jueves, 3 de febrero de 2011

Nunca esperes la especialidad.

El juego es siempre el mismo, lo único que cambia es el tiempo.
Un sofá blanco, cojines a juego, televisión de plasma mirándote fijamente y ni un cuadro colgado en la sala. Blanco, negro y rojo, junto al gran ventanal a rayas cual cebra del zoo.
Silencios, barullo de anuncios publicitarios a las 9 de la noche y más silencios. Series, programas, películas...; buen escondite de las palabras que en realidad quieren salir pero que no pueden.

¿Sabéis cuando uno se encuentra en esa situación en que sabes que controlas absolutamente todo, tanto que te gustaría controlar menos?
Uno de esos momentos en que estás jugando al parchís y sabes que al contar 30 ganas la partida. Un momento que irremediablemente iba a darse a lo largo del juego. Un momento en que la tensión, la dureza, la resistencia y el hielo se parten por la mitad y estallan en mil sensaciones.

Creo que la próxima tarde que Marta me diga de jugar al parchís, le diré que juguemos a la oca. Es mucho menos predecible, previsible e imaginable....., siempre puedes caer en una oca, cantar de oca en oca, contar tres y caer en el pozo. Y eso, nunca te lo esperas.



Rompiendo el hielo - Rafa Pons.

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