miércoles, 28 de diciembre de 2011

28 que hacen 24.

#Felizcumpleañosmirubiahinocentepreferida
E aquí un lugar más de los múltiples que puedo usar en esta realidad 2.0.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Me he vuelto toda una manitas.


Cuando se me mete algo en la cabeza, no hay quien me lo saque hasta que lo consigo. Y mira por dónde, poco a poco me he ido fijando y he ido aprendiendo y este es el resultado obtenido. Para ser las primeras creo que no están nada mal, no? 
Dan el pego. Qué quieres que te diga.














#todaunaexpertaenboinas
:)

lunes, 19 de diciembre de 2011

Volando. Madrid-Barcelona.

Voy volando. Volviendo de la capital. Y cuando digo volando, es literalmente volando. Vamos, que estoy a no se cuantos miles de kilómetros de altura, sobre nubes que parecen algodones acabados de mullir. Cómo si alguien los hubiera colocado intencionalmente en una posición determinada. Fantásticos. Dan ganas de saltar sobre ellos. Son las 13:46 y acaban de decir que quedan 20 minutos para el aterrizaje. Me han timado, dijeron que eran 55 minutos y van a ser algunos más. Y encima, turbulencias.

Mientras voy sentada en el vuelo VY1096, (esta vez, sin control alguno), me doy cuenta que han sido unos días intensos. Viajar sola tampoco está tan mal y pasarte el día sin hablar con nadie conocido te muestra que el silencio, tampoco es tan estresante.
Qué decir, los días de congreso me han demostrado que realmente me gusta y me interesa lo que estoy estudiando, me llena mucho y aprender nuevos conceptos y arraigar los ya adquiridos me hace sentir bien. Lo diré siempre, la odontología ayuda al bienestar de las personas, y los dentistas poco a poco estamos dejando de ser los ogros barberos de tiempos atrás. Las nuevas técnicas, tratamientos, procesos y protocolos, además de la buena ética del profesional de las nuevas generaciones, va a ayudar a que los odontólogos sean algo más queridos. O eso espero.

Madrid, fabuloso, como siempre. Esta vez, iluminado con sus luces navideñas de mil colores que hacen de la noche el día. Me gustan las calles llenas de gente, el ambiente no está nada mal y se respira buena gente. Aún me parece increíble la facilidad de los madrileños por ir de cerveceo. Tengo que reconocer que yo con dos, voy fina. Menos mal de unas buenas patatas bravas, que al menos, permiten que sobrelleve la situación.
Excelentes rutas foursquareadoras, buenas conversaciones desconocidas que ahora son algo más conocidas, cenas de traje en creperías escondidas y bares divinos del 82 con risas de lo más simpáticas. No's que acaban siendo sí's y películas que te enseñan que una manta y una mesa de Ikea te pueden dar una siesta de lo más curiosa. 

Y sentirme como en casa cada vez que voy a casa de Pilar, porque aunque esta vez hayamos compartido pocos ratos, siempre me siento como en família. Así han sido mis días de congreso en Madrid, con comidas domingueras hasta las tantas, paseos por la gran vía, puerta del sol y preciados. Y frío. Mucho frío. Frío madrileño.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Los momentos insubstanciales.


Hoy no es domingo por la tarde, ni tampoco uno de esos días de fiesta en los que a tu pensamiento le da por volverse loco dando vueltas a tu vida. De todas formas hoy me gustaría hablar sobre todos aquellos que piensan acerca de #quéhacerconmivida, #trenesqueseescapan, #¿voyasercapaz? o #únicaoportunidad.

Mira, todos en algún momento hemos tenido la inmensa necesidad de vivir lo invivible, lo nunca imaginado y lo más loco que haya podido pasar por nuestra cabeza. Todos. No digáis que no. Y da la casualidad, que a muchos se les ha despertado ese deseo en un momento de esos que yo llamo "insubstanciales", de esos de los que he empezado hablando, los del domingo por la tarde en los que estás en tu sofá, frente a la tele, revisando tu correo y el perro sentado a tus pies. Ahí, por una extraña razón, tu mente estalla a mil revoluciones. 
Estudiaste lo que querías estudiar, tienes trabajo, tienes una vida cómoda, vives de la manera que quieres vivir y todo está más o menos adecuado a todo lo estandarizado y aún así sigues sin estar tranquilo. Y te da por mirar hacia atrás y repasar tu vida en pequeños fascículos como si de una colección del dominical se tratara. Te planteas si realmente has vivido cómo querías o si has vivido todo lo que querías y de la manera que querías. Y si no es así, ¿hasta cuándo puedes recuperar el tiempo perdido? Aunque siempre te haya gustado crecer, quizá ahora has visto que cumplir años no es cualquier cosa. Marta siempre dice que el tiempo nunca es perdido, que todo lo vivido es enriquecedor e interesante, que todo te enseña y te hace como eres ahora. No intentes recuperar nada cuando aún te queda muchísimo tiempo que disfrutar y perderte por la senda de este mundo aventurero.

Aventuras, sí. Dije aventuras. Eso es todo lo que necesitamos para mejorar, progresar y engrandecer el espíritu. Nunca es tarde, los trenes nunca se pierden, y si lo haces, ya cogerás el siguiente, no siempre hay una única oportunidad para realizar tus sueños. Estoy segura de que puede que haya personas que necesiten de un empujoncito que les ayude a lanzarse a una una piscina llena de aventuras, pero si por cualquier motivo no tienen ese empujón, a la larga, se entregarán a la aventura sin dudarlo. Seguro.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Barcelona huele a Navidad.

Vamos a levantarnos un día de puente, le dije a Marta.
Hacía frío y amanecía algo nublado pero con ganas de brillar el sol. Me apetecía ir a pasear por la ciudad. Sí, yo sola. Tampoco necesito a nadie para recorrer mis ya conocidas calles de Barcelona. Pero siempre hay alguien que se apunta. Me encanta.

La ciudad estaba magnífica. Mucho ambiente navideño, mucho gentío, muchas idas y venidas y muy buena atmósfera. Todas las diminutas y escondidas tiendas de las calles del gótico medieval despiertan en mi gran curiosidad. Desde vestidos de los más inverosímiles hasta pomos de puertas de mil colores y formas. Ahí sí que puedes encontrar muchíssimas maneras de abrir puertas. Magnífico. Luces tenues, leves y sutiles que proporcionan un entorno muy acogedor. Me gustan esas tiendas. Banys nous, carrer de la boquería, carrer del call o plaça de Santa Maria del pi. Calles con encanto.

Y encontrarme casi por casualidad con un par de conocidos y enseñarles la ciudad con mis ojos. Mostrarles que una jabonería al lado de Sant Felip Neri puede proporcionarte olores de ensueño de la forma más especial, que la plaza es un secreto escondido y que adentrárse entre el barullo de la rambla te muestra un increíble rojo pasión con sus flores de pascua de estas fechaso. Y luego, caminar y compartir un chocolate a la taza en una muy buena compañía, buena conversación y complicidad absoluta. 

Pero ahí no acababa el día, aún me quedaba descubrir lugares nuevos. Y quién mejor para mostrármelos que el mejor guía de la ciudad que jamás he conocido. Lo curioso es que él no es de aquí pero te quedas boquiabierta cuando te lleva y te cuenta todo acerca de Barcelona. Una vinoteca. Creo que nunca había estado en una vinoteca. Zona d'Ombra. Así se llamaba. Ubicada en el carrer Sant domènec del call, 12. casualmente cerca de la tetería de la que ya os he hablado en otras ocasiones. 

Tanta cantidad de vinos que ni siquiera me dio tiempo a memorizar un par de nombres. Pero mi inigualable compañía parecía ser todo un experto en enología. Inigualable. Y caminar hasta el born, y perdernos buscando un lugar para cenar. Y una vez más la sorpresa fue mía al toparnos con el carrer de les Ases. Un Bar de tapas de lo más original. Una vez más, me sorprendo de  sitios escondidos. Gavinet. Nos ofrece una gran variedad de tapas, ensaladas, embutidos y tablas de quesos de primerísima calidad, todo acompañado de los mejores vinos catalanes. 

Y así acababa mi espléndido día, mi ruta de nuevos descubrimientos, en la mejor compañía posible y de la mejor forma. Creo que la próxima vez le diré a Marta que me acompañe, a ver si así, ella también se enamora de la ciudad como yo.

sábado, 3 de diciembre de 2011

La gota.

Marta siempre dice que improvisar es lo que tiene, debes aprender a correr ese riesgo. El riesgo de imprevistos imprevisibles, de momentos que te crees en el súmmum de la ola y que en segundos, todo se desvanece, desaparece y quizás, se pospone.

