domingo, 30 de diciembre de 2012

Curiosidades que matan.

Marta los había conocido en un momento, por lo menos, divertido. Vestida de rojos y con un corazón en sus manos, conversaba a la suave luz del gintonic. La curiosidad empapó el ambiente, las miradas se cruzaron, y lo amable llevó a lo divertido y lo divertido a lo complaciente. 

La mente era como la suya, abierta, madura, de gran espectro, despejada y libre. Sin prejuicios y totalmente sensata y clara. O eso parecía. Lo había pasado bien. Amistades pasadas, conocidos de nuevo y patatas bravas con vodka a las 4 de la mañana. Y sobretodo, morbo. Y atracción. Mucha atracción. 

Y el rato pasó, y la noche, y los días y el juego parecía haberse apoderado de la situación. Abierta a nuevas experiencias y a matar curiosidades varias, pensaba que seguir el hilo daría una complicidad totalmente amistosa. Poco a poco, le pareció oír. Poco a poco le dijeron. Poco a poco, tenía que ir la historia. Sin forzar, sin preparar, totalmente espontáneo. Los curiosos como Marta es lo que tienen, de repente se encuentran en instantes de lo más extraños, en lugares de lo más singulares y compartiendo mesa y libros con dos conocidamente desconocidos que preparaban te y desayunaban muffins de chocolate rellenos de yogurt de buena mañana.

Y esa vez, había estado bien. Con toques graciosos, eso sí. No podía ser de otra forma. Las primeras veces siempre deben ser así. Y aunque Marta no estaba totalmente concienciada, se sintió cómoda. A gusto. Habían aceptado la negativa y las medias seguían en su lugar. Mientras el agua caliente caía sobre sus hombros, era imposible abandonar el shock que le invadía la mente. Y después de un "mañana más", se fue. Todo aquello había sido muy nuevo para ella. Y tenía ganas de más.


Y el mañana, jamás llegó. Confiaba que no habían habido problemas. Que lo que ella había hablado, estaba claro, que no habían habido malos entendidos ni recelos de por medio. Ni dudas, ni celos, ni pensamientos equívocos. Sin problemas. Y que si los había habido, que fueran igual de claros que ella era. Que se lo dijeran, que se lo contaran y tan amigos. Pero no, lo mejor fue tratarla como si no estuviera, no hablarle, no preguntarle, no hacerle partícipe de lo que había pasado. Ignorarla. Si habían habido jaleos, confusiones o mosqueos, no importaba. Iba a entenderlo. Un "no ha pasado nada", en ese momento, no colaba. Para nada. Eran personas distintas a las del día anterior. Nada que ver. Absolutamente nada. Calladas. Austeras, serias y totalmente moderadas. Ni intercambio de miradas, ni complicidad. Nudo en la garganta. 

Le habían hecho pasar uno de los peores ratos en mucho tiempo. Y no se merecía algo así. Marta va de buenas, es mucho mejor que todo eso. Y pasa por esa situación una vez. No más. El truco está en la palabra. Hablar. Compartir conversaciones. La claridad y la transparencia, sin duda, son la clave. ¿Pero es que sabéis qué? Al fin y al cabo, ellos se lo perdían.

domingo, 23 de diciembre de 2012

:(

Sin inspiración.
Y no por falta de cosas que contar.
Parece que últimamente vivo momentos con tanta intensidad que me cuesta escribirlos.

martes, 4 de diciembre de 2012

#Smile.

Encerrada en ese mini mundo que se crea cuando vas dentro de esa burbuja, las lágrimas no dejaban de caer en silencio. El momento se acercaba y la tensión y el grado de ansiedad interna iban en ascenso de forma estrepitosa. Es como esas veces en que no se puede disfrutar de la emoción que supone hacer cosas rebosantes. Odio infinito. Infinito y profundo. Toda esa incertidumbre, acaba matando. Por lo menos a mi. A mi y a Marta, está claro.

Y finalmente, el momento llegó. De forma repentina, el miedo se apoderó de la situación. Marta lo había hecho con todo el cariño y admiración. Esperaba el instante con ganas e ilusión. Con un único objetivo, sorprender a la que nunca se sorprende. Sabéis de esas personas que nunca se dejan sorprender?; ¿Que parece que tienen un odio permanente y continuo a las sorpresas? Ese había sido su propósito desde el primer instante en que se le pasó la idea por la cabeza. Se había imaginado ese momento un millón de veces. 

Había odiado profundamente todas las veces en que, mientras en secreto se repetía "la sorpresa va a ser buena", sentía que lo que hacía era absurdo, que no merecían el empeño de Marta. Era como chocar reiteradamente contra una pared. Ni siquiera estaba segura de lo que hacía. Ni siquiera ella misma lo entendía. Ni siquiera sabía de donde salían las ganas. Ni siquiera. 
Tenía ganas de ver si realmente, ni que fuera por una vez, tomarían en serio algo que ella hubiera hecho. Si algo así, despertaba ni que fuera una gotita de agradecimiento y se lo hacían saber, sería todo un logro. Creo que Marta no necesita demostrar nada nunca. Es de ese tipo de personas que demuestran la amistad obviando las palabras. Las pequeñas o grandes cositas que hace, le salen del fondo. No las piensa. 

¿Pero sabéis qué? Esa espontaneidad, marca la diferencia. Y esto, al menos, para ella, había sido muy gratificante. Al fin y al cabo, había hecho sonreír a la que jamás sonríe. Y eso, eso lo compensaba todo. 


lunes, 26 de noviembre de 2012

Increíble pero cierto.

