Mostrando entradas con la etiqueta Habladurías.. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Habladurías.. Mostrar todas las entradas

viernes, 19 de septiembre de 2014

Conversaciones conmigo misma en el tren.

En realidad, tengo que reconocer que me gusta ir en tren. El traqueteo me relaja. Sobretodo a estas horas de medio sol. Me da en la cara y es agradable. Son las 18:15 de la tarde, es viernes. Veo el mar desde el vagón y en cada estación, absorvo su brisa marina desde aquí.

El tren me ayuda a pensar, a ordenar mis ideas, a volver a mis orígenes, a darme cuenta lo que ha cambiado todo. Extraño muchísimas cosas. Me da tiempo para dar vueltas a historias y pensamientos que el día a día no me deja, y eso, me gusta.

Me pregunto cómo estarás tú, como estará ella o cómo le irá al hermano de la vecina de en frente. Todas esas personas que sea como sea, siempre serán importantes en mi vida. Y sonrío. Sonrío porque es lo único que siempre he sabido hacer. Y me gusta hacerlo. Sólo porque sí. Y para mi misma. Marta siempre dice que por más que haya mil cosas por las que estar triste, siempre habrá una más por la que sentirse feliz. Y las hay. De una forma u otra, deseo que todo esté bien. Además, es viernes. Y los viernes no son como los domingos. Así que, momento zen.

Miro el reflejo del cristal. Me veo a mi, con cara de cansada, una trenza al lado y el flequillo resbalando sobre mi nariz. Me hace cosquillas. Me acuerdo en un gran amigo que una vez le dió importancia a mi flequillo, tanta que me lo puso de mote. Vuelvo a sonreír. La semana ha sido dura y el día de ayer ni quiero recordarlo pero sabéis qué, hoy es viernes y me voy de cena. Entre amigos, risas y buen vino, todo lo negativo, se desvanece.

miércoles, 25 de junio de 2014

Seis meses después.

¡Ey!, que sigo viva.

Empezar nuevas etapas tiene sus pros y sus contras. Hasta ahí todos estamos de acuerdo. Pero si me pongo a evaluar estos primeros seis meses aquí, han sido toda una locura. Nuevo lugar, nuevo pueblo, nuevo trabajo, nuevos compañeros y 0 tiempo para nada. Lloret ha pasado a formar parte de mi vida tan rápidamente que casi no me he dado cuenta. Cuando vine, los niños estaban aún de vacaciones navideñas y ahora ya han terminado el curso. Vacaciones de verano. Y todo en un abrir y cerrar de ojos. Un suspiro, pero de esos que salen y se van sin enterarte. 

Lloret me ha acogido con los brazos abiertos. Cada vez me siento más a gusto en mi lugar de trabajo. Me gusta ser LO que soy, QUIÉN soy y sobretodo, me encanta el CÓMO soy. Eso, que jamás cambie. Han pasado muchas cosas en todos estos meses.. Melancolía, alegrías, tristezas, lloros, risas, agobios, nuevas experiencias...de todo.
Ya queda muy atrás aquellas primeras semanas de vida laboral en que sentía que podía hundirme en un vasito de agua. En las que cada paciente me parecía un mundo. Soy dentista. La REINA de mi consulta. Y lo mejor de todo es que me encanta esto. Soy lo que quería ser y cómo quería serlo. El dónde, al final es algo irrelevante. 

Al final, Lloret ha ido cambiando con los meses, al igual que yo. Este pueblo me ha ido acompañando poco a poco. Empezó siendo algo sombrío, triste, con poca gente por sus calles, tiendas enteras cerradas y dónde el ambiente discrepaba muchísimo a mi idea de este pueblo. Bueno, la mía y la del mundo entero. Fiesta máxima, borrachos por las calles, guiris color tomate desde las 9 de la mañana a primera linea de mar y calles a rebosar. La primavera y después el verano ha llegado de otro color. Mucho más movimiento. Eso sí ahora puedo decir que Lloret incluso me gusta. A pesar de estar aislada del mundo, no poder ver a mi gente y necesitar algo de oxígeno, vivir en un lugar de playa siempre es muy agradecido. Poder salir del trabajo y mojarte los pies en el mar o tomarte una cervecita con los compañeros en cualquier chiringuito con este tiempo tan fabuloso, es lo más. 

