martes, 5 de junio de 2012

El secreto de la mecánica del tiempo.

¿Sabíais que existen relojes que funcionan sin pila? Porque yo no. Ni yo, ni tres personas más a las que casualmente he preguntado. Sabía de los relojes solares, sí, pero nada de que un reloj de pulsera funcionara con tan solo las pulsaciones de tu muñeca. Pero claro...., qué pasa si llevas el reloj puesto y el pulso se te acelera? ¿Aumenta la velocidad? ¿Hace que el tiempo corra más deprisa? Obviamente, nada de eso sucede, pero sería gracioso. Todo funciona a través del movimiento.
O yo soy una inculta de los relojes, o es que solo unos cuantos entendidos en el tema conocen el verdadero secreto de la mecánica relojera. Y no hace falta ser suizo para eso. Mira tú por donde.

Aunque la falta de sonrisa siempre me frena bastante, todo es arrancar. Y con un vasito de agua, parece que todo entra mejor. Los buenos ratos acompañados de una siesta con un ojo abierto, me gustan. Disfruto de esos momentos con luz tenue a media tarde con tanta intensidad que parece que siempre es la última vez. Si alguien dijo que el mundo iba a terminar este año, pues que se termine. Que no quede.

21 rubíes. 21 puntos exactos de mecánica que necesitan de un material inalterable, irrompible, irrayable, que no se altera bajo calor, ni bajo frío. Punto de fusión, demasiado alto. Duro, muy duro. Curiosamente características que coinciden exactamente. Posiblemente sea casualidad. Los relojes automáticos, sorprendentemente, así funcionan. 

Señores, deleitémonos de las risas, de lo sublime y de lo no tanto. Del katymolongo, de la cocacolas con hielo y del tiempo entre colegas. 
El tiempo. Sí. Marta siempre dice que por muchos relojes que uno tenga, de pila, automáticos, solares o electrónicos, si no se posee un poquito del tiempo necesario para disfrutar, no sirve para nada.

No hay comentarios: