viernes, 5 de octubre de 2007

Japidai.

Bueno, ahora, después de ya saber el mayor secreto secretisimo de Javier y afirmar que no es ni la perfecta estrategia para dominar el mundo ni mucho menos una bomba para cargarse a la humanidad (en dicho caso, yo estaría a salvo), ya puedo irme a la universidad.

Ayer, el día estuvo bastante bien, bueno, como todos. Estuve en la clínica dental donde se supone que voy, miro, escucho y pregunto, tal vez vacíe y fregué los cuencos de yeso para hacer los moldes, hice pasar visitas y me reí un montón al comprobar que el autoclave es idéntico a un microondas.

Y mientras en el otro lado el mundo continúan insistiendo en que el país de México es una mierda, siguen haciendo sus últimas guardias para terminar unas carreras de medicina y graduarse con el fin de largarse de allí lo antes posible, yo sigo aquí.

Hoy hace sol y Javier aún no me ha soltado algo tan grave para que me haga sentir mal, descartando de que soy medio boca floja o que me invento las cosas.

En fin, que al parecer, este viernes tampoco empieza tan mal. Y yo llevo mis converse verde nuevas puestas en los pies.

Eso, siempre me garantiza un buen día.

1 comentario:

Jerry García, a.k.a. stup_id dijo...

y yo voy sonriendo al escuchar esas bambas verdes chocar contra el pavimento de una ciudad de ensueño al otro lado del mundo...

un bacio bella