viernes, 17 de noviembre de 2006

Disfrutando de mis pequeños tesoros...

Me levanté, miré por la ventana, ¿y que vi?

Los sueños prohibidos del despertar...

Tengo hambre de saber...
hambre de crecer
hambre de conocer
hambre de volar...

Hambre de despertarme un día
y ver eso que no veo por las mañanas
al mirar por la ventana.

¿Pero que pasaría, si un día al mirar por la ventana vieras la iluminación llenar tu vida dándote cuenta así, “suddenly”, de que todas nuestras monedas, las setenta y nueve, las ochenta y nueve, las noventa y nueve monedas de tu bolsillo son el cien por cien de todo tu tesoro?
Que no te falta absolutamente de nada, que nunca jamás te han quitado nada, que nunca será más redondo el número cien que el noventa y nueve, que nunca habrá nada más circular que las monedas de tu bolsillo.
Que todo esto que crees realidad es falso, es mentira, es simplemente una trampa que hace que estemos malhumorados, resignados, infelices, cansados de ser estúpidos.
Solamente una trampa para que nunca dejes de empujar y todo siga igual que siempre.

Eternamente igual, perpetuamente idéntico, inmortalmente similar....

¿A que suena agotador?

Pues ya sabes...
¡Cuántas cosas cambiarían si pudiéramos disfrutar de todos nuestros tesoros tal como son!

Disfruta y deléitate de las pequeñas cosas que tienes, que las demás, son demasiado grandes...