Me gustaría tener más tiempo para pasarme por aquí y escribir de vez en cuando. Marta siempre dice que ya se verá. Que las cosas jamás sabemos cómo van a ser hasta que suceden. Así que eso. Ya se verá. Hasta entonces, sed felices chicos. 

martes, 11 de junio de 2013

Final inminente.

Esto es lo que más se va a parecer a una despedida. Lo veo. Lo se. 

miércoles, 29 de mayo de 2013

Mi última editorial.


Y aquí dejo mi última editorial del número 39 de la revista de ANEO. 
Desde este momento, empieza la cuenta atrás.
ÁNIMO.
"Ver una luz al final del túnel. La luz que te va a hacer terminar una época y cerrarla definitivamente. Ahí es donde me encuentro en este preciso momento. Con ganas, ilusión y algo de miedo.

A todos, alguna vez se nos ha despertado una pequeña inquietud en lo más profundo de nuestro ser, un nerviosismo extraño que no sabes de dónde procede, una intranquilidad por lo desconocido. Y es que cuando ves tan próximo el fin, todo son emociones. Terminar una carrera no es cualquier cosa y menos cuando es algo por lo que sientes pasión y a lo que te vas a dedicar el resto de tu vida.


Odontología.


De pequeña siempre había querido ser bióloga. Pero de esas que hacen cosas a gran escala para los demás. De las que trabajan frente a un microscopio investigando para ayudar a la humanidad. Bata blanca y todo. Con los años, fui cogiendo un poco más de perspectiva y me di cuenta de lo que realmente me gustaba. 

Quería ser, creadora de sonrisas.

Seguía conservando los mismos objetivos, pero quizás a menor escala; el blanco continuaría estando en mí día a día y ayudar a los demás sería mi filosofía.
A pesar de tener sueños claros, todo esto no ha sido fácil. Muchos días y muchas noches por adquirir el aprendizaje adecuado para ser la mejor en algo, no es sencillo. Ahora, que estoy en el punto final, me doy cuenta que todo el esfuerzo ha valido la pena. Cada vez que consigo una sonrisa de alguno de mis pacientes al salir de la consulta, lo compensa absolutamente todo.

Y de repente. Hace ya varios años, me topé con ANEO. Gente magnífica de los que he aprendido infinitamente y con los que he compartido reuniones, risas, fiesta, lucha, esfuerzo y superación. Os invito a todos a echar un vistazo a esta revista y no dudéis en visitar http://aneo.es/ para saber todo acerca de la Federación.


A los futuros dentistas, a los que tengáis la sensación de que el final nunca se acerca, daros ánimos y luchad por lo que realmente queréis. La carrera de odontología y el futuro que tenemos por delante, a pesar de ser tan confuso en nuestros tiempos, se puede combatir con mucha ilusión, ganas y movimiento. Así que desde aquí, desde el número 39, mi último número como editora de la revista ANEO, os mando mucha fuerza.


Todo llega, chicos."


viernes, 7 de septiembre de 2012

Porque todos tenemos nudos de medianoche.

La esencia de escribir en el momento. En ese preciso instante en que sientes. Ahora. Necesito escribir. Últimamente pospongo cualquier escrito, y lo hago porque me conozco bien. Si no me ocurren cosas satisfactorias, ni a mi ni a Marta, es imposible que salgan buenas líneas. 