Sara & Albert
 Se casan. Y los adoro.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Cosas a decirse a una misma.





Eres fantástica. 
Extraordinaria.
Encantadora.

Y molas un huevo.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Guía práctica.

Qué hacer cuando alguien importante te aparta de su vida por completo:

  • No busques razón, no la hay.
  • No te martirices, tú no tienes la culpa.
  • Pasa de absurdeces. Aunque te moleste. Aunque te duela.
  • Suda de comportamientos de preadolescente. De niño de 15 años. Esto no es un patio de colegio.
  • No te límites, sigue con tu vida.
  • Basta de gilipolleces de tres al cuarto.
  • Continúa haciendo las cosas que siempre has hecho y cómo las has hecho.
  • No te preocupes de más. Ya no. no seas tonta. Ya se apañará.
  • Siéntete estupenda y magnífica.
  • Eres genial. 
  • 0% juzgable.
  • Saber que molasmil.
  • Sonríe.
  • Y al Rubio, que le den. En serio.

Y punto.

lunes, 29 de octubre de 2012

El cielo o el infierno, una de dos.


Amigos. Amistad. Aprecio. Cariño. Cosas especiales. Ganarse el cielo. O quizás el mismísimo infierno. Cruzar la línea sin darte cuenta. Meterte en arenas movedizas sin poder dar marcha atrás. Cuando las cosas vienen rodadas, ya no puedes decir que no. Sin querer. Una cosa lleva a la otra. Pum. Ahora ya lo tengo. De la forma más espontánea. Inocente. Simple. Con sonrisa. Con emoción e ilusión. 

¿Dónde esta el límite y cómo se hasta dónde puedo/debo cruzarlo? 

Chungo. Difícil. Miedo. Expectativa. Secreto. Curiosidad. Imaginar mil y una vez ese momento. Saber que puede ser una despedida. Un hasta luego. O un hasta siempre. Ahora ya está. Lo hecho, hecho está. Sólo queda esperar. 

A ver que pasa. 

miércoles, 24 de octubre de 2012

Ángel.

Después de 13 años, por fin, he sabido en primera persona, qué pasó. Ahora resulta que un simple, pequeño y blandito saco de cemento, en la esquina más apartada del lugar, evitó que mi cabeza no chocara contra el suelo. Cuestión de milímetros, diría yo. Suerte. Puñetera suerte fue aquello. En serio. Ni vírgenes, ni dioses, ni milagros. Puñetera casualidad y suerte. Pero suerte de la buena. 

¿Tú sabes esas personas que sin tan siquiera conocerlas sientes que tienes un vínculo especial con ellas? No te acuerdas casi de su cara, ni de su voz, pero cuando la ves, te emocionas. Y no es que sólo sea porque yo soy una llorona y de lágrima fácil, sino porque; ¿quién no se emocionaría al ver a la primera persona que te salvó la vida?


Ángel. Él fue mi héroe. Él, una manguera y una lavadora. Y hoy, ahora, en este momento, trece años después, me lo cuenta. 

miércoles, 3 de octubre de 2012

Ansiedad ajena.

Respiración intranquila, descordinada, ansiosa, estresada y nerviosa. Así estaba Marta aquella tarde en que casi a la fuerza, la obligué a tomarse un Frappé de caramelo. Es imposible que teniendo tantas cosas en la cabeza, concilie el sueño de forma satisfactoria. A pesar de parecer que pasa de todo, estar ausente en muchos momentos y callada hasta niveles insospechados, su cabeza da mil vueltas. Y eso, hay que descargarlo. Y si es con cara enfurruñada y chocante, asumiré ese riesgo.

Porque ser realista no significa privarse de las alegrías y entusiasmos que te da la vida. 
No significa no expresar tus sueños y anhelos. 
No significa dejar de ser idealista cuando estás gritando en silencio que lo que te esta sucediendo es genial.

Muchas veces le digo a Marta que ser tan poco emocional en momentos como estos, te priva de vivir y sentir sensaciones extraordinarias. Que gritar, alegrarse, emocionarse es lo que hace que disfrutes de cada situación por la que pasas. 
¿Y es que sabéis qué? Incluso sentir miedo es bueno. Te proporciona una adrenalina que en ocasiones, es increíblemente placentera.


Y que el hielo se derrita.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Opuestas, iguales.

Emocionarte cuando oyes hablar de una amistad como la nuestra, no tiene precio.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Buen momento.

Sentía como las gotas iban cayendo de forma casi resbaladiza cuello a través. Hacía calor. Mucho calor. Por dentro y por fuera. Y lo odiaba. Las medias oscuras le oprimían a mitad de muslo, ciñéndose bajo un bordado de lo más sexy. 
En ese momento podía sentirse como quisiera, hacer lo que quisiera, pensar lo que quisiera, incluso, decir lo que quisiera. En ese momento nadie iba a juzgarla por nada. Y eso, eso le encantaba. Hacer lo que a uno le plazca, traer a la realidad pensamientos de lo más inverosímiles no se puede hacer en cualquier situación. Ni con cualquier persona. Pero, casualmente, sentada en esa mesa de madera, mirando fijamente y con los ojos clavados al frente, Marta era lo más. Lo obsceno, oscuro e impetuoso iba a apoderarse de la situación. Liberada.
Aquello prometía. Y prometió. 

lunes, 10 de septiembre de 2012

El éxtasis de la risa.

