miércoles, 2 de mayo de 2012

Trocitos vivificantes.

[...]

Y observar unos labios que brillan, que la mirada, clavada sin pestañear mas que lo necesario, pedía mucho más de lo que contaba y ahora, en este preciso momento, esto era lo que quería. Le apetecía.

- Esto es de locos.- Pensó. 

Seguían las preguntas de rigor; la conversación curiosa y las palabras, pretendían sacar algo de interés. De repente, se vió haciendo algo sin apenas haberlo pensado. Ciertamente, parece que la humedad puede surgir de la forma más sutil del mundo y que el inconsciente es un gran revelador. 

Por más que intentaba seguir conversando única y exclusivamente de la forma más amistosa posible,  se vislumbró perfilando en exceso el relieve de su labio inferior. ¿Qué estaba haciendo? No se había ni siquiera dado cuenta y el mecanismo ya estaba en funcionamiento. Todo le llevaba a ello. Y esa, esa era la señal. 

Y definitivamente, le parecía algo, vivificante.

[...]

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