Hacía tiempo que a estas horas de la noche no sentía un nudo en la garganta y es que soy imbécil. Imbécil de verdad, pero no tengo remedio. Marta siempre dice que llego a crear vínculos muy característicos con gente especial. Yo le digo que la especialidad no está en esa gente sino en los propios vínculos que crean conmigo. Pero con el tiempo, estos propios vínculos, pierden intensidad. Sientes que empiezan a perder su valor, que la cosa no es bidireccional, que el tiempo, la vida y la lista de preferencias de cada uno muchas veces olvidan qué significa una amistad. Pero no una amistad cualquiera, sino una totalmente desinteresada, sin finalidades ni objetivos mas que pasar buenos ratos, compartir confidencias, gustos, anhelos, sueños o cosas corrientes. Poder hablar sintiendo que están interesados en escucharte y que si lo necesitas, estarán ahí. No hablo de un primer plano, ni siquiera a veces de un segundo, pero quizás de un tercero o un cuarto, sí. Pero no, casi siempre acabas siendo el suculento e instantáneo postre, que te aderezan y condimentan para la ocasión sin tener en cuenta que quizás, en la próxima comida, te gustaría ser el entremés. A los entremeses siempre se les tiene en cuenta, no?

Tiendo a ver muchas veces las cosas con buenos ojos, a mirarlas desde una perspectiva dónde solo se ven las mil maravillas. Marta siempre dice que casi siempre idealizo un poquito a las personas, pero no es cierto, yo solo les realzo las cosas buenas que tienen. Y si no las tienen, las invento.

viernes, 25 de mayo de 2012

#unratico.


Aprovechando que..., casualmente...., ahora que me viene bien..., me aburro o .....no tengo nada mejor que hacer. En ocasiones me da una especial curiosidad saber si...., si no existieran los conciertos emblemáticos, los recambios anuales en los talleres o las cámaras compactas colgadas al cuello, existirían los momentos de te con canela, las cocacolas de media tarde o los guiños a plena luz del sol. 

Supongo que es casualidad. Que nadie es el último mono con el que pasar el rato y que la sensación de serlo a veces, no es más que cosas del calor del verano que ya llega. Pasar un rato conmigo no está tan mal, no? Ni siquiera aunque hayan cosas más importantes que hacer. Nunca está de más recordarnos que mola pasar un ratico sin necesidad de un espacio vacío de tiempo. Digamos que lo valgo. Digamos. 

En el fondo, molo un rato. Digo yo.
:)



domingo, 20 de mayo de 2012

Cosas que pasan.

A veces me pregunto si realmente las personas decimos las cosas con intención y convencimiento o lo hacemos porque sí, para salir del paso, porque nos va bien en ese momento y va como anillo al dedo. Lo chungo es cuando tienes problemas con la memoria. Marta siempre dice que es todo un jaleo. Ella lo llama memoria selectiva. Pero no estoy hablando de que le falte, porque es precisamente todo lo contrario. 

Marta se acuerda de todo, o al menos, todo lo que le llama la atención y le parece interesante, curioso y diferente. No puedes decirle nada que luego no se vaya a poder llevar a cabo porque se le despiertan unas irrefrenables ideas automáticamente. No es bueno esto, no mola mucho, vamos. Lo recuerda absolutamente todo. Peliculera y fantasiosa. Pero de la película de fantasía real. De las cosas simples y sencillas que te hacen sentir bien y disfrutar. Marta no puede escuchar acerca de vuelos a algún lugar recóndito lejano porque instantáneamente se imagina hiperventilando en un avión al nombrar todos los modelos de aviones conocidos y morirse de la risa en cuestión de segundos; no pueden hablarle de amistosas cenas porque evitar pensar en cuántos platos se pueden compartir o de qué tipo de Ginebra va a ir acompañada la velada, se le hace imposible; o no se le puede hablar de aventuras y viajes aún por explicar en tardes largas de parloteo, friqueces y otras cosas si posiblemente no van a haber historias que contar. 

Muchas veces decimos las cosas y luego se nos olvidan, o más bien, dejamos que se nos olviden. Las cosas o se dicen con intención de hacerlas o no se dicen. Probablemente os parecerá una tontería Todo esto y seguramente lo es. Marta siempre dice que las múltiples variables de la vida hacen que no puedas realizar todo lo que te propusiste en un momento determinado,....pero sabéis qué?, en eso no estoy de acuerdo con ella. Si se quiere, se puede.

jueves, 17 de mayo de 2012

Habladurías de jueves.