Me gusta ver sonreír a la gente. De verdad, me gusta mucho. Me he dado cuenta que cuando los demás sonríen, están bien, están contentos....,yo estoy estupenda. Por eso, en muchas ocasiones pido a la gente que sonría cuando nunca lo hace. No es tan complicado sonreír. Lo complicado, muchas veces, es reír. Reírse con ganas; tantas ganas que notes que las costillas van a explotarte, que sientas que los abdominales te oprimen tanto que no te dejan respirar; de esas veces que no puedes evitar llorar de la risa. 
Esos son momentos muchas veces difíciles de conseguir, pero cuando los consigues, son un éxtasis. Adrenalina pura. 
¿Y sabéis qué? Sientan de maravilla. 

A partir de hoy, me propongo hacer sonreír en algún momento 
a todo aquel que pocas veces lo hace.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Porque todos tenemos nudos de medianoche.

La esencia de escribir en el momento. En ese preciso instante en que sientes. Ahora. Necesito escribir. Últimamente pospongo cualquier escrito, y lo hago porque me conozco bien. Si no me ocurren cosas satisfactorias, ni a mi ni a Marta, es imposible que salgan buenas líneas. 

Hacía tiempo que a estas horas de la noche no sentía un nudo en la garganta y es que soy imbécil. Imbécil de verdad, pero no tengo remedio. Marta siempre dice que llego a crear vínculos muy característicos con gente especial. Yo le digo que la especialidad no está en esa gente sino en los propios vínculos que crean conmigo. Pero con el tiempo, estos propios vínculos, pierden intensidad. Sientes que empiezan a perder su valor, que la cosa no es bidireccional, que el tiempo, la vida y la lista de preferencias de cada uno muchas veces olvidan qué significa una amistad. Pero no una amistad cualquiera, sino una totalmente desinteresada, sin finalidades ni objetivos mas que pasar buenos ratos, compartir confidencias, gustos, anhelos, sueños o cosas corrientes. Poder hablar sintiendo que están interesados en escucharte y que si lo necesitas, estarán ahí. No hablo de un primer plano, ni siquiera a veces de un segundo, pero quizás de un tercero o un cuarto, sí. Pero no, casi siempre acabas siendo el suculento e instantáneo postre, que te aderezan y condimentan para la ocasión sin tener en cuenta que quizás, en la próxima comida, te gustaría ser el entremés. A los entremeses siempre se les tiene en cuenta, no?

Tiendo a ver muchas veces las cosas con buenos ojos, a mirarlas desde una perspectiva dónde solo se ven las mil maravillas. Marta siempre dice que casi siempre idealizo un poquito a las personas, pero no es cierto, yo solo les realzo las cosas buenas que tienen. Y si no las tienen, las invento.

martes, 4 de septiembre de 2012

Noches de escándalo. #holidayspartII

Bilbao. El norte huele a cantábrico, el aroma de aire fresco que siempre invade todos mis sentidos cuando voy hasta allí. Y esta vez no iba a ser menos. Días de tranquilidad, paseos, comidas, cenas, ratos de sofá y dormir, dormir mucho. Con Jr, siempre se está estupendo. Pero este año...este año iba a presenciar, las Aste Nagusia 2012! Vamos, la fiestas mayores de Bilbao. 
Muchos conocidos me habían hablado de ellas, pero de todas las veces que había subido al País Vasco, jamás coincidían fechas.

La noche empezó de la forma más placentera posible. Un bocadillo de chorizo bilbaíno iba a preparar la que yo creía que sería una corta noche de un par de horas hasta ver los fuegos artificiales.
Tengo que decir que los bilbotarras no beben en vasos normales. Ya lo dicen, los vascos son unos exagerados y como tal, vasos de medio litro. Toma ya. Sorprendentemente, el primer Kalimotxo (sí, con k y tx), me sentó de maravilla. Al pan del bocadillo, con ese chorizo, le iba muy bien. Todo para dentro! Y cuando me daba cuenta, el vaso volvía a estar lleno. Señores, a verrrr... Que yo no se cual es mi límite.... Cuidadín! 
Y tras finalizar la fabulosa cena, nos despedimos de las chicas con las que compartíamos el rato y nos fuimos a buscar a un par de ya conocidos para mi. ¿Conocidos? Vale, sí, solo de oído. Y de repente, fue verlos, intercambiar unas pocas palabras y sentirse como en casa. Increíble. Unirse a ellos fue una de las mejores cosas que hice en esa noche y Joserra, ya lo sabía. Me dejaba en buenas manos. Fue una noche increíble. 

Y así..., descubrir cómo dos muletas son capaces de ser la mejor silla de descanso en medio del un tumulto extasiado de fiestas. Y sorprenderme una vez más, viendo en alguien que no soy yo, que la fuerza interior hace maravillas. Con las ganas y el querer vivir, se va a cualquier sitio. Te lo digo yo, que de eso, se un pelín. 


Decir que tipos de ese calibre, no se conocen así como así; de esos que en un santiamén pueden nombrarte Diosa del Olimpo y de repente hacerte sentir como si los conocieras de toda la vida. Contarte que esquiar es una aventura al alcance de cualquiera; que si yo quiero, se me pueden hacer unas estupendas y cómodas botas a medida. Explicarme que son capaces de tomar un café, y al día siguiente estar viajando a NY, así, sin meditar. Improvisando. 
Me gusta esta gente. Sin prejuicios, espontánea, muy simpática, abierta y sonriente.

Intentos de boas fucsia al cuello, de sombreros brillantes, risas a tutiplén, fotos prohibidas, conversaciones de lo más excitantes y secretos inconfesables cual más emocionante mejor, se disfrutaron con varios gintonics que caían del cielo.....momentos que crearon una noche que duró hasta la salida del sol. 
Bueno, la salida del sol y mas allá. Porque sólo un par como ese, por muy perjudicada que estés a las 7 de la mañana, es bastante difícil que lleven a una desconocida a casa, te metan en una cama y te preparen el desayuno a las 12 de la mañana.


Y no, no se dónde está mi límite. Pero.....¿Alguna vez lo he tenido?



PD. Os espero pacientemente impacientemente para hacernos de guía por la ciudad.
 Así que ya estáis organizando una repentina salida a Barcelona.

lunes, 20 de agosto de 2012

La H de la noche.

"Mira, tú llevas vestido, y yo no."
"¿Y qué?" -no lograba entender.-
"A veces llevo pantalones cortos de fútbol."
"Ahá."


Sí, me llamó la atención que dijera eso. Su hombro estaba al descubierto y la melena caía sobre él. Las luces se acompasaban con la estruendosa música del lugar.

Me sentía cómoda a pesar de ser la primera vez en mi vida que me encontraba en una situación como esa. El combinado azulado de la copa con un par de hielos de Blue Tropic con no se que más, hacía rato que había llegado a lo más profundo de mi ser, así que era completamente consciente de lo que estaba pasando. Sí, soy algo vulnerable al alcohol, admitámoslo. Es lo que tiene no beber asiduamente.

Me miró, se acercó a mi oreja y me dijo, ven. Me dió su mano y la seguí. Temblaba. Ese era uno de esos momentos en que no tienes ni la mas remota idea de qué va a ocurrir. Sonreír era la mejor opción. Quizás así escondería los nervios. Me daba miedo y a la vez me invadían mil emociones juntas. 
Nunca jamás me hubiera imaginado algo como aquello. De repente, tras un escalón, sentí la pared fría chocar contra mi espalda. Su dedo índice apartó el flequillo de mi cara, y tras clavar sus ojos en los míos, la humedad de sus labios envolvió el instante.

Asombrosamente, la salida de esa noche, se había convertido en una aventura de lo más sorprendente, altamente inesperada y muy, pero que muy estimulante.

sábado, 18 de agosto de 2012

#holidayspartI


Me gusta el turquesa. Pero el turquesa azulado vivo, el tirando para azul cielo. El de la hora azul. El azul cían. Es el color que más me inspira a verano. Refrescante y muy relajante. Tranquiliza y envuelve a cualquiera. 

Han sido unos días de mucha tranquilidad, de muchas conversaciones, de mucho silencio y muchas risas. La primera parte de las vacaciones de este verano ha sido de lo más. 
Después de una gran boda (Felicitats Sandro i Núria!!!) en la que hubo comida a tutiplén, vaquillas, emoción y mucha fiesta, vinieron unos días casi a pie de playa donde el 3G brillaba por su ausencia y el sonido de la brisa marina con las olas se escuchaban dese la ventana de la habitación antes de irte a dormir. 

Marta siempre dice que cuanto menos haces, menos ganas tienes de hacer. Cuanto más duermes, más cansada estás y cuanto más comes, sorprendentemente, mas ganas tienes de comer. Puedo corroborar cada una de esas cosas y decir que soy una cocinera innata, que cualquiera que quiera contratarme, lo valgo. Si no, preguntárselo a esta panda de gulas y gordos que los adoro infinito.


Peñíscola, fuera de ser un lugar que muchos puedan tachar de lugar de veraneo para guiris, tiene su encanto especial. Sobretodo los banquetes de frituras de pescaitos, las partidas a las palas en la playa con Enric, el volley sobre la arena a las 9 de la noche o los combinados de horchata con granizado de fresa.

¡Gracias chicos!
Y ahora.....#holidayspartII...Fiestas de Bilbao!


Verano 2012'

miércoles, 1 de agosto de 2012

(pseudo) Cerrado por...

...VACACIONES.
Ypunto.

sábado, 28 de julio de 2012

Todos deberíamos tener mil primeras veces.

Aishhh. 
Sonaba como una exhalación que desprendía obligación, pocas ganas y pereza. Era una sensación como cuando un familiar te pone el vídeo cansino de sus vacaciones en el caribe. 
El primer abrazo tampoco es que fuera lo mas. Sólo faltaban unas palmaditas en la espalda y entonces ya hubiera sido unapaga y vámonos
A Marta, eso de reencontrarse tras un gran viaje, la experiencia de toda una aventura y las sensaciones vividas, le entusiasma a más no poder. Se sentó y escuchó atentamente para no perder ni un detalle. Pero no estaba recibiendo lo que había imaginado. La emoción no llegaba y la verdad, era una lástima. Al no notar esa sensación positiva, se iba apagándo más. Y eso, creo que no ayudaba demasiado a crear momentos de sonrisas de lo mas amistosas.

Es posible que Marta sea una creadora innata de expectativas. También es posible que no tenga remedio y siempre tienda a emocionarse con cualquier cosa, crear grandes historias de diminutos instantes que probablemente su cabeza haya formulado de la forma más filosofal posible. 
Pero es que sabéis qué? Sin todas esas montañas rusas mentales, todo sería demasiado aburrido. 

Dicen que hay cosas especiales que de tanto realizarlas, uno se acostumbra y dejan de ser cautivadoras y emocionantes. Dicen, porque yo, sin duda, discrepo. De hecho, estoy casi segura que hay cosas a las que jamás deberíamos acostumbrarnos. Sentir todas las veces como si fuera la primera vez. La primera vez que subes una montaña, la primera vez que cruzas una frontera, la primera vez que te encuentras solo en medio de la nada, la primera vez que llegas al punto final o la primera vez que que te has dado cuenta de todo lo que eres capaz. Esas primeras veces son las que te enseñan a disfrutar del preciso momento en el que te encuentras. Te enriquecen.
Marta siempre dice que deleitarse del recuerdo del pasado es exactamente lo mismo que recrearse en el futuro próximo. Que debemos sentir el ahora, el ya y el hoy. 


Y sí. Es posible que una sorprendente tortilla de patatas, no sea la mejor forma de festejar un punto final repleto de cansancio. Y seguramente un frappé de caramelo a media tarde, tampoco lo sea. Es posible que todo lo que diga Marta se tome a la ligera. Pero a pesar de eso, ella va a seguir en sus trece de que todo debería celebrarse por todo lo alto, incluso los momentos que tachamos de prescindibles para el recuerdo. Con emoción y ganas. Sin suspiros exhalativos. Porque esos precisos momentos, habrán sido disfrutados, como una primera vez. Y las primeras veces, las recordamos siempre.

martes, 10 de julio de 2012

#cosasdeverano.

Las vacaciones están siendo altamente estimulantes. 
Desestresantes y desconectantes del mundo rutinario y amenazante que nos envuelve en el día a día. Incluso los días nublados me parecen extraordinarios. Y los lluviosos, increíbles. Con este calor, un poquito de aroma a hierba mojada es del todo altamente embriagador. 

Ocupar el tiempo al completo, disfrutar del sol, de la arena, de la amistad, de las risas y de las largas y profundas conversaciones. Estar haciendo cosas diferentes, enloquecedoras y muy divertidas. Incitar a lo espontáneo, a lo natural, sencillo y desenvuelto; a lo poco premeditado. Bailar. Descontrolarse a las 9 de la mañana, a las 3 de la tarde o a las 12 de la noche. Nadar desnuda en la piscina bajo la luna, tomar leche merengada con mucha canela y dejar que los mosquitos te acribillen. Ir a donde sea y cuando sea. Estar disponible. Tranquila. Muy zen. Echar de menos muchas cosas pero estar abierta a muchas otras. Sonreír y hacer lo que me apetece y cuando me apetece. Cervezas y tapas. Gintonic y limón. Y sentir como tus melanocitos se van activando poco a poco dejando una pronunciada línea marcada en el subvientre. Estar estupenda. Sentirse estupenda.

Estas son las cosas del verano. Las que te hacen sentir bien. Esas son las que quiero y las que me gustan.


[[Boa Balada. - Gusttavo Lima]]

domingo, 8 de julio de 2012

El tiempo, los trenes y el lado canalla.



Me da pena sentir que hay cosas que se esfuman, que se largan y desaparecen al final del andén sin saber por qué. Cosas que te hacían sentir extraordinariamente bien y que sin duda te parecían geniales. El tiempo, supongo que es lo que tiene, que nunca nos pilla a todos en las mismas condiciones y con las mismas ganas. Ganas de pasarlo bien, de compartir y de vivir. Disfrutar dice Marta. 

Personas. Conocidos. Amigos. A veces me pregunto porque mis ganas de compartir nunca desaparecen. Sin duda, parece que voy al revés de la gente. Nunca exijo nada. Pedir no es lo mío. Creo que la clave está en recibir sin tener que pedir. Eso es lo que a mi me gusta. Disfrutar de los momentos de amistad, entre amigos. Preocuparme por ellos, hacer lo impensable cuando haga falta, interesarme por cómo están. Adularlos y halagarlos cuando es necesario sin motivo alguno. Solo porque lo crea. Sentir que si necesito algo están ahí para sonreirme. No hace falta que acaparen todas las horas de mi día, pero si cuando es necesario.
Por eso no entiendo cuando, aún y respondiendo con la mejor de mis sonrisas, tengo que enfrentarme a borderías, soserías y pasotismos varios. No se, creo que no me merezco que me traten y me hagan sentir mal. Yo no lo hago. De hecho, todo lo contrario. En mi boca casi siempre hay un sí, cuando quiere, cómo quiere y dónde quiere. Totalmente adaptable. Me gusta complacer y más si es a mis amigos. Me gusta hacerles sentir bien. De eso se trata la amistad, no? Creo que es mucho más que unos buenos días abreviados o unas buenas noches casi imperceptibles. Me da lástima que largas conversaciones hasta altas horas de la madrugada que un día se dieron, jamás se vuelvan a repetir. Quizás por aburrimiento, por poco interés de lo ya conocido o por ves a saber qué. Desaprobación absoluta de todo lo que una hace. Parece casi imposible que alguien que una vez te llamó canija de la forma mas canalla del mundo, haya borrado esa parte de él. Aquel que una vez fue capaz de hacer una lista de 8 puntos que al leerlos te hacían sentir bien. Cosas de alguien que sin apenas conocerme pudo enumerar una tras otra. 

