martes, 14 de septiembre de 2010

Enamoradiza.

De nuevo por la Plaça Sant Felip Neri.
Todos sabéis que me encanta. Ya lo he dicho alguna que otra vez. Ésta plaza, desde el día que la descubrí, me cautivó.

Y es que Barcelona esconde en pleno Barri Gòtic un espacio donde todo, absolutamente todo, se detiene en una milésima de segundo infinita. Un instante donde el sonido de los coches, las voces de la gente o el viento no se atreven a perturbar ese momento.
La plaza Sant Felip Neri es un sitio imposible en Barcelona, un lugar que se antoja de cuento de hadas en una ciudad de 1,6 millones de personas ajetreadas por el estrés del trabajo y de sus vidas. Aquí trasciende el espacio terrenal y se detiene el tiempo, siglos de historia inexorables.

Con sus cicatrices te lleva al momento que los impactos de metralla por la Guerra Civil Española perforaron las paredes de la iglesia o a los susurros de las victimas de los fusilamientos, cuando las fuerzas profranquistas tomaron Barcelona.
Y si indagas un poquito, hasta puedes llegar a la edad medieval, entre nobles. La plaza escondida ocupa los terrenos del antiguo cementerio medieval además de los antiguos gremios de caldereros y zapateros.

Magnífico. Magnífica.

lunes, 6 de septiembre de 2010

No puedo tener amigas.

Qué me han dicho que no! ¡Qué cojones! ¡Qué barbaridad!

"No puedo tener amigas guapas"

Esa ha sido la frase algo connotativa que me han dicho esta mañana mientras desayunaba un cacaolat bien frío. Y es que parece que esto de los cacaolats bien fríos con el señorito deluxe acompañados de mensajes profundos, se han convertido en algo substancial.

¡Pero que es estoo! No jodamos señores. ¿Es justo esto?
No. Obvvvvvio.
Y claro, si quieres ir a pasear, a la playa, a tomar algo o a reírte un rato con tu amigo, que está casado, divorciado, reajuntado y esperando ser padre, no se te permite porque su mujer no le permite tener más que amigas en común (feas y guapas), pero en común. Supervisión y control de las amistades por encima de todo. NO-JO-DA-MOS.

Y claro, para charlar lo único que te queda es hacerte la línea roja de metro dos veces porque al menos, en el tiempo de trayecto, puedes mantener una pequeña conversación.


¿Tú lo entiendes? Porque yo no.



Y mira que yo siempre fui "la amiga de la guapa".

Hablando del huerto...frutas, hortalizas...

- ¿Y yo, qué producto del huerto sería?

- Yo creo que tú serías.... Un racimo de uva. Uva de la vieja parra. Que hay que cuidarla con esmero, dejarle sitio, ofrecerle sol, agua en su justa medida. Y esperar. Porque solo ella dice cuando es el momento de recogerla. Y después, desgranarla, uva a uva, disfrutando de sus diferentes matices; mas grande, mas pequeña, mas impregnada por el sol, mas ácida. Te acompaña en los días de octubre, cuando el alma necesita mas consuelo endulzando tus comidas. Y si trabajas bien la vid, puedes cosechar vino, que para el que le gusta, e incluso en la mitología, es bebida de dioses.



¿Y tú, qué serías?