Recuerda bien aquella vez, porque fue la primera y la última. 

A veces me pregunto si las personas reservadas lo son con absolutamente todo el mundo, incluso brindándoles el mayor tiempo, oportunidad y predisposición para abrirse. Quizás es que directamente, no quieren, no lo necesitan, no les interesa o no acaban de sentirse cómodos. 
Dicen que la mayoría de estas personas adoptan un perfil bajo pretendiendo pasar inadvertidas, pero no estoy tan segura de ello. Les gusta que les reconozcan las cosas que hacen bien y aunque sus emociones muchas veces brillen por su ausencia, hay que buscar esas pequeñas señales para descubrir que realmente tu compañía les hace sentir bien. O que quizás no.
Malhumoradas, poco expresivas, usuarias habituales del humor negro, extremadamente inteligentes y en la mayoría de veces, políticamente incorrectas pero que de tan odiosas que pueden llegar a ser, tienen su pequeño encanto. Se te despierta una incógnita que en muchas ocasiones no se puede resolver y quizás, eso es lo que llama la atención.

Marta siempre dice que este tipo de personas, una vez entran en confianza y se sienten como en casa, ya no hay marcha atrás.
Ojalá Marta, tuviera razón.

jueves, 10 de mayo de 2012

Conversaciones matrimoniales, cariño y otros cuentos.

Peleillas en la cama, guerras de cojines, besos sin lengua, abrazos cercanos, quédate un poco más, no te vayas todavía, acércate, qué comiste hoy o que tal el día de ayer. 
Aparentemente cosas que implican cariño, obviamente. 

Pero....¿qué es el cariño en realidad? Unos buenos días o unas buenas noches en su debido momento, no lo es? Un qué tal, como te va, cómo ha ido el día, tampoco lo es? Noooo...claaaaroo... Eso vas tú por la calle y se lo preguntas a todo el mundo. Claro que sí. Sales un martes por la mañana y preguntas al primero que te cruzas por la calle... Oiga señor, usted cómo está? qué cenó ayer por la noche?, qué va a hacer o dónde va a ir este fin de semana o... Le apetece un te con canela? 
Si cosas así o por el estilo son las típicas preguntas que sueles hacer a cualquiera, definitivamente, el cariño que puedas tenerle a cualquiera es el mismo que......a un posavasos. Sí, un posavasos muy bonito de murano que alguien te trajo de recuerdo, pero al fin y al cabo, un posavasos. Un objeto inanimado, sin vida, sin emociones. Un cacho de cristal, vamos.

¿Dónde está la franja permisible con cada persona de muestra de cariño? Al final, cariño no comporta aprecio, risas, pasarlo bien, sentirse cómodo, distraerse, hablar de los gustos, las ideas o los pensamientos de uno mismo...? La amistad siempre implica cariño señores. Sí, en mayor o menor grado, vale; pero ahi está. Todo con quién se quiera y a su justa medida. 
Marta siempre dice que depender de lo preestablecido es la excusa más cómoda para justificar algo injustificable. El cariño, es lo que es y si en muchas ocasiones dejáramos que se guiar un poquito más por la visceralidad y le diéramos un poquito menos vueltas al tarro, todo sería más sencillo. ¿No creéis?


Y sí, me encantan las peleillas cercanas en la cama, con almohadas, cojines y esas cosas. En la cama, en el sofá o en el suelo. Me da igual. Una vez has disfrutado de una amistad con eso, ya te puedes morir. O simplemente, disfrutar de ello.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Los momentos insubstanciales.


Hoy no es domingo por la tarde, ni tampoco uno de esos días de fiesta en los que a tu pensamiento le da por volverse loco dando vueltas a tu vida. De todas formas hoy me gustaría hablar sobre todos aquellos que piensan acerca de #quéhacerconmivida, #trenesqueseescapan, #¿voyasercapaz? o #únicaoportunidad.