Hay días en los que te despiertas y te encuentras unos buenos días pintados en tu mesita de noche. Eso o palabras sin sentido escritas en el cristal empañado de tu ventana una mañana de diciembre. Llueve y te gusta oír esa tormenta precipitada que se mueve sin ton ni son. Cae y se escabulle lentamente. Te llega y te hace disfrutar con cada desliz que deja pasar. La gota de lluvia que experimenta buscando el camino más afín a su recorrido, preparada para fugarse. La gota que inventa, sin ser cautelosa ni precavida, sin apenas moderarse, dispuesta para la aventura. 

Así improvisa, se adentra, con decisión y sin miramientos. Imprevisible se cuela entre la zanja límite, recorre y con la más total facilidad, vuelve a estar en lo alto de la ola, donde acabará mojando todo a su alrrededor. 

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Conciertazos.



Semana de conciertos casi improvisados. 

Tengo el placer de autodenominarme "la amiga que acompaña a los conciertos".


 Muchas gracias a la Miriam por pensar en mi para el concienrto de La Oreja de Van Gogh en el Coliseum... y a mi rubia por regalarme ese concierto tan especial con Zahara en el Music Hall.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Y tú... ¿eres moral?


Moral es una palabra de origen latino, que proviene del términos moris (“costumbre”). Se trata de un conjunto de creencias, costumbres, valores y normas de una persona o de un grupo social, que funciona como una guía para obrar. Es decir, la moral orienta acerca de que acciones son correctas (buenas) y cuales son incorrectas (malas).


¿Qué es la moralidad?
¿Quién nos dice qué es lo que está bien y lo que está mal?
¿Dónde está la línea que delimita lo acertado de lo erróneo?

Marta siempre dice que cada uno es dueño de lo que hace, de lo que dice y de lo que piensa; que la ética, la moral y el conjunto de ambas, depende de cada uno.


[Eso sí, lo que Marta nunca acepta, es la doble moralidad del político.]

domingo, 20 de noviembre de 2011

Síndrome de Peter Pan.

No queremos crecer. Es el mismo rollo que me encuentro siempre. No querer hacerse mayor. Síndrome de Peter Pan.

La conclusión lógica, racional y por consiguiente madura, es que ser niño es mucho más fácil. Ser niño es como ser una pequeña, calva y rechoncha estrella del rock. Tienes servicio de limpieza, servicio de cocina y siempre hay una mujer dispuesta a ponerte en la cara un buen par de tetas.
Siendo niño, si te caes, no te haces tanto daño porque te caes de menos altura; si te cuelgan los mocos, ¡no importa!, hasta puedes comértelos... eres un niño!, qué mas da. 
Si llamas puta a la vecina, lo peor que pude pasar es que después de la obligada carcajada, tu abuela diga: -"Ayyy..., ¿dónde aprenderán estas cosas?, tendré que lavarte la boca con jabón".
Si estás borde y repelente: "Es que está cansadito."
Si un niño se caga lo mejor que se le ocurre a una madre decir es: "-Ayy, qué bonito el pastelito de chocolate".
Si se te cae un diente, viene el Ratoncito Pérez o el hada de los dientes o.... lo que sea, un puto bicho pequeño que te trae regalos así porque si, sin que tú hayas realizado proeza alguna mas que haber dejado que transcurra el curso natural!
Cuando a un niño le hablan despacio, vocalizando, gesticulando al máximo, el niño piensa: "Esta niña es gilipollas". Eso le hace sentirse inteligente, eleva su ego y está de puta madre. 

Cuando te haces mayor, si te caes, a parte de que puedes haberte torcido el tobillo, fisurado el menisco, fracturado tibia y peroné, luxado el brazo y saltado todos los dientes de la boca... eres una torpe, y por eso la gente se parte el culo de ti en lugar de ayudarte. 
Si te cuelgan los mocos.... das asco.
Si llamas puta a la vecina, lo más probable es que te parta la cara o te ponga una demanda. Eso ya depende el barrio donde vivas. 
Si estás borde y repelente, el gilimamón de turno tiene que hacer alarde de su comicidad diciendo...."será que tiene la regla".
Si se te caen los dientes, hay dos opciones: eres un guarro o un drogodependiente. En cualquier caso, no eres bien aceptado por la sociedad. 
Cuando a un adulto le hablan despacio, vocalizando y gesticulando, el adulto piensa: "¿esta tía se cree que soy gilipollas o qué pasa?". Eso lo sume en un estado de depresión probablemente se emborrache, alquile la peor habitación, del peor motel del peor barrio de la ciudad y se suicide atándose el cable de un teléfono al cuello y la correa de un cinturón en los huevos.
Y cuando un adulto se caga...; cuando un adulto se caga, ni popó, ni pastel de chocolate, ni regalito, ni ostias, eso es mierda, MIERDA en mayúsculas!; y si ya no tenías muy buena reputación con todo lo anterior, ahora si que la has cagado, cagado de verdad, figurativa y literalmente.

Conclusión: Wendy, le limpiaba el culo a Peter Pan y Campanilla, estaba celosa.



[Hoy, 20N, a parte del gran fraude electoral, el Quim cumple años! ¡Felicidades!]

martes, 15 de noviembre de 2011

Qué cosas.

Te prometen una tarde cinéfila y te la cambian por una tarde de te, sofá y otras cosas.
¡Hay que ver qué cosas!

lunes, 14 de noviembre de 2011

Y luego dicen que soy yo.

Y luego Marta me dice que soy yo. No te jode.

Esto es una fiesta. Sí, una fiesta, pero una fiesta de esas de tres pares de cojones. Joder. Y después parece que yo sea la que indago para que me pasen cosas espeluznantes, inquietantes y extraordinariamente complicadas. Vamos, propias de un guión de película. Hollywood al rojo vivo. Cienporcien. Cualquiera que me vea desde fuera podría decir que soy una husmeadora de aventuras, aventurillas y grandes aventuras comprometidas e interesantes. Seamos realistas. Hay cosas que también suceden en la vida real, por muy peliculeras que parezcan.

Y luego dicen que soy yo. Hay que joderse.

Vale, sí, me gustan estas cosas, pero hasta cierto punto. Esto ya se pasa de la raya, de la línea delimitada por mi capacidad de saber reaccionar frente a según que situaciones. Se sale, y se sale por completo. Bloqueo.
Con lo tranquila que voy yo por la vida improvisando, regalando pequeñas sonrisas a todo aquel que me lo permite, intentando sorprender con tonterías y rastreando cual golden retriever en su rinconcito del parque un domingo por la tarde. Diversión asegurada. Joer. 
 
Y luego, luego dicen que soy yo.

Pero no, parece que a mi la diversión se me puede retorcer hasta niveles insospechados. Y luego, cómo no voy a tener estos nudos estomacales momentáneos. ¿Pero es que sabéis lo peor de todo? Que, por como soy, si yo me propusiera encontrarme con estas situaciones, seguro que lo conseguiría.  Lo curioso, es que no me esfuerzo por buscarlo. Viene como viene. Con razón luego se puede malinterpretar lo que digo o dejo de decir.


La próxima vez que Marta me diga que estas cosas me las busco yo, le diré...mira, no se que le diré porque cualquier cosa que le diga, podría sonar presuntamente sospechoso.

sábado, 12 de noviembre de 2011

#.

"Los curiosos tienen una mente loca, pero nunca malvada ni retorcida."

jueves, 10 de noviembre de 2011

Cuando unas galletas de chocolate te hacen pasar una estupenda tarde.

Subes a un bus que supones que te va a llevar a un lugar donde has estado antes pero que siempre has llegado en transporte particular y con poca luz del día. Digo supones porque ir hasta esa parte de la ciudad siempre es todo una odisea. Nunca sabes si es para una dirección o para la otra y teniendo en cuenta que mi orientación para recorrerme la ciudad por lugares parcialmente desconocidos es nula, decidí subirme en la parada que iniciaba la linea de bus para así no perderme.

Después de ir mirando los nombres de cada parada me dije, "me voy a equivocar seguro" y me bajé basándome en la improvisación de mis recuerdos. Llamas al timbre de un portal y te responde una voz familiar pero que nunca habías conocido. Le dices: "soy Clara". Te abre. No sabes cómo es, ni cómo va a mirarte, ni que va a pensar de esta chiquilla de 24 años. Subes en el ascensor y la puerta está abierta. Te estaban esperando. Y como si de una cariñosa y simpática abuela se tratara te invita a pasar. Dejas tus cosas en un sofá y asintiendo a todo lo que te dice, te sientas en una de las sillas de la cocina. Son las 7 de la tarde, hora de la merienda y te dice que si quieres unas galletas de chocolate y un zumo de frutas. Increíble. Te sientes como una nieta más una tarde de otoño que vuelve del cole. 