Ciertamente, alguien que pareció tener a veces una parte del doctor Jekyll y otras del señor Hyde, ahora parece solo interesarle lo conciso, lo picante y directo. Única y exclusivamente. Nada de preguntas, nada de conversaciones, nada de interactuar, nada de comentarios a lo largo del día. Ni confidencias, ni derribo de filtros. Nada. 
Así que, aprovechando que es verano, creo que es momento de hacerme valer un poquito y solo aceptar  las cosas que me hagan sentir bien. Que nada me haga llorar, ni siquiera la rabia o la desaprobación. Ni siquiera el poco interés. Ni siquiera el bostezo tan repetidamente acentuado cuando lo único que quieres es compartir. No es justo. Creo que no lo es. Me cansé de ir siempre detrás. Me cansé de ser insistentemente pesada. Me cansé de no recibir ni un puntito de aprobación, agrado o gusto. Cuando alguien quiere silencio, silencio se le da. Paso de todo. No pediré nada más.

Pero sí, me da lástima ver como el tren pasa y se va. Como las cosas se pierden entre oks, ocs o clicks varios. Me da pena sentir que las buenas amistades se dejan escapar. Supongo que cada uno escoge lo que quiere. Y supongo también que no todo es inovador eternamente. No siempre se siente curiosidad por todo. No todo el mundo se comporta y actúa igual. Y eso que yo solo pido amistad. Digamos que si no soy yo, será otra. Pues qué queréis que os diga, como la Flequis señores, pocas. En todos los sentidos. 

Se que soy estupenda.


[["Si no nos aduláramos jamás, la vida seria menos placentera." -  François de la  Rochefoucauld.]]


viernes, 29 de junio de 2012

13.

Trece años después, ni 12 ni 14. A pesar de sentir que tu segundo cumpleaños nunca debería haberse celebrado, no puedes evitar despertar un 29 de junio y sonreír. Pensar desde tu cama que hace ya algunos años, fuiste la mayor heroína jamas conocida.

La supernena, la del puenting sin cuerda, la fuerza de voluntad personificada; esa que vive y alardea de sus cicatrices cual heridas de guerra se trataran. Esa que un día sorprendió a muchos mientras tomaban el sol en la playa, mientras disfrutaban del principio de sus merecidas vacaciones o veraneaban con los abuelos a finales de ese junio caluroso. 

La que cayó y decidió dar la lata durante muchos años mas. Exactamente....durante el resto de su vida. 


Hoy, 13 años. 

miércoles, 27 de junio de 2012

Voces.

Riiing.
El teléfono sonó. 
Riiing.
El telefono sonó de nuevo.
Riiiiiiiing.
Sonó por tercera vez. 
De un modo repentino se dio cuenta que estaban insistiendo reiteradamente pero no sabía si contestar. Al fin, descolgó. 
- ¿Hola?
- Hola. 

Una voz tranquila y sosegada estaba al otro lado del teléfono. Le sorprendió esa tonalidad en las palabras. No estaba acostumbrada pero le transmitía intención. Mucha intención. Y eso, le gustaba. Siempre había sido bastante escueto y conciso en las conversaciones telefónicas. El telefono no era de su agrado. Pero esta vez parecía que quería jugar. Alargaba las frases y las palabras las pronunciaba casi en susurro. Las voces se volvieron acordes. El volumen y la entonación eran los adecuados para empezar el juego.
Y suspiró, y sonó como un sutil gemido. Aquella voz, sin duda, estaba excitándola cual cuatro gotas de aceite resbalando espalda abajo acompañadas de dedos finos, largos y fuertes recorriendo cada centímetro, deslizándose por todas y cada una de las curvas existentes. 

Marta siempre dice que las voces son una de las cosas mas estimulantes, sugerentes y totalmente tentadoras que hay. Despiertan a la imaginación y a los sentidos. Y más, si no te lo esperas. Te sorprenden. 



lunes, 18 de junio de 2012

Standby.

Seh, sigo en standby. CERRADO POR EXÁMENES. A partir del miércoles 20, más.

miércoles, 6 de junio de 2012

La tierra, que tira.

De eso que ves a mi madre hablando por teléfono un día cualquiera con alguien que ni te suena el nombre, ni has visto nunca y ni siquiera has oído hablar. Te la presentan como la "amiguísima". Hablar de ese concepto con mi madre, nunca se sabe, mas que nada porque con esto de las nuevas tecnologías, todo el mundo parece ser amiguísimo. Y más cuando mi madre galardona una especie de comunidad de extremeños y relacionados vía Facebook. Miedo me da. 
Te hablan de la Juani, de la Maripuri, de la Pepi o del Wencesnosequé. Vamos, que parece que te esté hablando de conocidos de toda la vida. Y con un ímpetu descomunal. Y tan solo son personas con algo en común que forman parte de un grupo de Facebook con misma denominación. Todos ellos, extremeños. 

Ese acento con deje característico, esa espontaneidad y el despilfarro de conversaciones variadas, hace que parezcan incluso de la familia. 
Y ya me ves a mi, que sin quererlo ni beberlo, me encuentro acompañando a mi madre, esperando a alguien en sants que no conozco. Cocacolas, fantas, nestea y bacon con queso. Toma ya. Vamos, que solo nos faltaba el cochinillo y el vino de pitarra.

Mira que yo soy abierta y puedo llegar a relacionarme con cualquiera..., pero es que mi madre..., la Carmeli siempre ha sido de extremos. No, si ya lo dicen; a alguien tendré que parecerme, no?
Aquí, o es que yo soy muy rara, o es que los extremeños tienen algo que por Facebook se desinhibe completamente. Los desconocidos dejan de ser desconocidos y pasan de ser conocidos de feisbú a amiguísimos de toda la vida. 

Vamos, que la tierra, se ve que a todos nos tira. Pero a ellos, más.


Vuelve Marta, vuelve.

El día estaba nublado. Gris. Anubarrado, como triste. La neblina al horizonte anunciaba que el sol no iba a salir hoy. Mientras Marta iba sentada en el vagón número 3, miraba a traves del cristal con la mirada algo perdida, el horizonte, sin ver gran cosa mas que las calles pasar, una tras otra, bajo un paisaje ya bastante conocido. Se preguntó dónde podría encontrar hoy la sonrisa. 

Con tanto silencio, tanta debilidad y tan poco capaz como se sentía en ese momento, hoy parecía que no la iba a encontrar. Y eso, la abrumaba mas de lo normal. 
Le faltaba su acidez impetuosa, su graciosa impertinencia habitual, su espontaneidad característica y el positivismo que acostumbraba a acompañarle siempre. ¿Dónde habían ido?....y lo mas importante, cuándo volverían? Le daba rabia no poder decidir su estado. No poder sacar lo que verdaderamente llevaba dentro. Lo que le inhibía expresarse con sosiego y claridad. Rabia. Rabia absoluta. 

Hay veces en que Marta igual debería hacer más caso y no dudar tanto cuando le dicen que es guay, que hace cosas geniales y que desprende un buen rollo fantástico. 
Menos mal que el sol, siempre acaba saliendo.


martes, 5 de junio de 2012

El secreto de la mecánica del tiempo.

¿Sabíais que existen relojes que funcionan sin pila? Porque yo no. Ni yo, ni tres personas más a las que casualmente he preguntado. Sabía de los relojes solares, sí, pero nada de que un reloj de pulsera funcionara con tan solo las pulsaciones de tu muñeca. Pero claro...., qué pasa si llevas el reloj puesto y el pulso se te acelera? ¿Aumenta la velocidad? ¿Hace que el tiempo corra más deprisa? Obviamente, nada de eso sucede, pero sería gracioso. Todo funciona a través del movimiento.
O yo soy una inculta de los relojes, o es que solo unos cuantos entendidos en el tema conocen el verdadero secreto de la mecánica relojera. Y no hace falta ser suizo para eso. Mira tú por donde.

Aunque la falta de sonrisa siempre me frena bastante, todo es arrancar. Y con un vasito de agua, parece que todo entra mejor. Los buenos ratos acompañados de una siesta con un ojo abierto, me gustan. Disfruto de esos momentos con luz tenue a media tarde con tanta intensidad que parece que siempre es la última vez. Si alguien dijo que el mundo iba a terminar este año, pues que se termine. Que no quede.

21 rubíes. 21 puntos exactos de mecánica que necesitan de un material inalterable, irrompible, irrayable, que no se altera bajo calor, ni bajo frío. Punto de fusión, demasiado alto. Duro, muy duro. Curiosamente características que coinciden exactamente. Posiblemente sea casualidad. Los relojes automáticos, sorprendentemente, así funcionan. 

Señores, deleitémonos de las risas, de lo sublime y de lo no tanto. Del katymolongo, de la cocacolas con hielo y del tiempo entre colegas. 
El tiempo. Sí. Marta siempre dice que por muchos relojes que uno tenga, de pila, automáticos, solares o electrónicos, si no se posee un poquito del tiempo necesario para disfrutar, no sirve para nada.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Viernes peculiar de karaoke.

La noche de viernes, prometía.
Después de levantarme a las 6 de la mañana para ir a la universidad, las 9 de la noche ya parecía que las pilas de toda la semana se me habían gastado. Pero cuando vas a ver a la Mónica, nunca sabes cómo vas a terminar. Dijo: prepárate para ir de karaoke. Sí, karaoke dijo. Lo primero que se me pasó por la cabeza cuando dijo de salir a cantar fue imaginarme en medio de un montón de gente cantando las canciones más típicas de todo karaoke: "Eva maria se fue", "un beso y una flor", o "vaya, vaya, aquí no hay playa". Vamos, que digamos que no era algo que me llamara demasiado la atención. En el fondo, soy tímida, sabéis? Y las cosas me dan vergüenza. Pero al llegar al lugar, ni había gente, ni había fiesta, y con la larga lista de canciones disponibles, era imposible decidirse por cual era la acertada.

Acompañadas con un gran cubo de heineken (algo que sinceramente asombra y sorprende a un espécimen como yo que no está acostumbrado a beber habitualmente), el ambiente se fue animando. Llegaron un grupo de amigos cual más peculiar mejor, celebrando una especie de cena de soltería. Vistos desde fuera, gays. Gays completos. Gays entrados en la década de los cuarenta, pero sea como fuera, de la acera de enfrente. Y sinceramente, habían animado la fiesta.
A pesar de mi vergüenza que siempre digo que tengo, supongo que el don especial en desinhibirme cuando encuentro la ocasión adecuada hizo que de repente me viera en medio de la pista cantando "bajo el mar" con un individuo del grupo de gays con todo el ímpetu y las ganas del mundo. Ese fue el punto de inflexión. La Clara, hace amigos. Ole. Formas peculiares de entablar conversación: canciones de Disney.

