sábado, 7 de abril de 2012

Ya.

No puedo ver nada, no puedo tener nada, no pudo escuchar nada, ni puedo pensar en nada que tenga que ver con él. Ya dicen que todos debemos pasar por unas etapas ya prestablecidas y generalizadas y yo, como siempre, voy tarde, me cuesta, qué queréis que os diga. Siempre voy tarde para todo. Es algo que me sucede normalmente, que alargo las cosas. Aunque pensándolo bien, yo no le pondría la palabra alargar, para mi no es un alargo. Yo no pongo añadidos, ni anexo suplementos, simplemente sumo momentos. Verdaderamente paso la página, pero sigo escribiendo la historia. Entiendo, comprendo y hasta puedo imaginar por qué, pero no lo acepto, no me digáis que es lo correcto, lo normal y lo que se debe, porque no. No me lo creo. Entiendo las distancias, la sequedad, la sosería, el frío, el reparo, el pasotismo e incluso la leve impertinencia, pero no me creo que borrarme por completo sea la solución. No lo es. Pero lo respeto, lo respeto porque cuando alguien es tan genial,  se lo merece todo.

Ale, ya. 
Como siempre le digo a Marta, escribirlo me ayuda a sacarlo. Y ahí está. Escrito solo para mi.

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