Mientras meriendas, se sienta frente a ti y como si te conociera de toda la vida, te habla de la forma más cercana y especial que puedas imaginar. Entonces es cuando piensas que esta mujer no es muy distinta a ti, que verdaderamente hay personas que ven la vida como yo la veo, que hace las cosas porque sí y que no hace preguntas excesivamente comprometidas. Acabamos hablando de bufandas, de ganchillo, de accidentes de la vida, de lo maduras que son las personas y de los años que pasan; de divorcios tortuosos, de hijos imbéciles y de la adoración a los nietos; de la barra de marcadores del explorador, de twitter, de facebook y de qué es un post. Y todo con un tono de lo más jovial, juvenil y sin tapujos. 
De repente me confiesa que ha leído poco de este blog pero que es  una gran fan y me hace prometer que seguiré desarrollando mi capacidad para escribir la cotidianidad. 

Solo puedo decir que es un encanto de persona y que ojalá cuando mis pocos 24 años lleguen a más del doble, sea así de genial, capaz de gritarme mientras busco una dirección en el google maps y desorientarme con indicaciones absurdas al teléfono. 

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Fines de semana fuera de lo común.

Sí, hace días que tengo cosas por escribir pero no he encontrado el momento de sentarme y hacerlo. No es que no pasen cosas en mi día a día, porque últimamente me muevo más que un garbanzo en la boca de un viejo.

Repasillo de las últimas semanas. 

El puente de todos los santos me dio 4 estupendos días de #puenteruralfamiliar por un pueblecito a 112 km de la provincia de Zaragoza. Cetina, es un lugar bastante desértico, tanto en paisaje como en personas, y lo único que se respira es el cálido aroma de las chimeneas por las mañanas llenas de niebla y las tardes otoñales propias de estas fechas. Porque sí, aunque en algunos lugares parece que hace unos dias seguíamos en verano, en ese pueblo hacía frío. Muchos paisajes, rutas, paseos, pero sobretodo, mucha comida. Demasiada. Y es que esto es lo que ocurre cuando tienes a tu madre de cocinera en una casa rural dónde lo único preocupante es preguntarte mientras desayunas, qué vas a comer y mientras comes, qué vas a cenar. Un verdadero empacho. Estoy necesitando muchas horas de ayuno para compensar esos cuatro días.

Y este pasado fin de semana....Oviedo, Asturias. Una maravilla. Eso sí, mucha lluvia al llegar, mucha lluvia al irnos, y mucha lluvia mientras estábamos allí. 
Probablemente nadie crea que las Asambleas que se realizan en algún lugar de España sirvan de algo, pero desde la Asociación de estudiantes de odontología de Catalunya puedo asegurar que pasarse desde las 11 de la mañana hasta las 2130 de la noche en un lugar reunidos, no se hace en vano.
ANEO, la Federación nacional de Estudiantes de odontología debería ser más conocida y sin duda os digo que se tratan temas verdaderamente importantes para nuestra profesión. 
A parte de la asamblea, estas reuniones sirven para intercambiar ideas, ver cómo van las otras universidades de nuestro país e interactuar con todos aquellos que creen que la odontología es mucho más que una carrera.
Un verdadero placer señores. De verdad.

La vuelta, fue algo tortuosa y llena de aventuras pero creo que eso lo dejamos para próximos posts. Debo volver a Asturias, porque como dice Neus: "és molt Heidi". Además, tengo que ver más de cerca las vacas y no solo desde el autobús.


Genial.

martes, 25 de octubre de 2011

Espacios y lenguaje corporal.

¿Sabéis esas personas que cruzan los brazos cada vez que se sientan a conversar con alguien? ¿Eso qué significa? ¿Comodidad, aislamiento, protección, abstracción? Es curioso. 

El lenguaje corporal es infinito y muchas veces las posiciones que adopta una persona al sentarse suelen describir bastante el estado del individuo. Mira que yo siempre trato de derribar barreras, de crear buenos vínculos y transmitir la confianza adecuada, pero últimamente parece que este arte que tan bien siempre ha dicho Marta que se me da, no está resultando. Ahora me da la sensación que tengo un gran STOP en la frente y que bloqueo el paso con solo mirar, que distraigo la concentración y demoro las palabras con el pestañeo. Vamos, que parece que el problema soy yo.

Y es que ya todos sabemos que las personas necesitamos un espacio para nosotros mismos, que estamos cargados de capas, de escudos, de silencios, intimidades y cosas nuestras, pero hombre, hagamos el favor de abrirnos un poquitín, solo un poquitín, que nunca viene mal. Dejémonos de distancias, STOPS absurdos y basémonos en lo fundamental, la buena conversación, el entendimiento, el compartir, el divertirse y el reír.

La próxima vez que oiga a Marta respirar cual suspiro y soltar un largo silencio sin decir ni una sola palabra, le haré cosquillas a ver si, al menos así, sonríe conmigo.

domingo, 23 de octubre de 2011

Improvisando con una rubia que no es rubia.

Checkear y ver que una conocidamente desconocida se da cuenta de dónde estás. Suena el común pitido del teléfono, la barra de notificaciones despierta tu curiosidad y la lucecita verde te da una idea. Improvisemos. ¿Por qué no?

Sabes cómo es, la has visto antes pero te intriga si su jersey de hoy es azul, verde, rojo o marrón. Eso es algo que dice mucho de las personas. No os habéis dado más señas de descripción pero ambas sabéis cómo es la otra. Te preguntas mientras caminas; ¿Vas a reconocerla? Qué curiosidad. Giras la esquina, te ve, la ves, te reconoce, la reconoces, te mira, la miras y sonreís. Es ella seguro. Raro y curioso. Café y te.

Tranquila, sosegada y cómoda; tono de voz bajo y muy confidencial. Me hace sentir bien. Charlamos, me cuenta, me pregunta, le explico, le cuento, le pregunto y me explica. Interactuamos perfectamente. No le juzgo ni me juzga. Ya dicen que hay cosas que con desconocidos siempre es más fácil. Noto ilusión en su mirada. Hablamos lo justo y necesario.

Es entonces cuando llega el momento en que me doy cuenta que mi tono de voz se eleva. Muy común en mi y muy propio para romper el buen ambiente de la conversación. La culpa se la echo a la curiosidad, la gracia y la ilusión que me da esa situación. La verdad, estoy calmada aunque mi forma de hablar parece que diga lo contrario. Soy así. Espero no haberle incomodado.
Me cae bien. Se da cuenta que ni soy rubia, ni soy pija, ni soy calladita. Y eso, esta vez, me da un plus a mi. A la morena. Genial, genial y estupendo. 

Y es en ese momento cuando me doy cuenta una vez más que hay edades, que por muy distanciadas que estén, tampoco son tan difícil de entenderse. Eso sí, se nota la vida, la trayectoria y la experiencia. Me queda aún mucho por aprender, descubrir y vivir. 

Mientras tanto, sigamos improvisando.

jueves, 20 de octubre de 2011

Personas que sí y personas que no.

He aprendido 3 cosas:

- Que hay personas a las que no les gustan las sorpresas y que por mucho que se tenga la intención, es imposible arrancarles una sonrisa porque si.

- Que aunque mi orientación es nula, soy capaz de llegar sin apenas  indicaciones a donde me proponga. Los retos son lo mío.

- Que es muy difícil hacer entender a alguien que no logra considerar esa opción, que hay cosas que simplemente se hacen porque si. Sin objetivo ni finalidad. Improvisando y con la mejor de las intenciones. 

Marta siempre dice que, a pesar de no ser nada competitiva, yo me pico muy rápido, incluso conmigo misma, y que siempre acabo haciendo tonterías, pero tonterías de las buenas, ocurrentes, sorprendente y especiales. Y es que, ¿tan difícil es entender mi forma de ver la vida y de hacer las cosas? 

Hay una cosa que siempre digo y con la que Marta coincide conmigo, las pequeñas locuras son las que marcan la diferencia.

miércoles, 19 de octubre de 2011

#desastre.

Soy un puñetero desastre, desastre mundial. Fue el cumpleaños de la catalana más valenciana que conozco y ni di señales de vida. Ya me vale, ya me vale, ya me vale. Mil disculpas. Milochomil.

Esto merecía un post. 
Guapa, que ets molt guapa Montserrat!
Felicitats.

lunes, 10 de octubre de 2011

De cenas improvisadas a películas gore y el arte de ser encantador.

Esta mañana, mientras estaba en mi puesto de trabajo, concentrada en hacer las cosas bien, me pareció oír una voz que decía: Solo de Loewe. Me sorprendió. ¿Qué hacían hablando precisamente de ese perfume, a esas horas de la mañana y con esta entonación tan singular? Seguí en silencio y escuchando la conversación. El olor me vino a la mente y no pude evitar sonreír y acordarme de la noche del viernes. De repente, alcé la mirada y les dije, "una vez alguien dijo que con esa colonia, un hombre ligaba seguro." 
Mi compañera de trabajo me ha echado una mirada furtiva intentando descubrir si tras mi frase se escondía algún mensaje. Pero no. Yo ya estaba pensando en la gran velada del viernes.

Todo empezó con una llamada a lo desesperado. Mi móvil hacía rato que se estaba quejando. Low battery. Y yo no me acordaba de la calle y del número a dónde tenía que ir. Al final, lo hice. Esa ha sido la primera vez que he cogido un taxi en Barcelona. Sí, ya ves, como te lo digo. Curioso. Tras dar una cantidad que me pareció excesiva al taxista por los 5 minutos de trayecto, llegué. Subí y como es habitual en mi cuando me lo permiten, yo, cómo en casa. Me metí en la ducha de un baño ajeno mientras fuera oía conversaciones amistosas acompañadas de una copa de vino. Como si tal cosa. 
Esa noche iba a ser una cena más de todas las #cenas4sq, solo que esta vez iba a ser algo diferente y pintaba muy curiosa. Y de 4sq nada. Después de que uno de los asistentes cancelara, había que improvisar. Y esta vez, tenía un as escondido bajo la manga, mi amiga Ainara. Ya se sabe que a mi me encanta aventurear y a veces, incitar y hacer sonreír a Ainara, cuesta más de lo que me gustaría. Pero se había animado. Pensé, ¡estupendoh'!.
Después de mis indicaciones absurdas y de demostrar que mi orientación es nula, una moto tuvo que ir en busca de un coche blanco entre los callejones de la parte alta de la ciudad. 

La verdad, no esperaba nada de esa noche, pero si conseguía que ella bebiera su primera cerveza y se sintiera cómoda, la noche, prometía muchas risas. Y así fue. Un restaurante arrinconado en una esquina, una terracita muy agradable y mucho don en el arte de colarse en los restaurantes crearon el ambiente adecuado para mezclar producciones de películas gore, autopsias, Badoo, carreras de coches, matrimonios, divorcios, relaciones a distancia, la sosería, abogacía, los espacios necesarios para las personas, dientes, motos, rubias, morenas, chistes y un sinfín de temas que a primera vista no pegan ni con superglu. Pero ahí estábamos, cuatro individuos, charlando, riendo y disfrutando de la velada. 

Y una vez mas, me di cuenta que sólo personas como ellos pueden hacer que un Gin tonic enganche y entusiasme tantísimo. Y es que ellos fueron los que una vez me enseñaron la ciencia de las copas globo. Ellos me iniciaron y las manos del barman italiano me mostraron todas sus variedades. Lo habíamos pasado bien y sin duda, cuando se pudiera, íbamos a repetir.


Ya es que ya lo dicen, los Gin Tonics enamoran, tienen algo especial, pero lo importante es con quién te los tomes.

sábado, 1 de octubre de 2011

Se busca dentista en Italia. Prometo recompensa.

Hace ya algunos años... que una noche, de repente, se te acerca una chica con acento de centro y te dice que te conoce, que conoce a tu pareja, a sus amigos, a que se dedican y que sabe cómo te llamas. Cosas curiosas que pasan en mi vida. Y así, 5 años. Y ahora la muy perra se va a salvar dientes a las Italias. 
Mira, no hay mal que por bien no venga... ya voy a tener un lugar más dónde quedarme cuando vaya por allá. 


Le deseo toda la suerte del mundo mundial. Diana mola mucho. Os lo prometo. 

lunes, 26 de septiembre de 2011

Hay profes que molan.

Definitivamente las cosas que a mi me suceden ya sabemos todos que no están dentro de lo habitual y común. Digamos que mi poca vergüenza, mi curiosidad  y mi gusto por los recuerdos, las anécdotas y los reencuentros hacen que acabe en casas ajenas charlando hasta altas horas de la noche compartiendo  una estupenda velada.

Y es que hoy os voy a hablar de una relación muy especial que he mantenido desde siempre con mi profesora de inglés desde que yo tenia 12 años. Ella se llama Aurora, es estupenda y siempre hemos congeniado muy bien.   Han pasado los años, terminé el cole, entré a la universidad pero la relación sigue estando ahí. Ahora se ha casado, ha tenido una niña y cuando nos vemos la conversación es cómoda, cercana, agradable y muy amigable. Me encanta. Además, su marido es estupendo (mi ex-profesor de música). Ya veis, al final todo queda en familia.

La cuestión es que entre cafés, galletas, fotos y demás, se nos fue el santo al cielo y acabé quedándome a dormir. Y qué bien he dormido! Da gusto tener profesores así. 

viernes, 23 de septiembre de 2011

Fases.

Negación, ira, depresión, negociación, aceptación. 

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Menos lobos, Caperucita.

Agua caliente, tomate con queso, pepinillos con especias florales, botella verde y olor a vinagre enmodenado. Cosas de freaks, retoques de fotos, edición de vídeos, análisis de textos, emoción en lecturas de RSS, blogs, Twitter y Photomatix. Y descubrir que el HDR es todo un arte y no sólo una alteración de la realidad que nos presenta imágenes de ensueño. 

Que hay conversaciones frente a frente, mirando o no a los ojos que no son tan complicadas acompañadas de una sonrisa, que no es tan difícil ponerse en el pellejo del otro, que todo es mucho más sencillo de lo que creemos y que hay cenas, cafés u horchatas que pueden saber igual que noches de locura y desenfreno. Que no todo es negro carbón ni todo es blanco nuclear. El gris también te hace disfrutar. Que para qué agobiarse si un no es un no y un sí es un sí. Las cosas claras y el chocolate espeso. Ésas son buenas tardes. Ésas y un buen sofá. Eso sí, que el sofá, sea blanco nuclear. 

Si es que la próxima vez que Marta me presuma, alardee y exagere de sus grandes tardes aventureras, le diré que todos tenemos tardes como las suyas. 


(( Escuchando: Hey Ho, Let's Go - Ramones))

martes, 20 de septiembre de 2011

Tristemente sorprendente.

Vaya hombre, ya me dice Marta de vez en cuando que hay cosas muy pero que muy curiosas y sorprendentes que un día salen PLUM!, y te hacen cambiar el chip. Increíble señores, muy increíble. Y es que la vida te da sorpresas... ay!... qué de sorpresas te da la vida, carajo! 

Y yo que le había dicho a Marta que seguiría poniendo manos en el fuego.... pues anda que voy apañada... no, si al final me voy a quemar los dedos, las manos y hasta el brazo. Si es que por muy bien que creas que haces las cosas, nunca están bien hechas para todos. 
Aix. 
Claramente, doy pena. Anda que ya me vale.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Amigos y Diada.

Cuando un amigo te dice hace meses que te ha comprado una entrada para ir a uno de los últimos conciertos de Sopa de Cabra, cómo te quedas?
Obviamente, yo a principio de año, veía septiembre aún muy lejos y mira por dónde, ya ha pasado. 
Emoción, intensidad, gritos, disfrute...., con mi amigo Marc, cualquier rato es estupendo y él lo sabe bien. Lo quiero y es genial.
El concierto, increíble. Sudorosos desde el minuto uno. Y no, no solo por cantar y saltar..., es que habíamos aparcado el coche en el primer aparcamiento que encontramos y claro, había que subir caminando. Como ambos tenemos orientación -3, le dije: "- Sigamos a la gente. Creo que todos vamos al mismo sitio."
Dos horas y media de concierto, y aunque con dolor en la garganta de tanto chillido, no pude dejar de cantar canciones tan míticas como "El far del sud", "Camins", "Sota una estrella" o "L'Empordà".


Fantástico.


Avui, 11 de setembre, Diada de Catalunya.
Bona Diada a tothom.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Grrr x 3.

Sí, lo se, soy consciente que no es de gran utilidad, que no tiene un objetivo exacto, ni finalidad concreta, que es absurdo y que realmente no sirve para gran cosa; que mi tío probablemente me dirá cuatro cosas por haber sucumbido a los encantos de la manzana, pero qué queréis que os diga, no puedo evitarlo, tan finito, tan portable, tan apetecible, curioso y tan aparentemente funcional, ha hecho que incluso sueñe en que voy montada sobre uno gigante cual alfombra mágica de Aladino se tratara.

Y es que es inevitable, quiero un iPad2.

Sumergida.

Olas mojadas, oscuras, entristecidas y acongojadas; menos que un lago y más que un mar, menos que un río, cómo un embalse, casi como un charco. Nudos estomacales cual cuerdas amarradas en el puerto, sujetando una balsa para que con el vaivén, no se vuelque. Y consiga flotar, logre aguantar y no se humedezca tan fácilmente. Pero se hunde, el nudo se suelta y toda esa aparente tenacidad, aguante y resistencia desaparece en cuestión de segundos. Y la balsa cae por su propio peso y se dirige a la profundidad oscura, toca fondo y ahí queda, muy apaciguada, sosegada y desecha. 

Y llueve, truena y los relámpagos chispean. Y es entonces cuando las maderas, libres de los clavos, deambulan sueltas de aquí para allá sin rumbo, sin saber, dejándose llevar por el viento, la brisa marina y chocando contra obstáculos que se topa por el camino. Perdidas en medio de la inmensidad del desconcierto y la confusión.

Y revivir y repetir que todo irá bien, que nada ha sido una equivocación, que la balsa siempre ha ido con buen rumbo, con decisión y disposición, sin ahogar a nadie. A pesar de haber surcado tantos océanos de la mejor forma posible, la barca, se había hundido. Y eso que en realidad, su destino siempre había sido con y hacia una una única dirección. 


Y es que ya lo dice Marta. Hay veces que ni los clavos más fuertes, ni las redes más resistentes, ni  las boyas más flotantes pueden emerger a la que siempre ha pretendido ser, la mejor balsa del mundo. 

jueves, 1 de septiembre de 2011

Final de verano.

Una farola alumbraba la solitaria calle. Eran las 11 de la noche pasadas y parecía que el ambiente caluroso de esos últimos momentos de verano estaba más cargado de lo habitual, incluso bochornoso. Marta se había propuesto pasar un buen rato; una buena conversación, complicidad, emoción y risas. 

¿Nunca os habéis encontrado en esa situación en que oscurece de repente y buscas desesperadamente una farola en un lateral de la avenida trasera? Pues eso buscaba Marta. Con tanta risa, tanta conversación y tanta aventura de ese final de verano, se le hizo de noche y cualquier rincón con un poquito de claridad, hubiera sido suficiente. Mientras tuviera una luz alumbrando, todo podía pasar. Y lo encontró. Se detuvo, alzó la mirada y lo que vio le gustó. Se sentía bien. Cómoda y acompañada. Pero se dio cuenta que con tanta luz, había dejado de ver las estrellas. Y es que claro, tanto repaso del último mes, se había distraído. Algo la deslumbraba. Era septiembre que llegaba con fuerza. Pero Marta no quería despedirse de ese final de agosto. Todavía no. De repente, la luz se apagó, oscureció y las estrellas volvieron a brillar. Aún era 31 de agosto y podía disfrutar un ratitio más de verano. Suspiró.

Ahí acababa el mes de agosto. Y sin que Marta se diera cuenta, ya era 1 de septiembre. Tenía la sensación de que había empezado con buen pie. Curiosamente, septiembre venía cargado de sonrisas.

lunes, 29 de agosto de 2011

Etapa 20. Fin.

Hoy seré breve. Es lunes 29 de agosto del 2011. Y alrededor de las 20:00 finalizó #larutadeoriente, primera ruta en moto contada a diario que he seguido con curiosidad y emoción. Por su gran conquista a Estambul y de los Balcanes pasando por 15 países. Todo en 21 días. Un total de 10.100 kilómetros. Y todo esto, desde Terrassa. 
Y mira que yo siempre he creído que los de la capital del Vallès Occidental no molaban. 
Dale una moto a un terrassenc, y conquistará el mundo.

Terrassa y el final de la Ruta de Oriente. - http://thelongwaynorth.com/?p=848

domingo, 28 de agosto de 2011

Marta siempre busca a alguien.

En el fondo todos queremos ser como Marta. Y Marta quiere ser como todos. 

Y es que al final, nadie quiere ser como es y todos quieren ser como es otro. O no. O si. O no se. 
La cuestión no es cómo queramos ser, sino cómo queramos que sean los que hay a nuestro alrededor. Marta tiene amigos, de eso no hay duda; buenos, no tan buenos, cercanos, algo más lejanos, de verdad, de pacotilla.... vamos, una amplia variedad que podríamos seguir etiquetando si de eso se tratara. Pero no. En realidad, para variar un poco, voy a contaros algo que Marta siempre dice. Y pide, y se deja llevar. Y busca un lugar de la ciudad dónde perderse y luego encontrarse, dónde hartarse, saciarse, y respirar.

Marta quiere disfrutar, reírse hasta no poder más; quiere a alguien que cuando se emborrache le lleve en brazos a casa, que le rompa y desgarre una y otra vez sus medias azuladas y que luego le compre otras. Que le haga el amor contra la pared y se meta con ella en la bañera, que se pierda para después rescatarla de entre los gigantescos y oscuros laberintos del callejero; alguien que monte sobre un majestuoso tigre blanco, que saque su espada y la defienda de espantosas víboras, crueles pirañas y temibles putas.
Alguien que con mil cajas de colores pinte y cosa disfraces en sus días nublados y los convierta en buenos y soleados, que no se enfade si no la entiende y no busque explicación concreta. Que le saque la lengua y le guiñe un ojo cuando se ponga tonta y le haga enmudecer hasta niveles inimaginables. Alguien que no piense que va a estar ahí para siempre pero que tampoco nunca lo dude. Que no le haga sufrir porque sí, pero que tampoco alardee y le venda amor eterno manoseado. Alguien que no la compre con fabulosos regalos pero que tenga mil detalles en papel pegados cada mañana en la nevera cual post-it amarillo se tratara. Que nunca disfrute viéndola llorar y le haga reír cuando las ganas sean nulas y ausentes.
Alguien que una noche decida perseguirla por las calles, la detenga, la mire y trate de conocerla de nuevo, que la coma con la mirada, que ella lo sienta y le tiemblen las piernas sin control. Alguien que esté loco por ella y no se olvide de decírselo los días de resaca, de trasnoche infinito y amaneceres de jolgorio. Alguien que nunca se canse de inventar nuevos nombres para despertarla, que si se pone animal, que solo sea en la cama y le asfixie a besos por la mañana.



Alguien que deje guiar sus pies, que se deje llevar a dónde sea sin preguntar a dónde va, ni tan siguiera si sabe que la dirección es el huerto de la esquina. 



Y es que Marta, en el fondo, mola.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Rodeada de pingüinos.


Pensar en verde, caminar sin destino y revivir lo vivido. Aire de verano con brisa húmeda, empalagosa y muy calurosa. Así están siendo las tardes de agosto. Y recorrer Barcelona en busca de una refrescante horchata que te devuelva las ganas de pensar. Y refugiarte en cualquier rincón con aire acondicionado; sea tienda, papelería, restaurante o biblioteca.

Este mes de agosto me voy a llevar el cupo de bibliotecas. De hecho en 4sq ya me han dado puntos extra por visitar más de tres días seguidos sitios como este. Incluso me han acusado de haberme enamorado del bibliotecario. Lo gracioso es que normalmente, las bibliotecas a las que voy, hay bibliotecaria, nunca bibliotecario. Eso sí, hay algo que me llama mucho la atención. Los pingüinos. En la mayoría de bibliotecas hay pingüinos correteando por todos los rincones, entre estanterías y leyendo libros en los sofás de descanso. Pingüinos que hacen cola para entrar ya desde antes de que abran. Pingüinos que me obligan a ponerme pantalón largo y chaquetilla en pleno mes de agosto si no quiero entrar en estado de hipotermia. Y claro, cuando sales a la calle, después de varias horas de estudio rodeada de pingüinos, te desnudas, te deshaces de todo lo que puedes quitarte de encima porque crees que vas a derretirte en cuestión de segundos.

Sí, de eso venía yo a quejarme hoy, de los pingüinos en las bibliotecas y del agosto caluroso en Barcelona. 

viernes, 19 de agosto de 2011

Esto merece algo especial.

Tengo que decir que nunca había seguido un blog tan de cerca. No al menos durante más de 3 días seguidos. Y no, no soy de las que tienen RSS y por lo tanto no me llegan avisos a mi correo anunciándome de nuevas actualizaciones. Soy más de F5. Y de tener una especie de rutina diaria antes de ir a la cama. Eso es lo bueno de no seguir muchos weblogs, que puedes hacer repaso rápido sin emplear excesivo tiempo.
Por cosas de la vida y mis inquietudes de curiosa, hace unos meses descubrí uno que me llamó la atención. Vale, tengo que reconocer que no me impresionó por la forma que tenía de escribir, ni tampoco por lo que a primera vista decía, sino que fueron las ganas que ponía en contar las cosas y por la razón y finalidad que tenía en ello. Querer compartirlo es estupendo. 

Empecé leyendo acerca de su viaje en el 2010, 14.000 kilómetros en 25 días habiendo recorrido 16 países en solitario. Cabo norte era el destino. Seh, me impresionó, sentí curiosidad y verdadero interés por conocer a la persona que se escondía detrás de ese casco que había llegado tan lejos. Eso sí, todo lo que leía estaba en pasado. Pero este verano había una nueva ruta que hacer, #larutadeoriente y ya que me consideraba una principiante pero buena seguidora, iba a tener el privilegio de seguir los preparativos previos, el viaje día a día y el destino ansiado. Y todas las aventurillas, pequeñas y grandes peripecias que  ello comportaba. Y lo he hecho. 

Hace unos minutos he podido ver que después de 11 largas y duras jornadas, ha llegado al destino esperado, Estambul. ¡Casi lloro de la emoción señores! ¿Y ahora qué?, pues ahora, la vuelta. Casi toda persona que disfruta con grandes trayectos en moto te dirá (y voy a mencionar la cita que encabeza su blog) que lo importante no es el destino, sino el camino. Y yo, habiendo podido seguir el día a día de este último viaje, ahora lo he entendido. Así que os invito una vez más a todos aquellos interesados en los grandes viajes en caballos de dos ruedas, que visitéis esta bitácora llena de preparativos y aventuras; The Long Way North. 

Lo mejor de todo, que lo cuenta en primera persona y eso, ya lo hagas mejor o peor, siempre te da puntos extra. Y si además lo acompañas de fotos impresionantes de todos los parajes recorridos, mejor que mejor. 
Con el tiempo me he dado cuenta que además de ser un excelente fotógrafo, ha evolucionado en todos sus viajes así como en la redacción de ellos.

Siempre he dicho que en este mundo hay dos tipos de post, los que al final del texto me ponen la piel de gallina y los que no. Y sin duda, sólo de imaginar la aventura del viaje que cuenta, ya te estremeces de emoción. Ahora que ha llegado al final, solo le queda volver. 
Ah sí, pero antes, como todo buen motero, comprar la pegatina de su destino.

¡Mis más sinceras felicitaciones por su gran andanza!

Fabulosa.

Hoy no voy a hablaros de Marta.
Voy a hablaros de una persona que desde siempre ha sido alguien importante para mi. Y por supuesto, yo para ella. Fui su primera sobrina y por ello ya tengo puntos extra. Todos dicen que somos muy parecidas, tanto físicamente como en carácter y que frente a una foto, sonreímos de igual manera y posamos igual. Yo siempre digo que nosotras no es que tengamos sonrisa fotera, es que somos fotogénicas con nuestra sonrisa habitual y siempre casi siempre salimos bien en las fotos.
Sí, sí, os estoy hablando de mi tía Mailo. Quizás nunca le haya dedicado un post exclusivamente a ella, pero hoy me apetecía. Después de recibir una llamada suya se me despertó el instinto familiar (¿tenemos de eso?) y me dieron ganas de escribir. Seguramente no lo verá, pero solo es a alguien más a la que me gustaría darle las gracias por estar ahí, que aunque los momentos por los que estoy pasando ahora sean difíciles, se que me apoya, que me quiere y que entiende cualquier cosa que decida hacer.

¿Nunca os lo había dicho? Es fabulosa. Aunque no siempre se lo diga. Y lo se desde el instante en que me enteré que en un momento crítico de mi vida, inconscientemente y sin premeditación, dije que de mayor quería ser como ella.

jueves, 11 de agosto de 2011

Pues eso.

Cuando mirarse el ombligo resulta más una obligación que un pasatiempo. Cuando mirarse el ombligo es realmente necesario e indispensable.
Marta siempre dice que mirarse el ombligo está mal, que hay más mundo ahí fuera pero sabéis ese momento en que te das cuenta que a lo largo de toda tu vida no te lo has mirado lo suficiente?

Pues eso. 

miércoles, 10 de agosto de 2011

¿Entendido?

Momento calmado, pausado, sereno, difícil y duro. Tranquilo y sosegado, pensativo y muy reflexivo. Así tiene que ser. Hay momentos en que es necesario un cúmulo de adjetivos como este para pasar un trance que a la larga te va a proporcionar una etapa llena de mejoras. Todo sigue su curso, transcurre poco a poco, cual río lleva sus aguas a su cauce y que, con el tiempo, desemboca en alta mar, suave, templado y muy despejado.

Cuando todos los que a mi me importan lleguen a entender que esto no es, ni ha sido un simple capricho, un arranque egoísta o un cúmulo de acciones inconscientes, todo irá mejor, sin duda. Por lo pronto, me basta con saber que en casos como este las personas implicadas son las que realmente son importantes y que curiosa y típicamente se reducen a un par de pares de ojos, dos pensamientos distintos, cuatro manos que se estrechan y dos voces que se entienden. Todo lo demás, es secundario. ¿Entendido?

Marta siempre dice que el tiempo nos ayuda a sanar y apaciguar las cosas, tranquiliza espíritus y mentes y nos regala instantes que todos merecemos. Nunca te apagues, nunca cierres los ojos, nunca te engañes ni dejes que te presionen y sobretodo, nunca dejes de sonreír porque si no, ahí estará el problema.

martes, 9 de agosto de 2011

¿Puc jugar a la Witt?"

El par de mexicanos que nos ha estado acompañando durante estos últimos casi dos meses se han marchado, han regresado a su tierra natal  no sin decirme antes que me cuide, que sonría y que los voy a tener aquí, muy pronto. ´

A pesar de todo el jaleo de habitaciones, de luces encendidas más rato de la cuenta, de montañas de platos por fregar y mil lavadoras que tender, partidas al uno en el tren, metro o funicular, partidas a la wii o al Ashon, excursiones por Barcelona, idas y venidas a parques de atracciones o las risas con mi primo Agustí, lo han valido.


Un beso muy fuerte chicos, os veremos pronto, lo se.

lunes, 8 de agosto de 2011

D.E.P.


Es como esas cosas que no te esperas, que te vienen de sopetón y sin avisar. Esas noticias que no quieres oír o que nunca creerías que las ibas a oír. Al menos, no ahora, no tan pronto. Y es que es muy complicado para uno mismo saber que un amigo ya no está y que no volverá a estar nunca más. 

Dudo que pueda despedirme como lo ha hecho ella así que si tenéis tiempo y queréis comrobar cómo es una despedida como él se merecía, sólo tenéis que leer. 


Adiós amigo. Hasta la vista.

domingo, 10 de julio de 2011

Menuda mente la de Marta.

Caminaba por las iluminadas pero oscuras calles estrechas del gótico. Era tarde y en una de las esquinas sonaba una guitarra en su estilo más acústico, dando melodía al paseo entre amigos de esa noche. La conversación fluía, los silencios eran adecuados y parecía que lo común y cómodo iba a apoderarse de la situación. Todo correcto, a veces poca profundidad y otras lejos de lo superficial, el rato pasaba.
Es como uno de esos momentos que te parecen eternos en los que de repente no sabes qué decir, ni qué contestar porque lo único que se te antoja es el frío de esa pared. Y es entonces cuando te viene a la mente trocitos de instantes como este:

"Y cuando la penumbra se apoderó de la situación, esas paredes frías ansiaban su fuerza y su desgarro, y así sentir la inmensidad de ese deseo constante que posiblemente sólo era producto de su imaginación. Aquella esquina perdida entre rincones estaba a punto de observar las ganas de la noche, el deseo del pensamiento y los suspiros incontrolables que iban a salir de ahí. Y fue entonces cuando le miró, lo acercó a ese muro helado sin avisos ni pretensiones y le hizo partícipe del descontrol más ansioso jamás imaginado. Ahora, no iba a detenerse  y sin duda, las manos ajetreadas tenían una avance despiadado. Un encuentro fortuito, eternamente lento, rápidamente pasional y estrepitosamente sexual, había dominado su pensamiento. Pero él, jamás lo sabría."

Marta siempre dice que la mente, en ocasiones, puede asustar, así que reduzcamos todo al silencio y al dejarse llevar. 

sábado, 9 de julio de 2011

#sábadodelimpieza

MeloKa&ClaRa
Haciendo una pausa en este sábado de limpieza de hoy. La música no ha parado de sonar en toda la mañana y es que parece que bailando se pasa mejor el aspirador. 
Hoy hace sol veraniego, brisita estupenda y no hay ni una sola nube en el cielo, pero me apetecía quedarme esta mañana aquí en casa, aprovechando que estoy sola, para hacer lo que me venga en gana. Y si quiero barrer en bragas y cantar como una loca, pues que nada me lo prohíba. Veremos a ver qué depara esta tarde/noche.

