lunes, 23 de abril de 2012

Te de canela.

Hoy....., hoy iba a contaros la historia de que nada es lo que parece, ni todo oro lo que reluce, y de los pasos complicados y decisiones exactas que hay que tomar en según que situaciones..., pero no, hoy no toca eso. Hoy es Sant Jordi, y aunque posiblemente para mi signifique un dia como cualquier otro, hoy, Barcelona parece que está más contenta y la gente sonríe mas por sus calles. Será casualidad. No se.

De eso que una pequeña y escueta conversación en el momento más adecuado, parece que como que da un giro inesperado al timón del barco.

- ¿Te hace un te?
- Ahora mismo, me hace lo que sea.
- Oc.

El día había amanecido bastante soleado y la temperatura era favorable para pasear. Ese iba a ser el primer 23 de abril que en años Marta no pisaba Barcelona. Sentía que ese no iba a ser uno de los mejores días del año, pero en fin, mañana sería otro día. Qué más da si era lunes, si era festivo y si era Sant Jordi. Era principio de semana, y había que trabajar. 
Pasar pagina y al toro por los cuernos, no era una de sus grandes aficiones, más que nada porque los lagrimones de sus mejillas así se lo hacían ver. Pero lo hizo. Un solo click y luego todo silencio. Y pensó: "algun día me reiré de todo esto".
Y de repente.... uno de esos momentos especiales, un momento con olor a canela, un momento de te, de charla y de distracción. Un momento que no sabes ni cómo ni por qué, pero te mola. Sí. Yo los llamaría....Momentos especiales de canela. 
Así me gusta llamarlos. Aunque estén llenos de noticias buenas y noticias malas y luego se callen. En realidad, ¿os digo un secreto? Cuando hay una noticia buena y una mala, la mala nunca es tan mala. Aunque haya silencio y se cambie de tema sin acabar el asunto de la buena y la mala. 
Igual es que mis impulsos no son tan raros, ni las cosas se hacen por un motivo en concreto, sino porque si y punto. Quizás han llegado a comprender a Marta. Y digo quizás, porque no lo se bien, pero creo que la han entendido. Sí. Hacer las cosas porque apetecen sin significado retorcido.

Y como la glándula lagrimal de Marta parece que tenga un mecanismo independiente y directamente ligado como primera respuesta a la emoción, pues ale, rienda suelta. Inexplicablemente beber de una misma fuente, nunca había sonado tan amistoso. Ni mucho menos, tan digno de ser agradecido. Aunque la impropia e idiota pregunta de ¿cómo estás? solo durara un par de segundos. En ese momento, le debía la vida. Pero sólo en ese momento. Y aunque haya gente que más vale decirle un  que te jodan a un simple gracias o un muchas gracias, pues eso, que te jodan. Y si eso, ya otro día, buso palabras más acertadas. Pero solo si eso. 
Marta nunca entiende la puñetera facilidad de algunas personas por dejarle con la boca abierta. Ahora, empieza a entenderlo.


Feliz Diada señores. A los Jordi.... y a todos los demás. 





[Siempre hay una rosa que sea cuando sea,
 esté como esté y pase lo que pase,
 siempre llega.
 La rosa blanca de papá.
 ¿Y sabéis qué? me encanta. ]


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