jueves, 3 de junio de 2010

Exámenes a sus cuarenta y cincuenta y tantos.

Vaya, vaya, vaya. Al parecer se ve que esta en auge eso de hacer cursos. No se exactamente si es la seguridad social, si es el convenio de empresas que lo obliga, que tanta gente esté en paro o otra de las peripecias de comisiones obreras. Pero lo que sí es verdad es que tengo a tres miembros de mi familia estudiando de nuevo. Ahora, a sus cuarenta y tantos y cincuenta y tantos, tienen que volverse a sentar frente a un dossier de apuntes (eso sí, un poco cambiado a lo que ellos estaban acostumbrados; todo a ordenador, encuadernado, sin libretas a cuadros y a veces, hasta a distancia). Tienen que volver a sus años mozos, cuando hacían exámenes. Es gracioso ver a mi tío que llega con su carpeta bajo el brazo, su lápiz, su bolígrafo y su dossier y me dice: "Acabo de llegar de la uni". Y que venga de hacer su examen y me diga: "Estaba chupao". Me hace gracia, qué queréis que os diga.

O que ayer me enterara que mi tía está haciendo también un cursillo, junto con sus compañeras de trabajo, de esos a distancia y que con todo el jaleo, se abrume (que no estrese) al pensar en todo lo que tiene que aprender a hacer y además, compaginarlo con su vida actual, de trabajo, niños, casa, marido y vida social. Puf. Me estoy estresando yo y todo. Porque yo SI que me estreso, no como mi tía, que ella NO se estresa; NUNCA se estresa ;)

Y luego está mi padre, el más calmado de todos, que lleva 2 semanas con el dossier encima de la mesa de la oficina y que por olvido, falta de tiempo, o pereza, no ha empezado a leerlo. Que feliciano. Y le preguntas y te dice "no, si yo todavía tengo tiempo". Vamos, que fijo que mi padre era de esos que lo deja todo para último momento.

En fin, que ya veis, yo de exámenes y ellos también. Curioso.

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