miércoles, 6 de junio de 2012

Vuelve Marta, vuelve.

El día estaba nublado. Gris. Anubarrado, como triste. La neblina al horizonte anunciaba que el sol no iba a salir hoy. Mientras Marta iba sentada en el vagón número 3, miraba a traves del cristal con la mirada algo perdida, el horizonte, sin ver gran cosa mas que las calles pasar, una tras otra, bajo un paisaje ya bastante conocido. Se preguntó dónde podría encontrar hoy la sonrisa. 

Con tanto silencio, tanta debilidad y tan poco capaz como se sentía en ese momento, hoy parecía que no la iba a encontrar. Y eso, la abrumaba mas de lo normal. 
Le faltaba su acidez impetuosa, su graciosa impertinencia habitual, su espontaneidad característica y el positivismo que acostumbraba a acompañarle siempre. ¿Dónde habían ido?....y lo mas importante, cuándo volverían? Le daba rabia no poder decidir su estado. No poder sacar lo que verdaderamente llevaba dentro. Lo que le inhibía expresarse con sosiego y claridad. Rabia. Rabia absoluta. 

Hay veces en que Marta igual debería hacer más caso y no dudar tanto cuando le dicen que es guay, que hace cosas geniales y que desprende un buen rollo fantástico. 
Menos mal que el sol, siempre acaba saliendo.


No hay comentarios: