jueves, 23 de enero de 2014

La cocina hace amigos.

- Creadora de momentos, encantada.

A veces me pregunto si existe alguien que piense como yo. Alguien que sea capaz de hacer las cosas sin interés ni necesidad. Sólo porque cree que hay cosillas que son necesarias para ser feliz en esta vida. Y esta vez, creo que me había topado con uno más o menos de mi especie.

En ocasiones, estar a 100 km de tu familia hace que de vez en cuando se te despierte esta necesidad por sentirte un poquito acompañada y echar de menos cosas que antes ni imaginabas. Y vivir en Lloret de mar, a pesar de ser toda una experiencia para mi misma, enciende esas ganas por la tortilla de patatas de la mami, la paella los sábados o el cocido calentito en la mesa. Ya se sabe, vivir solo hace que puedas subsistir a base de macarrones, ensaladas, queso de cabra y atún. 

Jueves. Día libre. Un tweet un par de semanas antes había sido la clave. Y de la forma más normal, alguien se ofrecía a cocinarme uno de mis platos más ansiados. Y no sólo eso sino que además, se venía a comer conmigo y acompañarme.
Sí, lo había visto una vez en mi vida. Sí, no lo conocía de nada. Sí, estaba a una hora de trayecto. Y sí, era jodidamente curioso que alguien hiciera algo así por mi. Ya me lo dijeron una vez. Twitter es lo que tiene. Y los amigos en común, también. Pero es que sabéis qué, yo, por los desconocidamente conocidos, también hago este tipo de cosas. Y sin pensármelo dos veces. Soy así.
   
Romero, tomillo, un toque de microondas y media barra de pan. El lugar era lo de menos, el cómo y cuando, también. Chuparme lentamente cada dedo de mi mano era lo más. Momento espléndido. Os puedo asegurar que aquellos habían sido los mejores pies de cerdo del mundo mundial jamás probados por mi paladar. Y aquello, aquello sería siempre recordado con una sonrisa de oreja a oreja esperando a que la próxima vez, no tardará en llegar. 

Gracias. Gracias. Gracias. Gracias. (Un solo gracias no sería suficiente)

No hay comentarios: