domingo, 27 de febrero de 2011

Hoy va de motos.

Siempre me han gustado las motos, no lo voy a negar. Eso sí, tengo que reconocer que mis primeras experiencias, no fueron de lo mejor.
No recuerdo el momento con exactitud, pero esa fue la primera moto en la que me subí. Yo era una chiquilla de poco más de 8 años y si la memoria no me falla, aquella moto tenía colores amarillos, negros y metalizados, cual avispa de ciudad.
Era la primera moto que yo conocía de mi tío (luego han venido algunas más) y allí me estaba esperando. Me subí y pasó lo que tenía que pasar. Lo que le suele pasar a todo principiante....PAM! quemadura con el ardiente tubo. Pero, cómo con todas las cosas de mi vida, nunca cogí miedo a los tubos de escape.

Que una cosa quede clara, reconozco que prefiero subir de paquete que conducir. Los que conducen quizás te digan que no disfrutas lo suficiente, no sientes de igual forma el aire chocando contra tu cara o que no te sube la adrenalina con la misma intensidad. Pero qué queréis que os diga. Ir detrás te da mas oportunidad a observar los lugares por los que pasas, ir descubriendo cada rinconcito a alta velocidad y siempre sin la preocupación de qué camino tomar en la próxima bifurcación; para eso, ya está el que conduce :)
Hace algunos años, pude recorrer las calles de la Barcelona nocturna en una Harley con un viejo amigo, y me encantó. Tiempo después, subí en varias más. Este verano pasado, en visitas por tierras del norte, volví a descubrir y corroborar que me gusta montar en la parte trasera de los "oscuros y retumbantes armatostes solitarios de carretera".

Eso sí, tengo que admitir que yo siempre fui más de ver a quiénes las llevan; de observar, de mirar, de oír y de sentir la moto desde fuera. Me encanta ver las exposiciones/exhibiciones, y cuánto más grandes, más negras y más ruidosas sean las motos, mejor. Y seguir las rutas que hacen, los países que visitan y las aventuras que viven los aventureros que las llevan. Mira por dónde, hace poco descubrí un blog que, además de enrriquecer con sus geniales fotografías, de vez en cuando me entretiene en mis viajes de tren diarios con las peripecias en carretera.


Marta siempre me dice que un día de estos debería sacarme el carné de moto, pero por ahora, seguiré disfrutando de mis viajes en tren y viviendo de rutas moteras imaginarias en boca de otros.

5 comentarios:

alea dijo...

Delante, detras.... lo importante no es el destino, no el lugar, lo que importa es disfrutar el camino. Y si la compañía lo comparte... OLE!

Anónimo dijo...

Nena! penses exactament igual que jo!!! m'encanten les motos i, si bé és cert que vull treure'm el carnet i poder-ne conduir una, gaudeixo un munt anant al darrere per poder gaudir del paisatge.
Has tancat mai els ulls durant una estona? Impressionant

Mga

El Crostó dijo...

No sabia que t'haguessis estrenat en això de les motos amb mi

QuiM dijo...

jo mai he pujat en moto, tu te creus??

Anónimo dijo...

Coñeeeee, nunca me dijistes que te gustaban las motos..jaja.
Pues nada, si vienes este verano al pueblo te doy una vuelta en la mia.
Ainsssss...un besico.
Zaka