domingo, 28 de noviembre de 2010

El mundo es tan tremendamente pequeño que se reduce a un pasillo del clínic.

Hay veces en que yo no me explico si realmente las casualidades de la vida son eso, simples coincidencias. O eso o es que nosotros las propiciamos favoreciendo al destino para que se produzcan.
No se, es extraño. Vale que eso de ser médico, estar en el mismo país y moverse de un lado para otro dentro de un radio de 2500 kilómetros puede ayudar, pero yo me sigo sin explicar eso de encontrarse en medio de un pasillo del Hospital Clínic una muy buena amiga gallega, con la que se había perdido el contacto, que te trae grandes recuerdos y.... sin quererlo ni beberlo, de repente, un día y sin avisar, os cruzáis en exactamente el mismo lugar, en el mismo momento y en casi la misma situación.

Es entonces cuando os abrazáis y todo el tiempo que os separaba, se reduce.

No hay comentarios: