He aprendido 3 cosas:
- Que hay personas a las que no les gustan las sorpresas y que por mucho que se tenga la intención, es imposible arrancarles una sonrisa porque si.
- Que aunque mi orientación es nula, soy capaz de llegar sin apenas indicaciones a donde me proponga. Los retos son lo mío.
- Que es muy difícil hacer entender a alguien que no logra considerar esa opción, que hay cosas que simplemente se hacen porque si. Sin objetivo ni finalidad. Improvisando y con la mejor de las intenciones.
Marta siempre dice que, a pesar de no ser nada competitiva, yo me pico muy rápido, incluso conmigo misma, y que siempre acabo haciendo tonterías, pero tonterías de las buenas, ocurrentes, sorprendente y especiales. Y es que, ¿tan difícil es entender mi forma de ver la vida y de hacer las cosas?
Hay una cosa que siempre digo y con la que Marta coincide conmigo, las pequeñas locuras son las que marcan la diferencia.
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