miércoles, 18 de mayo de 2011

Max y la cena.

Sí, vuelvo de nuevo con la frikada del #4sq.

Vale. No, no los conozco, no tengo ni idea de quién son y a qué se dedican, pero me parece que eso de saber en casi cada preciso momento dónde están, los hace algo más cercanos, digamos que buenos conocidos. Al fin y al cabo, eso de despertarse por las mañanas y ver que en tu barrita de notificaciones hay el icono de 4sq, hace despertar tu curiosidad y ver quién se ha adelantado a ti esta mañana.

Poco a poco, con los días y las semanas, estos checkins van convirtiéndose en algo más rutinario y sin darte cuenta, acabas aprendiéndote casi de memoria los recorridos diarios, dónde van y qué lugares visitan éstos buenos conocidos; sus desayunos, sus meriendas y sus cenas; dónde van a arreglar el coche, por sitios que viajan o restaurantes donde llevan a sus ligues a cenar.

Al principio, quizás asuste un poco esto, pero todo depende de cómo lo mires y de quién tenga acceso a esta información. Es por eso que igual, no está tan mal echar un vistazo a tu lista de amiguetes del 4sq y los que te resulten interesantes y despierten tu curiosidad, investígalos un poquito. Más que investigarlos, curiosear a quién le cuentas dónde estás en casi cada momento. Los otros, los quitas.

Y si se da ocasión en que a alguien le da por organizar una #cena4sq, pues adelante, que así sea. Os aseguro que puede llegar a ser muy divertido, y curioso también. Con ganas de repetir. Y de comer más caramelitos de colores. Todo un vicio.
Darme cuenta que hay gente tan distinta a mi que puede juntarse en un lugar, a una hora y relacionarse de forma tan sencill, es estupendo.


Al fin y al cabo, el foursquare hace amigos. O al menos, buenos conocidos. Todo un reto para mi curiosidad.

Sólo diré una cosa: Me he enamorado de un perro.

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