sábado, 9 de enero de 2010

Casi cuatro.

¿Tú sabes cuando tienes un amigo que es muy amigo, muy amigo, muy amigo... tan amigo que estás segura que haría cualquier cosa por ti? Bueno, pues ese amigo existe. Y es curioso como y cuando te das cuenta porque pueden pasar muchas cosas a lo largo del tiempo y sin percatarte han pasado casi 4 años. ¿Cuatro ya? Pues sí. Casi.

Los años pasan, nuevos trabajos, nuevos años de carrera, nuevas experiencias, nuevos amores, nueva vida al fin y al cabo, pero por suerte parece que algunas amistades persisten; y siguen ahí aunque la duración de una llamada sea más corta que antes, aunque la frecuencia de mensajes vía teléfono móvil sea menor que años atrás, aunque los caminos de cada uno hayan tomado direcciones un pelín distintas....pero...., se sabe, siempre se sabe; esos caminos se cruzan una, dos o tres veces al mes, siempre dependiendo de las fechas en que uno se encuentre y del tiempo del que se disponga.

Hay amigos que te han hecho llorar un millón de veces, pero que si multiplicas ese millón de veces que te han hecho llorar por 3, obtendrás un resultado, el resultado de las veces que te han hecho sonreír.
Y los quieres, es inevitable; los quieres un montón, los estimas y aprecias y ese sentimiento hace que te sientas un poquito más llena por dentro porque te das cuenta que, exactamente todo lo que tu harías por ellos, ellos también lo harían por ti.

Las reflexiones en noches tan extremadamente frías nunca fueron buenas pero en una noche helada del 8 de enero del 2010, alguien me dejó sin palabras con solo un cartoncito amarillo con unas letras en negro.
Que hicieran eso por mi, que se acordaran de aquello para mi y que me dieran la oportunidad de vivir ese espectacular momento y más con ellos, hace que sin duda, me quite el sombrero.

Y encima si te das cuenta de que los reyes italianos se han acordado de ti solo conociéndote de apenas algunos meses (porque sí, son solo unos meses, 7 u 8... o ni eso), pues ya hace de toda la velada, una noche redonda.

Porque hay amigos, que con mucho o con poco son especiales y ellos, tanto uno como el otro, lo son.

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