Mira, todos en algún momento hemos tenido la inmensa necesidad de vivir lo invivible, lo nunca imaginado y lo más loco que haya podido pasar por nuestra cabeza. Todos. No digáis que no. Y da la casualidad, que a muchos se les ha despertado ese deseo en un momento de esos que yo llamo "insubstanciales", de esos de los que he empezado hablando, los del domingo por la tarde en los que estás en tu sofá, frente a la tele, revisando tu correo y el perro sentado a tus pies. Ahí, por una extraña razón, tu mente estalla a mil revoluciones. 
Estudiaste lo que querías estudiar, tienes trabajo, tienes una vida cómoda, vives de la manera que quieres vivir y todo está más o menos adecuado a todo lo estandarizado y aún así sigues sin estar tranquilo. Y te da por mirar hacia atrás y repasar tu vida en pequeños fascículos como si de una colección del dominical se tratara. Te planteas si realmente has vivido cómo querías o si has vivido todo lo que querías y de la manera que querías. Y si no es así, ¿hasta cuándo puedes recuperar el tiempo perdido? Aunque siempre te haya gustado crecer, quizá ahora has visto que cumplir años no es cualquier cosa. Marta siempre dice que el tiempo nunca es perdido, que todo lo vivido es enriquecedor e interesante, que todo te enseña y te hace como eres ahora. No intentes recuperar nada cuando aún te queda muchísimo tiempo que disfrutar y perderte por la senda de este mundo aventurero.

Aventuras, sí. Dije aventuras. Eso es todo lo que necesitamos para mejorar, progresar y engrandecer el espíritu. Nunca es tarde, los trenes nunca se pierden, y si lo haces, ya cogerás el siguiente, no siempre hay una única oportunidad para realizar tus sueños. Estoy segura de que puede que haya personas que necesiten de un empujoncito que les ayude a lanzarse a una una piscina llena de aventuras, pero si por cualquier motivo no tienen ese empujón, a la larga, se entregarán a la aventura sin dudarlo. Seguro.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Menos lobos, Caperucita.

Agua caliente, tomate con queso, pepinillos con especias florales, botella verde y olor a vinagre enmodenado. Cosas de freaks, retoques de fotos, edición de vídeos, análisis de textos, emoción en lecturas de RSS, blogs, Twitter y Photomatix. Y descubrir que el HDR es todo un arte y no sólo una alteración de la realidad que nos presenta imágenes de ensueño. 

Que hay conversaciones frente a frente, mirando o no a los ojos que no son tan complicadas acompañadas de una sonrisa, que no es tan difícil ponerse en el pellejo del otro, que todo es mucho más sencillo de lo que creemos y que hay cenas, cafés u horchatas que pueden saber igual que noches de locura y desenfreno. Que no todo es negro carbón ni todo es blanco nuclear. El gris también te hace disfrutar. Que para qué agobiarse si un no es un no y un sí es un sí. Las cosas claras y el chocolate espeso. Ésas son buenas tardes. Ésas y un buen sofá. Eso sí, que el sofá, sea blanco nuclear. 

Si es que la próxima vez que Marta me presuma, alardee y exagere de sus grandes tardes aventureras, le diré que todos tenemos tardes como las suyas. 


(( Escuchando: Hey Ho, Let's Go - Ramones))

miércoles, 8 de junio de 2011

Olores.

Vale, empezaremos por lo más horrible que te puedes encontrar; los olores.
Tengo que decir que hay olores que matan. De esos que te vienen al olfato mientras estás esperando en el metro o cuando has subido al tren. Olores tan terribles que se adhieren a tu nariz y no puedes deshacerte de ellos. Y así, para el resto del día. De esos olores que por mucho que te esfuerces, siguen pareciéndote un hedor incontrolable.

Y luego, luego están los otros olores. Olores que se convierten casi en esencias. Perfumes que te traen recuerdos a la mente casi sin esforzarte. Esos son precisamente, de los que vamos a hablar ahora. 
Tengo que reconocer que yo soy muy de olores. De los buenos olores, está claro. De hecho, me fascinan. Siempre he tenido facilidad por crear historias a partir de un olor. ¿Nunca os ha pasado que al oler un aroma te vienen momentos repentinos a la cabeza? 
Voy a hablaros de un olor en especial que me encanta. Una sábana acabada de salir de la lavadora; aún mojada, pero sin gotear, húmeda, fresca; recién colgada, extendida. Me recuerda a mi abuela paterna, a cuando sacaba la colada y subía al terrado a colgarla. Mezclarme entre las sábanas y oler a aquel limpio, aún ahora, me sigue gustando.

También  está el olor de un lugar, de una habitación, de una cocina o de un salón. El olor de los platos que cocina mi madre que aromatizan toda la casa, ahora que no vivo con ella, siempre los echo de menos. Los sofritos de paella son lo más y el aroma que desprenden, es inigualable. Luego está el olor a incienso de vainilla y canela. Me encanta como envuelve con su dulzor y una pizca de amargor el ambiente de una habitación.

Y por último, el olor que más me marca. El de ciertas personas. Un olor te puede gustar, te puede agradar, te puede atraer, avivar, estimular y hasta puede excitarte. Y es que a mí, según que olor, puede quedarse grabado en mi hipotálamo sin apenas darme cuenta. No es intencionado. Muchos pensaréis que hay perfumes que gustan a todo el mundo, pero es que no es solo eso, es el perfume que use esa persona mezclado con su olor personal. Porque sabéis una cosa; no a todos nos sientan igual las colonias.
Y es precisamente en el momento en que hablas con alguien más cerca de lo habitual, o que lo abrazas, o que le saludas con un par de besos o que le estrechas la mano, ese preciso momento en que, si su olor te agrada, te quedarás con él, para siempre.

Porque hay olores que matan, solo que de distinta manera según sean buenos o no.

lunes, 23 de mayo de 2011

Perfiles apropiados.

Me gusta hablar, me gusta escuchar, me gusta discutir, pero creo que lo que más me gusta es opinar. Igual me gusta demasiado e igual debería gustarme menos. El caso es que a lo mejor debería considerar la opción de callar mis opiniones, porque al final acabo pasándome de listilla y puedo llegar a incomodar hasta puntos infinitos.

Soy muy fan de dar por sentadas muchas cosas, de hecho casi todo y es que ser peliculera siempre ha sido una de mis mayores aficiones. A partir de ahí, ya creo mis historias. 
Y es que no puedo evitar observar a las personas, mirarlas, describirlas mentalmente y crear un perfil apropiado a ellas. Qué pasa, que nunca lo habéis hecho? ¿Ni tan siquiera intentado? Aunque creáis que esto es una manera de calificar, en ningún momento estoy prejuzgando a nadie. Yo no prejuzgo, yo solo creo perfiles. Perfiles apropiados. Y a veces acierto, otras muchas no, y la mayoría de veces, si me dejan, me doy cuenta que tampoco voy tan mal encaminada. 

Porque qué queréis que os diga; las miradas, los gestos, las formas de comportarse, de hablar, la entonación, incluso la manera de sonreír te describe por fuera, pero también por dentro. Sólo es cuestión de observación. Y luego, si me lo permiten, intentar conocer. Eso es lo más importante.

Así conocí yo a Marta. Primero la vi, luego la observé, luego intenté conocerla y al final se dio cuenta de que no éramos tan distintas. Y nos descubrimos mutuamente. 

viernes, 4 de febrero de 2011

Hay mitos que caen.

Un mito, una leyenda, una fábula, una idealización... ambigüedades y enigmas de uno mismo que tergiversamos sin querer queriendo. Lo bonito, lo precioso y hasta lo extraordinario, todo cae.

Días, horas, minutos, instantes..... momentos...; muchas veces todo es tan sólo, cuestión de segundos.

martes, 30 de noviembre de 2010

La claridad es tan clara que al final, te acabas liando.

Cuando llegas a una edad, y no, no hablo precisamente a mi edad, ni tan siquiera de la edad de Marta..., no, no; me refiero a edades superiores (que tampoco tanto), cuando se supone que la experiencia, la vida, los años y el paso de tiempo te han dado la sabiduría máxima para poder afrontar cualquier situación, resulta que ni todos somos tan perfecto, ni tan buenos, ni tan extraordinarios para según que cosas.

Nos liamos. Nosotros mismos nos liamos solos, y es que según nuestro yo interior, todo está claro claríssimo. Pero no es así. Muchas veces, por dejarnos llevar por la senda de la vida, perdemos el norte, el sur, y hasta el este u oeste. Todo uno mismo se equivoca y ya lo dicen, para aprender, hay que equivocarse. Pues así sea. Pero quizá llega una mañana es que te levantas, te vuelves a mirar al espejo antes de entrar a la ducha y te sientes perdido. Sin quererlo ni beberlo estás en embrollos que ni te van, ni te vienen y que ni siquiera sabías que había la posibilidad de estar en ellos. Pero estás. Allí estás tú, a las 7:00 de la mañana, mirándote al espejo y dándote cuenta que los jaleos vienen como vienen. Y todavía tienes que desayunar antes de salir corriendo.
Las posibilidades son infinitas y no se puede ir de tonto por la vida ni dejándose llevar. Déjate de confusiones y/o ambigüedades. Cada uno debe llevar su propia vida.
Eso sí, si algún día nos vemos en situaciones confusas, no nos engañemos, evitemos rodeos e imprecisiones, centrémonos y plantemos (nos) cara y nunca intentemos arreglar en los demás lo que precisamente, uno mismo necesita. Y es que ya se sabe, siempre es más fácil todo en boca o piel de los demás que en uno mismo.

Hay que vigilar con todo. Con nosotros, los amigos, los compañeros, los desconocidos de la parada del autobús y hasta el vecino de la casa de al lado.
Porque, como dice Marta, ni los tontos son tan tontos, ni los sinceros tan sinceros, ni los legales tan legales, ni los claros, tan claríssimos.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Hoy no lo dice Marta.

Hoy Marta no dice nada. Hoy las que hablan son Sara y Bea. Y ellas, igual que yo, son de las que piensan acerca de la razón de por qué el sexo masculino (casi todos, no voy a generalizar que luego ya se sabe, (http://sideralwish.blogspot.com/2009/09/partir-de-ahora_10.html por http://sideralwish.blogspot.com/2009/10/no-hay-que-generalizar.html ), te acaban atacando.

En fin, ya se sabe, cuando mujeres de mas o menos la misma edad (20-30 años), los mismos pensamientos, parecidos gustos y aficiones del mismo tipo, se juntan una noche de martes, hay el 95% de probabilidades de que acaben hablando o de tuperwares o de hombres (o más bien, profanando al sexo masculino).
La verdad es que alguna que otra conclusión salió de aquellas 4 horas. ¿Los hombres son simples o tienen un pensamiento simple? Ambas estaban seguras que los hombres son igual a simpleza. Son simples. Pero no simples de tontos si no de simples de comportamiento. ¿Qué no saben que para ciertas situaciones y ciertos momentos hay protocolos de qué hacer y cómo hacer las cosas?
Pues no, no lo saben. Y es de lógica. Vamos, eso creemos nosotras. En el fondo, los mas maduros del mundo acaban siendo los mas pequeños y nosotras nos acabamos sintiendo como las mamás de todos.

Y entonces es cuando llega una mente homosexual, a la que yo creía capaz de estar más en el lado femenino que masculino y va y dice: Es que los hombres somos así. Simples. Aceptarlo.

domingo, 5 de julio de 2009

El 18% de los mexicanos nunca llora.

¿Por qué los mexicanos nunca lloran?

El 18% de los mexicanos -uno de cada seis- dice nunca llorar, y un porcentaje similar -el 16%- se enoja muy frecuentemente.

martes, 9 de junio de 2009

Cuando los hombres se vuelven más chiquitos.

Porque sí, es verdad. ¿Nunca os habéis dado cuenta que es lo que pasa con muchos hombres que rompen, después de haber estado atados a unas preocupaciones, obligaciones, compromisos y demás?
Como que se vuelven al revés, parecido a los cangrejos, como que repentinamente retroceden 10 años y quieren hacer cosas que quizá de adolescentes nunca pudieron hacer.
Que los 27 o 28 ya no son aquellos 19, 20 o 21... y nada, empeñados están en que teniendo a la vuelta de la esquina a los 30, hay que vivir aventuras. Aventuras....¬¬
En fin, no se, es raro. Yo una vez tuve un novio que años más tarde de haberlo dejado (sobre los 27 o así, después de haber conducido un gran Seat Toledo granate, propio de alguien con un poquito de criterio (no por el color, sino por lo grande que es el coche no común de persona de 18 años), va, y a los veinticincoytantos se compra una moto. Ale, una moto. Que no digo que sea pecado, que todo el mundo tiene derecho a comprarse una moto y a la edad que sea, pero como que en teoría las cosas hay que hacerlas con un orden.
Primero la motillo de adolescente, después una moto para impresionar y poder decir: -"eh, que yo estoy aquí, esta es mi moto... mi moto y yo...yo y mi moto". Curioso, esta es la época cuando tratan a la moto como "sunovia". Bueno, está bien. Y luego ya va el coche y en proximas etapas el coche familiar cuandose requiera.
Que los hombres quieran ir hacia atrás es que se "inmadurizan" a los 30? o simplemente quieren volver a sentirse jóvenes?

Y luego está el síndrome de mamitis y las inseguirdades de los hombres. Pero bueno, eso ya es un tema a parte.


Me parece que a partir de ahora voy a insistirle a mi padre (de unos cincuentaypico) que se saque el carnet de moto de grandes cilindradas, se compre una, se monte en ella y recuerde sus épocas de juventud; igual y hasta se rejuvenece.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Patología terapéutica dental

Se va a liar parda con PTD, y se va a liar mucho.
Contínua Vs. Final
Estas cosas, antes, no hubieran pasado.
Fuera ya de habladurias en grupitos y plantar cara y decid vuestra opinion coño!

sábado, 17 de mayo de 2008

Sumo del summum.

Bueno señores, reflexionemos sobre personas que ciertamente se creen el sumo del súmmum, por encima de los demás, del mundo en general, de las personitas que al mirar por la ventana pasean por las calles o de los personajes que salen en televisión Esas personas que realmente piensan que están en un nivel más elevado, más arriba, personas que se creen, lo propiamente dicho: SUPERIORES.

Analicemos:
¿Realmente lo son?
Por mirarte por encima del hombro, por pensar que los demás somos lo peor de lo peor, lo indocto de la incultura, por reírse de algo sin gracia y aún así creer que la tiene.
¿Esto es serlo?

La verdad es que éstas personas, a mi parecer, dan LÁSTIMA.
Sólo por supuestamente tener una mente que piensa más rápido de lo habitual, (estoy haciendo una suposición, no confirmo que la tengan), no son los reyes del mambo.

Si se crean sus propios mundos, se quedan dentro de ellos como encerrados dentro de una burbuja y no evolucionan, estarán ahí, reprimidos, asqueados y acabaran con ellos mismos. Sí, conqueriran un mundo, pero será su propio mundo, hosco y vacío.

Así que, les invito a que bajen al mundo real, que aquí también hay personas interesantes con las que hablar e intercambiar opiniones y si los temas de conversación no son comunes, hagámoslos duales y aprendamos a escuchar a los demás que, al fin y al cabo, nos pueden enseñar mucho.