domingo, 6 de junio de 2010

De mentirijilla.

Hace mas o menos dos meses que estoy aquí definitivamente. En realidad nadie lo sabe, todos creen que vengo y voy a mi voluntad, pero hay algo que confirma cuando alguien se ha mudado. Hay quién encuentran la señal en el cepillo de dientes, hay quién lo encuentra en el libro de lectura en la mesita de noche o hay quién lo ve en las zapatillas de estar por casa. Cada uno tenemos nuestras señales y la mía está en el zapatero; sí, sí...., si el zapatero está más lleno que el de mi casa, es que ya me he instalado completamente en Molins. Rotundamente.

A pesar de iniciarme en el mundo de las lavadoras, fregar algún que otro plato, encontrar moníssima una plancha de color verde o hacerme amiga del limpiacristales, aún no soy consciente que me he independizado.
De eso me di cuenta ayer, cuando un par de amigos muy amigos míos me dieron el notición: "Nos vamos a vivir juntos". Vamos, piel de gallina y todo. Que queréis que os diga, a mi estas cosas me estremecen. Y luego me pongo a pensar y me digo: "coño, pero si hace tiempo que yo vivo fuera de casa."

La diferencia es que yo no compré el sofá, ni la lavadora, ni la mesa del comedor, ni la cama de matrimonio y ellos si lo van a hacer. Por eso digo que lo mío es de mentirijilla. Y lo suyo, cómo la vida misma.

Mis mejores deseos para ese par de dos :D

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