domingo, 20 de mayo de 2012

Cosas que pasan.

A veces me pregunto si realmente las personas decimos las cosas con intención y convencimiento o lo hacemos porque sí, para salir del paso, porque nos va bien en ese momento y va como anillo al dedo. Lo chungo es cuando tienes problemas con la memoria. Marta siempre dice que es todo un jaleo. Ella lo llama memoria selectiva. Pero no estoy hablando de que le falte, porque es precisamente todo lo contrario. 

Marta se acuerda de todo, o al menos, todo lo que le llama la atención y le parece interesante, curioso y diferente. No puedes decirle nada que luego no se vaya a poder llevar a cabo porque se le despiertan unas irrefrenables ideas automáticamente. No es bueno esto, no mola mucho, vamos. Lo recuerda absolutamente todo. Peliculera y fantasiosa. Pero de la película de fantasía real. De las cosas simples y sencillas que te hacen sentir bien y disfrutar. Marta no puede escuchar acerca de vuelos a algún lugar recóndito lejano porque instantáneamente se imagina hiperventilando en un avión al nombrar todos los modelos de aviones conocidos y morirse de la risa en cuestión de segundos; no pueden hablarle de amistosas cenas porque evitar pensar en cuántos platos se pueden compartir o de qué tipo de Ginebra va a ir acompañada la velada, se le hace imposible; o no se le puede hablar de aventuras y viajes aún por explicar en tardes largas de parloteo, friqueces y otras cosas si posiblemente no van a haber historias que contar. 

Muchas veces decimos las cosas y luego se nos olvidan, o más bien, dejamos que se nos olviden. Las cosas o se dicen con intención de hacerlas o no se dicen. Probablemente os parecerá una tontería Todo esto y seguramente lo es. Marta siempre dice que las múltiples variables de la vida hacen que no puedas realizar todo lo que te propusiste en un momento determinado,....pero sabéis qué?, en eso no estoy de acuerdo con ella. Si se quiere, se puede.

1 comentario:

alea dijo...

No, Clara, no siempre se puede.....