Al final, resultó que el grupo de cuarentones ni eran gays, ni eran solteros, sino un grupo muy simpático de amigotes, casados, con hijos, ingenieros de profesión (quizás no todos) celebrando la visita de uno de ellos que había vuelto de la otra punta del mundo. Vamos, lo típico. ¿Y qué ocurrió? Que cuando encuentro a alguien inteligente que me da una conversación interesante, la Clara, no puede dejar de charlar, incluso con unas cuantas cervezas de más. Y así, hasta altas horas de la madrugada.

Hay veces que debería hacer más caso a Marta cuando me dice que tengo una curiosa facilidad por conseguir hablar con cualquiera y de cualquier cosa. Será mi encanto especial. O no. Quien sabe.

lunes, 28 de mayo de 2012

Mira para adelante que para detrás ya has mirado bastante.


No puedo permitirme el lujo de ponerme así cada vez. Debería ser mas práctica, pero sencillamente es imposible. Hagamos un esfuerzo porque esto, esto no vale la pena.

viernes, 25 de mayo de 2012

#unratico.


Aprovechando que..., casualmente...., ahora que me viene bien..., me aburro o .....no tengo nada mejor que hacer. En ocasiones me da una especial curiosidad saber si...., si no existieran los conciertos emblemáticos, los recambios anuales en los talleres o las cámaras compactas colgadas al cuello, existirían los momentos de te con canela, las cocacolas de media tarde o los guiños a plena luz del sol. 

Supongo que es casualidad. Que nadie es el último mono con el que pasar el rato y que la sensación de serlo a veces, no es más que cosas del calor del verano que ya llega. Pasar un rato conmigo no está tan mal, no? Ni siquiera aunque hayan cosas más importantes que hacer. Nunca está de más recordarnos que mola pasar un ratico sin necesidad de un espacio vacío de tiempo. Digamos que lo valgo. Digamos. 

En el fondo, molo un rato. Digo yo.
:)



domingo, 20 de mayo de 2012

Cosas que pasan.

A veces me pregunto si realmente las personas decimos las cosas con intención y convencimiento o lo hacemos porque sí, para salir del paso, porque nos va bien en ese momento y va como anillo al dedo. Lo chungo es cuando tienes problemas con la memoria. Marta siempre dice que es todo un jaleo. Ella lo llama memoria selectiva. Pero no estoy hablando de que le falte, porque es precisamente todo lo contrario. 

Marta se acuerda de todo, o al menos, todo lo que le llama la atención y le parece interesante, curioso y diferente. No puedes decirle nada que luego no se vaya a poder llevar a cabo porque se le despiertan unas irrefrenables ideas automáticamente. No es bueno esto, no mola mucho, vamos. Lo recuerda absolutamente todo. Peliculera y fantasiosa. Pero de la película de fantasía real. De las cosas simples y sencillas que te hacen sentir bien y disfrutar. Marta no puede escuchar acerca de vuelos a algún lugar recóndito lejano porque instantáneamente se imagina hiperventilando en un avión al nombrar todos los modelos de aviones conocidos y morirse de la risa en cuestión de segundos; no pueden hablarle de amistosas cenas porque evitar pensar en cuántos platos se pueden compartir o de qué tipo de Ginebra va a ir acompañada la velada, se le hace imposible; o no se le puede hablar de aventuras y viajes aún por explicar en tardes largas de parloteo, friqueces y otras cosas si posiblemente no van a haber historias que contar. 

Muchas veces decimos las cosas y luego se nos olvidan, o más bien, dejamos que se nos olviden. Las cosas o se dicen con intención de hacerlas o no se dicen. Probablemente os parecerá una tontería Todo esto y seguramente lo es. Marta siempre dice que las múltiples variables de la vida hacen que no puedas realizar todo lo que te propusiste en un momento determinado,....pero sabéis qué?, en eso no estoy de acuerdo con ella. Si se quiere, se puede.

jueves, 17 de mayo de 2012

Habladurías de jueves.

Recuerda bien aquella vez, porque fue la primera y la última. 

A veces me pregunto si las personas reservadas lo son con absolutamente todo el mundo, incluso brindándoles el mayor tiempo, oportunidad y predisposición para abrirse. Quizás es que directamente, no quieren, no lo necesitan, no les interesa o no acaban de sentirse cómodos. 
Dicen que la mayoría de estas personas adoptan un perfil bajo pretendiendo pasar inadvertidas, pero no estoy tan segura de ello. Les gusta que les reconozcan las cosas que hacen bien y aunque sus emociones muchas veces brillen por su ausencia, hay que buscar esas pequeñas señales para descubrir que realmente tu compañía les hace sentir bien. O que quizás no.
Malhumoradas, poco expresivas, usuarias habituales del humor negro, extremadamente inteligentes y en la mayoría de veces, políticamente incorrectas pero que de tan odiosas que pueden llegar a ser, tienen su pequeño encanto. Se te despierta una incógnita que en muchas ocasiones no se puede resolver y quizás, eso es lo que llama la atención.

Marta siempre dice que este tipo de personas, una vez entran en confianza y se sienten como en casa, ya no hay marcha atrás.
Ojalá Marta, tuviera razón.