miami y para conseguirlo necesita muchos #MeGusta en su video publicado en #Facebook.

Así que si no os importa y tenéis tres segunditos, clicad en el enlace y ponerle me gusta. Y si además, les decís a vuestros conocidos que también lo hagan, siempre sabréis que habréis aportado vuestro granito de arena.

Nunca he utilizado este medio para hacer una petición de este tipo, pero esta ocasión, creo que lo merecía.


ENLACE:

Muchas gracias de antemano, querido lector curioso.



jueves, 2 de febrero de 2012

Etapas y supremacía.

¿Tú sabes cuando termina una etapa y da paso a otra nueva? 
Pues creo que este es el momento. Tomárselo con tranquilidad, completo sosiego y la total normalidad del mundo. Creo que es lo mejor. Evitar pensamientos de melancolía. Esto es una mejora, siempre lo es. Estoy segura. 
Eso sí, las nuevas etapas siempre son buenas pero los momentos de transición, cuestan. Y como cuestan, por cortos que sean, no está mal ayudar en el trance. Y como estoy segura de que un trance acompañado es mejor que uno en solitario, pues ahí estoy yo. Eso sí, parece que hay veces en que quizás no debería. Los trances, siendo cebolla, son peor. Por eso, hablarlo, conversarlo, transmitirlo, explicar lo que sientes, si estás bien o si no lo estás; esa es la clave. 
Y si no, pues eso. Sigue siendo cebolla. 
#Quèhifarem.

Como siempre me dice Marta, querer que te digan que has hecho algo bien, que se sientan agradecidos y que te lo transmitan, no es signo de supremacía. Aquí no hay prepotencias que valgan. Me gusta ser así.