Mientras, echando un vistazo a unas fotos en una de las playas de Riviera maya, me han venido estupendos recuerdos. 

Venga señores, buen sábado. A Disfrutarg!


(Canción del día: Whatever - Oasis)

TourEuropa11'

El trío de mexicanos se han ido de tour por Europa. Qué suerte la suya. A disfrutar por Amsterdam, Ibiza, Roma, París y Londres. 
Mientras, yo estaré por aquí, disfrutando del solecito, de la playa, de las buenas compañías y de las conversaciones interesantes. Porque Barcelona y alrededores, también es digna de unas buenas vacaciones.

viernes, 8 de julio de 2011

Momento gin tonic.

Definitivamente los gin tonics tienen algo especial. Vale, sí, no son dulces y tampoco es una copa que te invite a seguir bebiendo, pero sin duda refrescan y enriquecen el ambiente. Yo no se si será por las burbujas del anhídrido carbónico de su tónica o por las propiedades medicinales que dicen que tiene la ginebra, pero tanto combinando el agua tónica con una Bombay Saphire o una Hendrik's, parece que el resultado es extraordinario.

Hay veces en que todo empieza de la forma más curiosa. Es como en una de esas ocasiones en que vas a comprar lo necesario para una cena improvisada. Una sopa de melón que sin tener varias líneas de elaboración, de lo más sencilla, fácil y rápida, acaba teniendo un buen resultado, aunque no lleve fresas por encima.
Mientrastanto, una radio pone música a la velada de anécdotas curiosas, comentarios graciosos, llamadas sorprendentes y conversaciones de lo más directas. Y de repente, las teclas de un piano empiezan a sonar y te fijas en la rapidez de las manos que de forma muy resuelta pero algo entrecortada, tocan repetidamente una melodía conocida. Y es entonces cuando te preguntas, si verdaderamente ese dedo anular que tan bien toca ese mi, ese do o ese sol, puede manejarse de igual forma en otras situaciones. Y es que siempre he dicho que el piano me encanta, me gusta cuando suena, intenso, fuerte y prolongado, rítmico y armonioso.

Esa melodía consigue llevarte a paseos de noche, con viento, aire, fuerza en la cara y en la piel; rápidos, seguros y majestuosos. Sólo te hace falta un vaso de agua, una palmadita en el lomo y una mirada deseosa para descubrir que cualquier cicatriz en el cuello coordina perfectamente con lunares cerca del ombligo. Tranquilidad, confianza, una sonrisa y todo tan sencillo como se quiera que sea.
Marta siempre dice que los pensamientos más chocantes, sobretodo los más extravagantes, acaban siendo los más singulares y son precisamente esos los que hacen que historias como éstas sirvan para divertirse y deleitarse.

¿Y sabéis qué? no hace falta que sean amargas, ni burbujeantes, ni siquiera medicinales como un gin tonic, eso sí, siempre te refrescarán, te enriquecerán y disfrutarás con ellas. 

jueves, 7 de julio de 2011

8, 9 y 10 de julio.

Vale, no tengo una, ni la voy a tener nunca. Además, no es que sea una aficionada innata pero es la primera moto con la que recorrí Barcelona de noche y por eso la hace especial. Así que este fin de semana voy a ir a verlas.

jueves, 30 de junio de 2011

#improvisando.

Estaba anocheciendo y la chica misteriosa seguía allí,  con su flequillo de lado, sus ojos algo cansados y el andén bajo sus pies viendo oscurecerse el día. La gente pasaba y ni siquiera se percataba de su presencia, pero ella ahí seguía, jugando con el tirabuzón de su larga melena. Nunca le había gustado demasiado llamar la atención así que qué nadie se diera cuenta de que estaba ahí, tampoco le molestaba demasiado. Mientras no la pisaran, nada malo podía pasar. Oía el silbido de las locomotoras y la ausentaban de todo. Sólo escuchaba eso de vez en cuando. Su cabeza estaba en otra parte, en un lugar donde las nubes, el viento y los rayos de sol, ya habían desaparecido hacía unas cuantas horas.

Podía sentir esa esencia como si la tuviera a dos centímetros de su cuello, lograba analizarla como si estuviera rozando su mejilla y recorriendo todos y cada uno de los rincones de su piel. Le estremecía solo de imaginarlo, de pensarlo y repasarlo una y otra vez. Le encantaba esa sensación de disfrute. La locura se había apoderado de ella en ese preciso instante y ya nada podría parar. La mente mueve montañas y esta vez no iba a ser menos. Suspiró tan intensamente que tuvo que controlar el gemido intenso que le proporcionaba toda aquella situación.
Casi como una sacudida...

viernes, 24 de junio de 2011

Control descontrolado. Déjate llevar.

Hacer las cosas como si no existiera un mañana, como si fueras a morir hoy, como si creyeras que nunca más pudieran volverse a repetir. Así me gusta vivirlo, sin control, sin relojes, sin prisa, sin tiempo ni espera, sólo en esencia, con total disfrute, ansia y deseo. Cómo si todo se redujera a una sola aspiración seguida de una espiración; un suspiro cercano, de bienestar, intenso, agradable y muy amistoso.

Correr por curvas de caminos entre montañas, con la intensidad del viento chocando contra ti y una mano amiga que te presione con fuerza y te diga que también quiere disfrutar. 
Marta me dice en todo momento  que me paso la vida intentando sacar lo mejor de todos y obviar lo más fastidioso y maniático. Y siempre, con una sonrisa en los labios para ver si así, consigo contagiarla a los demás. Me gusta mirarles, probar de llegar hasta la parte más interna de su pupila y hacerles entender que incluso la culpabilidad, el estrés o la tristeza no tienen sentido en esos momentos, que cuando estás viviendo intensamente ese instante en el que te encuentras, todo lo demás queda relegado, en segunda posición y sin apenas importar.

Muchas veces sentimos la necesidad de tener el control de las cosas, porque se supone que el control está anexo, adyacente, contiguo a un clip, una grapa, un enganche que lo une a cómo deben de ser las cosas. 
Tener el control no es más que controlar que se hagan las cosas de acuerdo a cómo lo decide alguien. ¿Pero quién establece la manera a cómo tienen que ser las cosas? 
Y es que es precisamente en uno de esos momentos tan inseguros, tan intensos, nerviosos, sorprendentes y repentinos en los que no piensas lo que está bien y lo que está mal, cuando deberías dejarte caer sobre una amplia, coloreada y sedosa manta india y sentir que lo más fabuloso y desbordante es que en ese instante, no controlas absolutamente nada.

Porque queréis que os diga una cosa? Muchas veces, el descontrol más inseguro, te puede proporcionar una seguridad absoluta.

domingo, 19 de junio de 2011

El momento.

Era un día de sol, sin nubes en el cielo y un golpe de viento que enseguida te podía embriagar los sentidos. La combinación de colores azules, verdes y caobas parecía casi imposible, pero en esencia, juntos quedaban de vicio. Olía a mar, a espuma blanca, a arena de la orilla y a hierba mojada, a brisa de gaviotas y a niebla en el horizonte.
 
A lo lejos, por el camino que surcaba la colina se oían unas motos grandes, potentes y  poderosas acompañadas de su estruendoso acelerador. El barullo de aquellos caballos motorizados sabía a libertad y a locura.

Ese día, a Marta se le había ocurrido ponerse medias, de textura fina, delicada y lisa, tan delgadas que incluso podía sentir el aire rozando sus rodillas. Nunca hubiera imaginado, ni siquiera en esa misma mañana soleada, fresca y primaveral, mientras preparaba su maleta de tonos verde pistacho, que incluso los momentos más inesperados te pueden regalar un instante sorprendente. 

Ese había sido un buen momento.

martes, 14 de junio de 2011

#3.

Voy a ser directa, concisa y óptima. En este mundo hay tres tipos de hombres, los que se les ve venir desde un principio, los que parecen mosquita muerta pero que en realidad no lo son y los que son sosamente tontos de verdad.

En primer lugar, los que son tontos. Con ellos no hay que preocuparse demasiado, ni actuarán, ni les verás venir y ni siquiera ir. Sosos, parados, correctos, quietos y muy tranquilos. A éstos, simplemente hay que incentivarles e insistirles hasta más no poder, porque incluso a ellos, les gusta hacerse de rogar.

Luego están los que se les ve venir. Con estos más o menos no hay problema. Se sabe a lo que van, qué quieren y en qué dirección van a tirar. Se muestran abiertos, simpáticos, extrovertidos y muy encantadores desde el tercer segundo de conocerte. Éstos es posible que ni siquiera hagan el esfuerzo por fijarse en tu mirada o tu sonrisa. Directamente irán más abajo. Si nada lo impide van a ir de frente y al grano de la cuestión. Desde el primer momento te van a hacer saber sea de la forma que sea qué es lo que les interesa realmente.

Y luego, luego están los peores. Los más peligrosos de todos, los que crees que no pero si. Los que parecen una mosquita muerta y luego ZAS!. Vaya si son chungos …que a veces no sabes ni por dónde te van a salir.
El problema que tienen éstos es que tienen lo mejor y lo peor de los otros dos. Pueden parecer sumamente sosos, rectitud debidamente educada, insubstanciales, vacíos, poco sentimentales, insípidos y de mirada borde. La primera sensación es que nunca sonríen y aparentemente nada les saca de sus casillas. Y cuando menos te lo esperas, te muerden el cuello. Y claro, te dejan tan sorprendentemente descolocada que ni siquiera te da tiempo de improvisar. A partir de ahí, por H o por B, cambian, saltan barreras o (directamente las derriban), te hablan, se vuelven ocurrentes, juguetones, bromistas, más o menos directos pero, a diferencia de los segundos, éstos se esfuerzan por mirarte a los ojos y fijarse en tu sonrisa. 

Y eso, qué queréis que os diga, siempre les da un punto.

miércoles, 8 de junio de 2011

Olores.

Vale, empezaremos por lo más horrible que te puedes encontrar; los olores.
Tengo que decir que hay olores que matan. De esos que te vienen al olfato mientras estás esperando en el metro o cuando has subido al tren. Olores tan terribles que se adhieren a tu nariz y no puedes deshacerte de ellos. Y así, para el resto del día. De esos olores que por mucho que te esfuerces, siguen pareciéndote un hedor incontrolable.

Y luego, luego están los otros olores. Olores que se convierten casi en esencias. Perfumes que te traen recuerdos a la mente casi sin esforzarte. Esos son precisamente, de los que vamos a hablar ahora. 
Tengo que reconocer que yo soy muy de olores. De los buenos olores, está claro. De hecho, me fascinan. Siempre he tenido facilidad por crear historias a partir de un olor. ¿Nunca os ha pasado que al oler un aroma te vienen momentos repentinos a la cabeza? 
Voy a hablaros de un olor en especial que me encanta. Una sábana acabada de salir de la lavadora; aún mojada, pero sin gotear, húmeda, fresca; recién colgada, extendida. Me recuerda a mi abuela paterna, a cuando sacaba la colada y subía al terrado a colgarla. Mezclarme entre las sábanas y oler a aquel limpio, aún ahora, me sigue gustando.

También  está el olor de un lugar, de una habitación, de una cocina o de un salón. El olor de los platos que cocina mi madre que aromatizan toda la casa, ahora que no vivo con ella, siempre los echo de menos. Los sofritos de paella son lo más y el aroma que desprenden, es inigualable. Luego está el olor a incienso de vainilla y canela. Me encanta como envuelve con su dulzor y una pizca de amargor el ambiente de una habitación.

Y por último, el olor que más me marca. El de ciertas personas. Un olor te puede gustar, te puede agradar, te puede atraer, avivar, estimular y hasta puede excitarte. Y es que a mí, según que olor, puede quedarse grabado en mi hipotálamo sin apenas darme cuenta. No es intencionado. Muchos pensaréis que hay perfumes que gustan a todo el mundo, pero es que no es solo eso, es el perfume que use esa persona mezclado con su olor personal. Porque sabéis una cosa; no a todos nos sientan igual las colonias.
Y es precisamente en el momento en que hablas con alguien más cerca de lo habitual, o que lo abrazas, o que le saludas con un par de besos o que le estrechas la mano, ese preciso momento en que, si su olor te agrada, te quedarás con él, para siempre.

Porque hay olores que matan, solo que de distinta manera según sean buenos o no.

domingo, 5 de junio de 2011

¿Fotogénica?

Por regla general, no suelo salir mal en las fotos. De hecho, mi madre me acostumbra a decir que tengo cara de foto y que siempre salgo igual. Yo siempre le digo que eso es mentira, que solo sonrío y ya está.
El caso es que, una de las últimas fotos que me hicieron, que se supone que es una de las más importantes que te haces en tu vida y que va a ser para siempre..., de esas que tu madre nada más verla se pone a llorar y que inmediatamente le coloca un marco y la pone en medio del salón, esa misma foto es la que peor sale, la que se ve con sonrisa más forzada y la que tiene un perfil sumamente desequilibrado. 
Esa es la foto de la orla. Tú estás ahí, con tu colorido, tu túnica y tu birrete, intentado poner tu mejor perfil, y al final la foto tan magnífica y eterna, sale horrible.

En fin, que le vamos a hacer.
Ahora entiendo porque casi nadie enseña su foto de licenciada.

sábado, 4 de junio de 2011

Yeah.Yeah.

¡Y ahora que digan que van a poner un Coco Bongo en Barcelona!

jueves, 26 de mayo de 2011

miércoles, 25 de mayo de 2011

#decampoyplaya

Marta tenía un ratejo. En pleno mes de mayo parecía que todos estuvieran ya de vacaciones y ella estaba de campo y playa charlando con el que pillaba por ahí cerca. Miró el reloj y vió que era una hora apropiada para hacerlo. Le apetecía tomárselo y no había nadie con quien hacerlo. El más cercano prefería encender un gusiluz antes que tomarse un café.
Entonces fue cuando el teléfono le sonó. Igual sí que había alguien que prefería una visita a la máquina en vez de alquitranarse los pulmones. 3 minutos después ya tenía su vasito calentito y estaba sentada. Sorprendentemente esta vez no había rubias por ahí cerca, así que la única morena era ella.

A Marta nunca le han gustado demasiado las rubias. Yo no entiendo por qué. No se, nunca hay que generalizar. De hecho, creo que ella misma alguna vez en su vida ha tenido gran afán por las mechas color vainilla. A pesar de ello, su relación con las rubias, rubias, rubias (las de verdad, no las de bote) no ha brillado nunca por ser de lo mejor.
Esperando que alguien se sentara a su lado para charlar un rato, una camisa desigual bajaba las escaleras. Por lo general, esas camisas, son fáciles de reconocer. Te dan un aire de informal pero arreglao'. 

El caso es que durante esa mañana en la que al parecer, no había nada que hacer, un buen café de la máquina y un chocolate calentito junto a unas charlas sobre las vacunas, un intercambio de ideas acerca de lo que está acostumbrada la sociedad, quejas varias de dentistas-pacientes y frases memorables..., por unos momentos iban a solucionar el mundo. 

Al parecer, curiosamente, esa mañana, ninguna rubia iba a solucionar el mundo. Las/los morenos, sí.


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Aclaración postpostearelpost:

Vale, AINARA queda excluida en la lista de rubias.
(Por eso dije que no hay que generalizar.)

;)

lunes, 23 de mayo de 2011

Perfiles apropiados.

Me gusta hablar, me gusta escuchar, me gusta discutir, pero creo que lo que más me gusta es opinar. Igual me gusta demasiado e igual debería gustarme menos. El caso es que a lo mejor debería considerar la opción de callar mis opiniones, porque al final acabo pasándome de listilla y puedo llegar a incomodar hasta puntos infinitos.

Soy muy fan de dar por sentadas muchas cosas, de hecho casi todo y es que ser peliculera siempre ha sido una de mis mayores aficiones. A partir de ahí, ya creo mis historias. 
Y es que no puedo evitar observar a las personas, mirarlas, describirlas mentalmente y crear un perfil apropiado a ellas. Qué pasa, que nunca lo habéis hecho? ¿Ni tan siquiera intentado? Aunque creáis que esto es una manera de calificar, en ningún momento estoy prejuzgando a nadie. Yo no prejuzgo, yo solo creo perfiles. Perfiles apropiados. Y a veces acierto, otras muchas no, y la mayoría de veces, si me dejan, me doy cuenta que tampoco voy tan mal encaminada. 

Porque qué queréis que os diga; las miradas, los gestos, las formas de comportarse, de hablar, la entonación, incluso la manera de sonreír te describe por fuera, pero también por dentro. Sólo es cuestión de observación. Y luego, si me lo permiten, intentar conocer. Eso es lo más importante.

Así conocí yo a Marta. Primero la vi, luego la observé, luego intenté conocerla y al final se dio cuenta de que no éramos tan distintas. Y nos descubrimos mutuamente.